El público folclórico rosarino ya la espera con ansias, pero para quienes no frecuentan ese género, vale la pena conocer al menos algunas de sus interpretaciones, así como sus composiciones, porque su voz es un vuelo que invita a subirse a sus alas, y es imposible bajarse sin estremecer. El espectáculo “Folklore en transición” lo presenta junto al compositor Nahuel Quipildor, el sábado 10 de junio a las 21 en el Gran Salón de Plataforma Lavardén. Las entradas se pueden adquirir en el sitio web y en la boletería de Sarmiento y Mendoza.
Desde hace varios meses La Ferni realiza esta gira junto a Nahuel, su compañero de tiempos del Conservatorio Piazzolla. Pero aseguró que “es diferente la manija y el deseo para esta fecha, llevar la propuesta folklórica nueva, disidente y contemporánea a otros escenarios, que no son los habituales, como es el hermoso teatro Lavardén. Me emociona salir de cierta burbuja, quiero llegar a todos los públicos”.
Aquí sonará en formato dúo con su repertorio donde abordará temas de Fandermole, las canciones de cuna de Valen Bonetto y la poetisa rosarina Morena García, algún folklórico de Fito Páez, “ya que en su serie mostró su gran amistad con Batato Barea y Urdapilleta”, recordó en diálogo con Mirador. Sonarán los clásicos “Hermano” de Lima Quintana y “La Celedonia Batista”, de Teresa Parodi, y la infaltable “Como de Zamba”, de Susy Shock y Leopoldo Caracoche, canción con la que cosechó ovaciones en el escenario Próspero Molina de Cosquín, pregonando que “la patria es una niña pobre y a veces también reclama”.
“El objetivo con esta gira es salir a ocupar los escenarios con música popular visibilizando las disidencias, porque eso es algo que en todos estos años no sentí que podía hacerlo. Tenía el antecedente de Susy Shock, pero aún hay territorios del folklore a conquistar, porque sigue siendo terriblemente machista”, aseguró la cantante, que se identifica como trans no binaria. El logro de modificar los rubros cantante masculino y femenino a solista vocal en el Pre Cosquín fue un punto de giro en su carrera así como en la historia del festival más popular del país.
Nahuel Quipildor y La Ferni.
Gentileza.
A sus 12 años, Ferni comenzó a estudiar guitarra, en una familia de clase media donde las artes y la cultura circulaban, con dos padres docentes y filósofos. Por su papá escuchaba ópera y por su mamá tango y folklore. Estudió canto lírico en la Universidad Nacional de las Artes. A sus 24 incursionó en la comedia musical, y ya un año después armó junto a su hermana Luchi el proyecto Ópera Queer, aunque luego ella siguió por el camino del canto lírico, mientras que La Ferni siguió con el folklore. “Recorrimos los barrios, villas, merenderos, con esta propuesta de visibilización con nuestra propia música, llevando por fuera de lo académico, recorrimos durante siete años la provincia”, recordó.
En simultáneo creó la agrupación “Allpa Munay”, reversionando las canciones de Yupanqui, cuyo hijo “Coya” Chavero tuvo oportunidad de ver en vivo, y con visible emoción por la interpretación de una canción que compuso su madre, decidió ceder los derechos de sus canciones inéditas, que se encontraban durmiendo en el Museo de Yupanqui en Cerro Colorado. El grupo se componía junto a Pablo Palacios en piano y dirección, Nicolás Kamienkowsky en guitarra y coros, y Nahuel Villegas en percusión.
Consultada sobre el camino que sigue en torno a grabar sus canciones, La Ferni aseguró que ya se encuentra organizando para grabar en junio su repertorio junto a Nahuel Quipildor, y “para septiembre quizás ya tener un demo de cinco canciones en Spotify, y un segundo con invitados”.
Abriendo camino al igual que la Negra Sosa
La Ferni ya es parte de la historia de Cosquín, y de la misma forma lo fue la primera presentación de Mercedes Sosa, a sus incipientes 16 años, una niña pobre tucumana que interpretó “Canción del derrumbe indio” frente a un público eufórico, propiciada por Jorge Cafrune, quien luego ligó el reto de la organización, que consideró a La Negra como “una india con cara de servidumbre”. Era 1965, y llevó con su música al Próspero Molina a gran parte de la sociedad silenciada: los pueblos originarios.
La aparición de Ferni en Pre Cosquín en febrero de 2022 tiene una marca similar, ya que cuando quiso inscribirse le dijeron que debía hacerlo como cantante masculino. “Yo de ninguna manera me identificaba como tal, y por eso asenté una denuncia en el INADI por discriminación. Fue así que al enterarse, los organizadores de Cosquín debatieron y en cuatro horas cambiaron un estatuto que tenía más de 50 años de antigüedad”. Ahora gracias a ello, personas de disidencias sexuales de todo tipo pueden inscribirse desde entonces para participar en el certamen.
De todas formas, Ferni destacó: “Finalmente pude presentarme, gané el Pre en Buenos Aires, y competí en Cosquín, pero ese año, así como el 2023, siguieron siendo ganadores solistas varones y mujeres. Es una lucha que seguimos dando, pero como dije siempre, vamos conquistando las calles, nos cansamos de pedir permiso, y del escenario conquistado no nos vamos. El arte es subyacente a nuestra identidad, y es una herramienta para comunicar los procesos sociales profundos”.
Entonces recordó las bases musicales a las que responde, ya que “cuando fue pensado el Nuevo Cancionero, este pregonaba que la música popular debe siempre acompañar los procesos sociales. Bueno, antes los procesos no nos permitían mostrarnos como somos, y ahora es el momento”.
