El precandidato a gobernador por Juntos Hacemos buscará construir un consenso técnico y político para llevar adelante los cambios en esas dos áreas. "Tenemos que sentar en una mesa a los técnicos de todos las fuerzas políticas para elaborar un proyecto amplio que pueda ser tratado en la Legislatura", expresó.
-Las grandes ciudades tienen problemas distintos al resto, probablemente el más importante es el tema de la seguridad, sobre todo en Rosario, pero también Santa Fe. ¿Como piensan encarar un problema que hace 15 años tiene la provincia y al que nadie le ha encontrado solución?
-Lo más importante es entender que debemos hacer un acuerdo político para hacer todas las reformas que haya que hacer en la policía y el servicio penitenciario. También en el tema de la justicia, en cómo trabajamos para darles las herramientas necesarias al MPA y a la justicia federal para que puedan trabajar coordinadamente. Hoy, en muchos aspectos, lo están haciendo. La llegada de la doctora Vranicic le dio un aire fresco al MPA en las políticas investigativas; y necesitamos un refuerzo muy grande del ámbito federal pero no solamente en números sino para coordinar acciones, trabajar en la prevención, en el control de las rutas, no solamente en los barrios de las zonas más calientes, sino cómo ingresa la droga desde las rutas nacionales 33 y 34, de las distintas condiciones que tiene una zona. Como decimos siempre, Rosario es una zona muy buena en la logística tanto para lo bueno como para lo malo. Y, finalmente, insistir siempre es con el plan de prevención y con la matriz social.
-Todos los precandidatos coinciden en la necesidad de llevar adelante una reforma policial y del servicio penitenciario. ¿En qué sentido crees que debería ir esta reforma?
-La cuestión de la formación policial, donde debemos apuntar, fue modificada en el 2007 y claramente no dio resultado. Por supuesto que técnicamente hay que sentarse a discutir, a debatir, pero lo que digo es que en este tiempo la única reforma que se presentó en la Cámara de Diputados fue la de Sain y se cajoneó. No se trató ni el de Sain ni ningun otra. Bueno, es necesario construir un consenso político, ponerse de acuerdo y tratar este o el proyecto que se consensue. Hay que convocar a los que más saben del tema y sentarlos a que piensen un proyecto. Hoy los cuadros técnicos de las distintas fuerzas políticas se están sentando en distintas mesas que ha convocado el gobierno. Sería una buena alternativa que trabajen en un proyecto para que esta Legislatura o la que sea electa en diciembre lo trate rápidamente y quienes inicien la nueva gestión en diciembre tengamos una nueva reforma. Si estamos todos de acuerdo hay que hacerlo. Lo mismo con la reforma del servicio penitenciario, en donde hoy se dan situaciones que claramente hay que corregir.
-¿Es difícil hacerlo en el marco de una campaña electoral?
-Sí, pero hay algunas acciones que no pueden seguir esperando. Lamentablemente tampoco hubo una ayuda legislativa para modificar lo que todos sabemos que está mal.
-Además de la cuestión preventiva y punitiva, enfatizas la necesidad de abordar el problema de la violencia desde la cuestión social a partir del desarrollo de instituciones barriales que hoy están medio abandonadas como clubes, asociaciones vecinales: como segunda barrera de contención, la primera es la familia, de contención de los chicos en los parques.
-Claramente apostamos a la familia. Pero lamentablemente hay sectores de la sociedad en donde el núcleo familiar está muy dañado y tenemos que ir en asistencia a esos lugares. Del abordaje deben participar las instituciones intermedias para que un club, una iglesia, una vecinal, una ONG pueden ser los lugares de contención. Acompañados por el Estado. Ya muchos están trabajando, pero el acompañamiento del Estado y no solamente en lo económico, sino en el material humano, es imprescindible. Campañas contra las adicciones creo que son fundamentales. No solamente en la prevención, sino en cómo seguimos para recuperar a aquellos que cayeron en la droga. Apuntar también a sistemas con la justicia penal. Nosotros tenemos la posibilidad de incorporar en Santa Fe lo que se empieza a trabajar en Córdoba, que lo va a adoptar San Juan y se viene dando en San Isidro, que es la justicia juvenil restaurativa, que tiene un abordaje mucho más puntual, preciso, donde primero la prevención y después la recuperación para que no siga cayendo en acciones delictivas. Ese es un trabajo que ha dado frutos a nivel internacional y es una mirada distinta que tenemos que abordar.
-¿Cuál es el rol de la escuela en este proceso?
-Hay que implementar la doble escolaridad en los barrios. Me van a decir que en un edifico hay tres escuelas juntas. Bueno, hay que buscarle las alternativas con esto que digo, con las instituciones de barrio. Por eso, en algunos lo vamos a poder hacer mucho más rápido, en otros va a llevar un poquito más de tiempo ¿Se va a poder hacer todo junto? Seguramente que no, pero son acciones y políticas de Estado que hay que comenzar ya porque no va a alcanzar con un solo gobierno para implementarlas. Un proceso de deterioro que lleva 25, 30 años no lo vamos a solucionar en cuatro. Pero empecemos a trabajar con los chicos de cero a 12 años porque esa es la edad donde expresan lo que va a venir después.
-Es inevitable que esas situaciones desemboquen en violencia.
-Delito y violencia. Se genera lo que absorbe el niño en esa edad, hasta los 12 años, como esponja. Si el método que él ve y se desarrolla en un método donde las cosas se resuelven con violencia, va a tener en su vida una mentalidad cargada y pensada desde la violencia.