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Colón: un punto que vale

El DT se la jugó con Picco y con Schott, que le dieron la razón. Faltó un poco más arriba, pero fue interesante lo de Colón, que jugó algo mejor que San Lorenzo.


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(Enviado Especial a Buenos Aires)


Cualquier duda que podia generar la idea con la que Gorosito llegó al Nuevo Gasómetro, se disipó rápidamente. Fue interesante lo que hizo Colón desde el arranque. No modificó nada de lo táctico. Paró a los tres hombres en el fondo, dos marcadores-volantes con libertades y obligaciones para el retroceso, un “5” posicional (Picco) y otros dos volantes por adentro formando una dupla de juego (Alvarez del medio hacia la izquierda y Perlaza del medio hacia la derecha), con Pierotti rotando por el frente de ataque y mejorado en su producción individual.
En esa idea, había dos aspectos básicos planteados por Gorosito: 1) tener la pelota más que el rival; 2) ante la pérdida del balón, impedir que San Lorenzo lo encuentre mal parado y regalado para el contragolpe. Las dos cosas ocurrieron. Bien Schott por izquierda, controlando la subida de Giay. Pacientes Picco, Perlaza y Alvarez en el manejo de la pelota, a veces exagerando con el toque hacia atrás pero siempre con precisión y arriesgando lo menos posible. Y enfrente, un San Lorenzo sin claridad, apenas con el desparpajo del Perrito Barrios para encontrar algunos espacios (los pocos que dejaba Colón en su zona de volantes) e intentar el desequilibrio en base a su picardía y habilidad.

Así se fue construyendo un partido en el que Colón no sufrió, controló por completo al rival y le cerró los caminos. Sólido lo de los tres del fondo, bien ayudados por el retroceso de Meza y Schott. Y arriba, a Colón le costó crear situaciones claras de peligro (mucho más a San Lorenzo), pero la visita tuvo la más clara, cuando Wanchope encontró desprotegidas las espaldas de la “Roca” Sánchez (muy hostigado por el público local) y metió el pase profundo para el ingreso de Pierotti por derecha, pero el remate se fue por encima del travesaño. Le dio potencia, pero le faltó precisión.



El planteo de Gorosito fue clave para que Colón deje un mejor aspecto que San Lorenzo en el campo de juego en esos primeros 45 minutos. Pero además, encontró también la buena respuesta de los jugadores. Insisto, sin modificar nada desde lo táctico (paró al equipo de la misma manera que lo viene haciendo), pero con intérpretes que supieron llevar a la práctica lo planificado.

Insúa metió dos cambios en el inicio del complemento, evidentemente disgustado con lo poco que produjo el equipo. ¿Razones?, las virtudes de Colón por encima de los defectos de un San Lorenzo que fue superado, al menos en el manejo de la pelota.
No iban cinco minutos cuando Colón tuvo una situación clarísima: luego de un centro de Delgado, la pelota quedó boyando y Garcés cabeceó a pocos metros del arco, pero apareció el manotazo de ese buen arquero que es Batalla para ahogar el grito de gol sabalero.

Cuando San Lorenzo, empujado por la gente, empezaba a complicar y a ser más agresivo en ofensiva, Gorosito tiró tres cambios a la cancha. Sacó a los dos de arriba (Abila y Pierotti), para colocar a Farías y al Conejo Benítez, en tanto que le dio aire al mediocampo con el Kily Vega en lugar de un Picco de aceptable partido.

Ya el partido había cambiado. No era el del primer tiempo, cuando Colón tenía la pelota y manejaba el partido. O el mismo arranque del segundo tiempo. San Lorenzo apretaba y Colón ya no tenía los mismos espacios para maniobrar, entonces no le quedaba otra opción que tirarla arriba y a dividir.

San Lorenzo imprimía vértigo y Colón más paciencia y lentitud. A pesar de eso, las claras las tenía Colón, como ese centro de Meza que Perlaza alcanzó a conectar pero no de lleno y por eso no logró impulsarla al fondo del arco, mientras que recién a los 37 minutos del segundo tiempo, San Lorenzo contó con una clara, bien conjurada por Nacho Chicco arrojándose para sacar un cabezazo que se le metía junto al poste izquierdo. Una de las pocas veces que San Lorenzo complicó a una defensa de buen rendimiento.

El punto se cotizó. Sobre todo porque se construyó a partir de un buen libreto ideado por el técnico, de una buena respuesta individual, mucho orden y solidez defensiva (muy buen partido de Delgado pero buen acompañamiento del resto). Faltó un poco más arriba. Situaciones no hubo en cantidad, pero las tuvo. Siempre se dice, en fútbol, que los equipos se arman desde atrás hacia adelante. En este partido, con ausencias notorias en el fondo (Goltz) y con dos presencias no habituales como las de Picco y Schott (insisto, ambos de aceptable rendimiento), Colón se armó bien del medio hacia atrás, supo manejar la pelota y controlar el partido durante buena parte del mismo. Y se llevó un buen punto a Santa Fe.


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