El fotógrafo villaguayense José Luis Raota mostrará fotografías de paisajes; Julio Virgolini también fotografías de paisajes y una fotografía más personal, presentará Julián Casella, sobre trabajadores y paisajes ferroviarios, Felipe Espil (fotografías con la temática del tango); Daniel Minsky fotografías documentales de fábricas recuperadas y Gustavo Levita paisajes del campo argentino.
A una cuadra y media del teatro Colón y en pleno centro de Buenos Aires se levanta el Palacio Bencich, edificio histórico, con un sótano transformado en espacio cultural donde el artista, que recorre el mundo con su arte, fue invitado a sumarse a la idea de esta muestra colectiva.
En diálogo con Mirador Entre Ríos, Raota comentó: “La propuesta excelente después de la pandemia y retomando las actividades es importante como una especie de apertura salir de nosotros y mostrarnos como un desafío y con seis miradas en blanco y negro exponer trabajos sobre Argentina”.
“Cada uno con su visión, por ejemplo, fue encontrándose con la música y la danza a través del tango, otro eligió fábricas abandonadas, con participación de personas de interior y de Buenos Aires con propuestas de fotografías camperas y en mi caso fotografías camperas hechas en Villaguay y también en el sur del país·, comentó.
El artista entrerriano definió que “la muestra es interesante desde lo artístico y además por la amplitud de miradas que sugieren mucho en relación a lo que transmiten y lo que percibe quien aprecia este tipo de expresión del arte”.
Como fotógrafo de ATGRA, “hoy se está reclamando la participación del interior con la mirada periodística que es sumamente enriquecedora para nuestra profesión. Felizmente ahora se ha votado para lograr ese avance e integrarlos a esta asociación”.
En cuanto a la fotografía el notable artista consideró que “el momento a captar está en la decisión de apretar el botón para registrarlo y no quedarse con esas sensaciones que te provoca y de esa manera tenerla en una película o en formato digital, es la forma de detener ese momento con una captura”.
Respecto al legado de su padre, Pedro Luis Raota, considerado aún hoy entre los 10 mejores fotógrafos del mundo, expresó: "Han pasado muchos años y me conmueve lo que pasa son su obra. Hace unos días estaba mostrando una fotografía de la década del 70, a una periodista, que recreaba la imagen de un niño y para lograrla hizo un pozo y encendió una bengala. Eso habla de lo que se construye previamente como sucede cuando uno quiere dar un mensaje o cuando un director de cine hace una maqueta, pero esto es en la vida real. Por eso digo que mi padre fue el primer `photoshopero´”.
Al mismo tiempo agregó que “uno piensa cómo se imaginaba la imagen y eso se tiene en mente para después lograrlo con un personaje, el lugar de su locación, la ropa a usar, definir si será en blanco y negro o color. Todo eso es una preproducción para después lograr el objetivo".
Raota consideró que “el retrato comercialmente no es vendible, pero sí un desafío muy grande para el fotógrafo porque tiene que lograr la expresión, acercándose a la mirada y que la foto transmita a la persona en toda su dimensión. En realidad, es más fácil captar un paisaje que hacer un retrato y en mi caso por suerte tengo esa práctica porque pude realizar muchos. Hay personas que se brindan y otras que no. Se debe buscar la forma de romper el hielo y hay veces que la foto no se logra. Se trata de imaginar a esa persona en cierta edad, qué hace, a veces una pregunta ahonda sobre sus gustos y eso nos orienta a buscar también el ámbito para ese retrato que debemos lograr perdure en el tiempo, aunque se capte solo un momento. Hay veces que tenemos que ir varias veces a un lugar para obtener una foto".
Raota definió que “se resume una fotografía en un momento y hay situaciones que son para el cine que no solo tiene movimiento, sino música y otro entorno. A veces la fotografía peca en ese sentido. Preguntan cómo se logran todas estas consignas, que son esenciales, y es cuestión de perseverar y querer buscar constantemente. Por ahí uno tiene un nicho y le gusta esto”.
El fotógrafo profesional comentó el caso de un curso de video que realizó en una agencia de Buenos Aires y “en el intercambio hablábamos de las capacidades que tenemos cada uno que son distintas y como el curso era allí teníamos que romper el esquema para poder realizar cosas en la ciudad. Creo que esa mezcla es interesante de la ciudad venir al pueblo y al revés porque rescatamos otras cosas para obtener una mirada que nos permita abstraernos”.
Raota brindó una charla el pasado jueves y dijo que espera ver caras de entrerrianos visitando la muestra, “encontrándonos en otro lugar”.
La exposición "6 fotógrafos en el Bencich, confluencias en blanco y negro” comenzó el jueves 1 de junio en el Espacio Bencich (Tucumán 810 de Ciudad Autónoma de Buenos Aires). Se extiende hasta el 30 de junio, y puede visitarse de miércoles a viernes de 17 a 19 horas.