El barrio de La Florida, en la zona norte de Rosario, explota de personas y turistas en la temporada de verano, pero cuando el frío llega y los visitantes merman, el mantenimiento de esa parte de la ciudad se congela o, por lo menos, eso es lo que denuncian los vecinos y vecinas que viven allí todo el año.

Desde la vecinal “La Florida” señalan que las dependencias estatales a lo largo de la denominada Rambla Catalunya quedan totalmente “vacías y cerradas”, del mismo modo que la presencia policial es “prácticamente nula”.

La falta de pintura y de mantenimiento de los espacios públicos es otro de los tópicos que se exponen sobre la mesa de las acusaciones. “Calles en mal estado, basurales a cielo abierto, puentes sucios, veredas rotas”, son solo algunos de los ejemplos que comentaron a este medio desde la vecinal.

Su referente, Marcelo Carrasco, detalló a Mirador Provincial que “La Florida está abandonada”, haciendo alusión a la falta de mantenimiento de todos los espacios que la componen y la falta de la presencia del Estado.

Carrasco, quien vive en la zona, apunta a que se detecta que “hay muchos comercios que generaban mucho movimiento antes y que ahora están cerrados y por esto no se mantienen las veredas, los banquitos públicos para sentarse están muy rotos”.

 

El referente de la organización hace una diferencia “notable” entre “los lugares que se encuentran concesionados”, que se ve que los mantienen con iluminación, pintura, seguridad, mientras que “los que son gratuitos o públicos se vienen abajo como es el caso del mirador”.Foto: Mirador

 

Y agrega: “Lo que se ve es que no hay una mejora constante de La Florida –siendo una zona clave de Rosario- como sí sucede en otros espacios que también se ubican en la costa de la ciudad como lo es la costanera céntrica”.

Desde la vecinal quieren hacer público el reclamo para que se atienda su denuncia y se pueda mejorar el barrio. En tiempos donde los índices de violencia en Rosario no paran de crecer y la inseguridad pareciera haberse apropiado de los barrios, Carrasco busca que el Estado vuelva a intervenir.

El referente de la organización hace una diferencia “notable” entre “los lugares que se encuentran concesionados”, que se ve que los mantienen con iluminación, pintura, seguridad, mientras que “los que son gratuitos o públicos se vienen abajo como es el caso del mirador”.

Lejos de quedarse con los brazos cruzados, Carrasco contó que presentó en el Concejo Deliberante muchos proyectos en busca de que “el mirador se ponga a punto y pueda ser disfrutado por todos”, además de que “se instalen más cámaras de videovigilancia”, porque “acá en el barrio no se ve ni la policía ni los agentes de la secretaría de Control y Convivencia”.

La zona de la Rambla Catalunya tiene una cara en verano y otra muy diferente en invierno. Es que se trata de un sector de Rosario que es muy utilizado en los días de calor por el hecho de contar con playa pública y privada y diversos bares costeros que invitan a pasar los potentes días calurosos.

Cuando llega el frío y los días se acortan, el panorama es totalmente diferente. “Por ejemplo, durante la temporada de verano la seguridad explota por todos lados, con diversos controles, saturan las cuadras prácticamente, pero cuando llega el otoño –que disminuye el tránsito- queda todo liberado”, advirtió.

 

“Lo que se ve es que no hay una mejora constante de La Florida –siendo una zona clave de Rosario- como sí sucede en otros espacios que también se ubican en la costa de la ciudad como lo es la costanera céntrica”.Foto: Mirador

 

El referente de la vecinal destaca que los arrebatos, robo de celulares, cadenitas, pulseritas, entre otros hurtos “se ve de forma cotidiana”. Esto genera que los vecinos y las vecinas de la zona no se movilicen con tranquilidad cuando queda atrás el verano.

Carrasco cuenta de un modo gráfico que, de alguna manera, cuando llega la Primavera empiezan a pintar y arreglar algunas cosas y comienzan a apostarse desde Tránsito hasta los destacamentos policiales y municipales, pero cuando llega el frío es como que se apaga la luz y no se vuelve hasta el próximo verano.