Goleada a Independiente

Unión ganó en su estadio: ¡3-0!

La rompió toda el MVP Machuca, hubo otro golazo de Dómina, Zenón lo durmió a Rey de tiro libre y “Bigotito” cerró la goleada. Méndez, con sprint de 14 sobre 18, lo sacó de Terapia y ahora parece Aruba.


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Del peligroso coma inducido de hace algunas semanas a un crucero rojiblanco de fútbol y goles en medio del Caribe. Ahora parece Aruba el Tate. De la nada misma a casi todo, porque no es sólo el tema obsceno de los números (seis sin perder y 14 de 18), sino que se volvió a lo básico: Unión gana porque juega bien y es mejor que su rival. Esta vez, muchooo mejor que Independiente.

No es que ahora “sobra” ni hay como para andar tirando la famosa manteca al techo. Menos en este club y mucho menos en estos tiempos. Pero la realidad, mirando la cara de quienes llegaban en peregrinación al 15 de Abril y sondeando los ánimos en la semana, no estaba ese ambiente de “máxima tensión” de los primeros partidos cuando llegó el “Gallego” Méndez después de las cenizas de Munúa.

Luis Cetraro.



¿Los motivos?: primero, la tabla: hace un puñado de fechas, cuando se perdió en casa con Sarmiento de Junín, algunos hablaban de muerte cerebral, daño irreversible y certificado de defunción preparado. Para no perder tiempo, vio?. Ahora, antes de Independiente, en la previa, el Tate le había sacado dos puntos de luz a Vélez y uno a Huracán, con un juego menos. Y dos a Banfield, que en esta fecha debe jugar con el duro Belgrano en Córdoba. Sin ir más lejos, más allá que “el mal del otro es…”: en Parque Patricios, la cabeza de Battaglia dando vueltas por insultar a la platea; en Liniers, el histórico Lucas Pratto, al borde de la rescisión del contrato para descomprimir en el Fortín.

Segundo, esta reacción de “tres al hilo” (Santiago, Ducó y Gimnasia acá), más dos valiosos empates ante durísimos rivales (Newell’s en el Parque y Lanús en casa), le dieron una reacción esperanzadora al Tate. No sólo por “11 de 15”, sino por la mejoría en el juego en sí.

Tercero, porque el grupo pareció hacerse fuerte en el peor momento del fútbol profesional de Unión de Santa Fe desde su última vuelta a Primera. Ese “fuego”, ese “miedo” y esa “vergüenza” terminaron en algo positivo. Se fue Lucas Esquivel al Paranaense de Brasil y Santiago Mele al Junior de Barranquilla de Colombia; sin embargo, el equipo generó el antídoto y acertó con la vacuna para seguir con vida. Luego del buen juego con el duro Lanús de Kudelka, los mismos soldados para otra dura batalla.

Vamos al partido, con el mismo ADN de Unión contra Gimnasia y Lanús: ir al frente, pero con los pies sobre la tierra. Empujado por la multitud tatengue en las tribunas, lo fue metiendo Unión al Diablo en su propia Caldera. Y si bien es cierto que lo cocinó con un “apiladón” de Machuca (limpió a tres, distrajo al cuarto y pase-gol) y una definición de Dómina extraordinaria con pique al espacio vacío, lo dejó vivo a Independiente de manera innecesaria.

El gol no fue gol, fue golazo. La “gambeteada” fue revolucionaria pero el pase al gol de Machuca fue frío, dañino, cerebral. Lo que hizo el chico del IPEI pareció, desde la tranquilidad, la sumatoria de “Fantasma”, el “Tuerto” y el “Turco”, como si tuviera 100 partidos en Primera.

A propósito de Dómina, un primer tiempo impecable. A las corridas, entrega, corazón y a esa frase que me dijo en la entrevista post-primer gol (“Termino todos los partidos acalambrado”), le agregó juego. Antes del gol, avisó en una nota donde Rey fue el rey de la tapada y se la sacó con el pie. Después del gol, casi la clava de zurda, como venía, luego de un slalom de Zenón. De yapa, hasta un caño tiró de lo agrandado que se lo nota.


Calderón, sobrio atrás, manejó mal un tres contra uno arriba; Luna Diale se lo perdió de cabeza; Gordillo sacudió de lejos. Aún con todas las retenciones impositivas de Argentina, al menos debió irse 2-0 al descanso. Era por dos. O por lo que erró. O porque el que hizo valió doble por la belleza.

¿Independiente?: bien, gracias. Superado en casi todo y dejando en claro que a “Caute” hay que cuidarlo hasta cuando la pelota está afuera. Lo “soltó” Calderón y casi lo sufre Moyano en el primer palo.

Si ese primer tiempo fue “lindo”, el inicio del complemento fue hermoso. Otra vez, Machuca imparable, al piso e infracción (esta vez lo tumbaron para evitar lo del primer gol). Dos pateadores, amague del “bigotito” y zurdazo del correntino al primer palo con toda la rosca. “Si entra al palo del arquero…”, se escribió el día que inventaron la pelota. Hubo avivada de Kenin y responsabilidad de Rey. Una fiesta el 15 de Abril con el 2-0.

Al toque, Machuca, al que le dicen que la largue más, se comió el tercero por no ser “morfón”: frente al arco buscó habilitar a Dómina cuando era el 3-0. En la siguiente, el rival con diez por la salida de Barcia.

Llegaron los cambios, la ovación para el gol del IPEI desde los cuatro costados. La primera que tocó Castrillón, en una contra, pase-gol y golazo de Machuca a la carrera, abriendo la pierna como los que saben. Era 3-0 y temblor. Se movía el cemento de López, Planes y Machuca.

Otro clima, otro Unión. Como si la canaleta volada se hubiera llevado la mala energía de esas fechas oscuras con corridas y gritos. Como si de lo más profundo de ese socavón del Malvicino salieran los mejores duendes de la historia del Tate para reencarnar en esta sangre nueva.

Tanto agite en las últimas horas con “Unión por la Patria” que este Unión, desde Santa Fe, hizo Patria con su sangre nueva. Se cargó a un grande, como Independiente, al que lo pasó por arriba, le ganó bien y lo goleó.

De ese Unión “casi muerto” el día que perdió con Sarmiento a este Unión vivito y goleando. Abajo, en el césped frío, hay orgullo por la sangre nueva, con el MVP Machuca tocando el cielo con sus gambas. Arriba, en el cemento caliente de tanto aguante en esos momentos de mierda en el 15 de Abril, hay un merecido premio del destino para esos miles y miles de tatengues que siempre estuvieron. En las malas, mucho más.

 


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