Leyla es una jovencita que al terminar el colegio incursiona en el teatro, se enamora, se pelea con su madre, y descubre que quiere dedicarse a ser escritora. En el camino, la joven descubre la oscura historia de su origen familiar, por el cual su abuelo ha vivido una vida triste: siempre supo (y ocultó) que es hijo de una prostituta, pero nunca supo cuál fue el destino de su progenitora, esclavizada por una asociación que existió entre fines del 1800 y 1933, llamada la Asociación Varsovia, y que en la ciudad eran señalados como “los tenebrosos”. Entonces su nieta, narradora y protagonista de esta historia, descubrirá ese origen para sanar el legado familiar.

Tal es la historia que relata “La Polaquita” (Editorial Homo Sapiens), una novela ficcional para el público joven y adolescente, basada en ese período oscuro de la historia argentina y rosarina, en el cual la trata de personas era lo normal y corriente, en su mayoría jóvenes judías
traídas engañadas por proxenetas desde Europa a Rosario, y otras ciudades portuarias.

La escritora y dramaturga rosarina Patricia Suárez presenta su libro “La polaquita” este jueves 10 de agosto a las 16 en el auditorio Angélica Gorodischer del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa (San Martín 1080), en el marco de la Feria Internacional del Libro de Rosario. En la presentación habrá una performance de música klezmer y lecturas de su obra Las Polacas. Será presentada por esta periodista, y acompañarán a la autora las actrices Camila Pfeffer y Gabriela Cantatore, ambas protagonistas de la serie Las Polacas, estrenada en 2022 en la TV Pública.

La autora de esta nueva novela juvenil contó a Mirador sobre cómo, tantos años después de haber escrito la obra Las Polacas (es del año 2000), pensó esta novela sobre la llegada a la adultez de una joven de la misma edad que ellas. “Hace como un año, Perico (Pérez, editor de Homo Sapiens) me pidió que escribiera una historia sobre las polacas traídas para la prostitución, pero para su colección de literatura infantil. Y fue una patada al riñón. Pensé que era imposible, ¿cómo contar esa historia tan horrible que pasó acá en Rosario, principalmente, por ser ciudad portuaria? Porque nadie quiere ser prostituta y menos esclava. Entonces decidí contarlo desde una ficción, con una protagonista que es adolescente en el año 2000 (porque ese año dejé de vivir en Rosario), y que fuera bisnieta de una joven que haya sido traída engañada, en este caso Anka Cosacow, desde Rusia a Rosario”, precisó.

A lo largo de la novela se entrelaza la historia de un primer amor de la protagonista con un joven cubano, el conflictivo vínculo que tiene con su madre, y también la historia irresuelta de su abuelo. Consultada la autora sobre la construcción de estas historias entrelazadas de forma intergeneracional e intercultural, precisó: “Yo escribo muchas obras teatrales, y eso es el entramado de matices de cada personaje. Somos todos matices, cada persona es muchas cosas a la vez, con las complejidades que tiene su psicología, no es un personaje plano”.

Acá debía pensar en contar algo de las vidas de estas pobres prostitutas, entonces pensó en plasmar la vida de una bisnieta, que cuando avanza en su vida, “descubre la historia de Anka, la vida que le quitaron y las negligencias. Y cierra con la lucha de su abuelo Pavel porque las autoridades reconozcan a su madre y a las 18 mil mujeres prostituidas en esos años del 1900, porque ni tumbas dignas tuvieron ellas, y es una historia que no tiene en Pichincha ni una placa, ni es algo que se enseñe en escuelas, y son chicas que vivieron en esta ciudad”.

Y sobre el personaje cubano, explicó que buscaba mencionar algún otro inmigrante “porque a comienzos de siglo pasado eran todos europeos de Ucrania, Rusia, Moldavia, Lituania y Polonia, pero las inmigraciones de estos últimos años son las latinoamericanas, de Venezuela, Brasil, Haití y Cuba”.

En el libro hay muchos lugares rosarinos reales como La Sede, Discepolín y la heladería Suiza, la historia del Monumento a la Bandera, y también seguramente algo de lo autobiográfico, ya que su autora tiene orígenes judíos en su familia materna: “Es una ficción basada en la juventud del año 2000 (época que recuerdo de Rosario, que es cuando me fui a vivir a Buenos Aires) para narrar la ciudad que recuerdo, pero yo viví toda mi adolescencia en el barrio Abasto, en Pasco y Entre Ríos, que era el antiguo Mercado de Abasto. Y recuerdo que siempre estaba esta cosa graciosa de vecinos que me decían ‘ah, sos judía, sos una polaquita entonces’. Y a mí me daba una rabia tremenda que hablaran del asunto de forma chistosa”. Después de grande, Suárez fue conociendo la historia de las polacas traídas para la explotación sexual al leer los libros “Una tal Raquel” de Nora Glickman y “Prostitución y rufianismo” de Rafael Ielpi y Héctor Zinni. Y desde entonces le interesó contar esa historia: “Soy hija de una mujer judía, mis abuelos vinieron de Turquía en 1913, eran sefaradíes de apellido Cohen. Y viví cierta vergüenza de mi madre sobre nuestra identidad, aunque a la vez ella reconocía que somos judías”.

Recordó entonces cuando empezó a escribir Las Polacas, que su madre tuvo temor a que sea discriminada nuevamente. “Justamente me metí en el tema porque es parte de la historia de Rosario, y ni la comunidad judía ni la Municipalidad lo plantea en ningún lado. Pichincha no puede quedar solamente como un lugar turístico y gastronómico. Es una deuda que tiene la sociedad con esas miles de chicas que ni siquiera tuvieron digna sepultura”. Finalmente reflexiónó que “en esa época la doble moral generaba que los hombres fueran a los prostíbulos y sus esposas acordaran. Y el tema hay que seguirlo trabajando en la sociedad, porque hoy hay otra doble moral, donde esos lugares están prohibidos, pero la trata de mujeres sigue existiendo. Vivo cerca de un antro entre San Telmo y Constitución en Buenos
Aires”.

Sobre la trilogía y la serie
La trilogía teatral “Las Polacas”, dirigida por Ciampechini, se desplegó por la ciudad y cruzó también fronteras (Buenos Aires, Córdoba y hasta Washington), desde 2002 durante varios años. Incluso tuvo una edición en el barco Ciudad de Rosario, durante un paseo nocturno por el río.

En dicha obra se basó la serie televisiva del mismo nombre, también bajo la dirección de Ciampechini y con guion adaptado por Patricia, que se filmó para una distribuidora de España, y se pudo ver en 2022 por TV Pública. La serie se desarrolla en seis capítulos, todos con primera parte ficcional y segunda parte con un documental sobre lugares, características y testimonios de historiadores, donde también participa la nieta de Raquel Liberman, la joven que denunció a la organización Zwi Migdal y logró desarticular para siempre la red de prostitución en los años ’30 en el país.

Bio de la autora

Patricia Suárez nació en Rosario en 1969. Es autora de numerosas obras de teatro y de una frondosa obra literaria. Como narradora publicó, entre muchos otros, los libros “Perdida en el momento” (Premio Clarín de Novela 2003), “Un fragmento de la vida de Irene S.” (Colihue, 2004) y los libros de cuentos “Rata Paseandera” (Bajo la Luna Nueva, 1998), y “Esta no es mi noche” (Alfaguara, 2005).

“En la Varsovia” es su última novela que se centra en la trata de blancas en la década del '30, que se basa en su trilogía “Las Polacas”, y fue recientemente publicada en formato Ebook en el portal Bajalibros.com. En 2020 recibió el Premio de Teatro José Moreno Arenas de Granada por su obra “Reproche”. En 2021, su obra “Amarga Marietta” fue seleccionada por el concurso Nuestro Teatro para ser filmada y emitida por streaming por el Teatro Nacional Cervantes.

Recientemente se montó en el Teatro Gala de Washington DC el musical “Ella es tango”, con textos propios donde rescata mujeres del tango y en el cual homenajea a la inolvidable Tita Merello. En 2022 su obra “Se dice de Tita” fue ovacionada en el Festicaribe de Santa Marta, Colombia.

Este año estrenan, en Madrid su obra “El fruto”, y en Panamá la obra “Embarazados”. Y se encuentra en pre preproducción el cortometraje para niños “Los mundos de Reni” dirigido por Claudia Ruíz. Las obras teatrales de Patricia son representadas constantemente tanto en Argentina como en numerosas ciudades latinoamericanas, de Estados Unidos, España e Italia. En homenaje a su acervo, se realizó un ciclo de varias obras suyas en 2021 en el Centro Cultural Parque de España. Suárez reside en la ciudad de Buenos Aires. Aunque a Rosario aseguró que, como el tango, “siempre estoy llegando”.