Tango

Emiliano Messiez presenta Psicoporteño


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El pianista y compositor argentino Emiliano Messiez, radicado desde 2016 en la ciudad de Nueva York (Estados Unidos) presenta Psicoporteño, la obra más ambiciosa de su carrera. De la mano de un verdadero seleccionado de artistas, La Típica Messiez comandada por Emiliano en piano y dirección musical, cuenta con el impulso de Meredith Klein, directora del Festival de Tango de Filadelfia, a cargo de la producción del álbum.

La formación está integrada por: Horacio Romo, Santiago Polimeni, Natsuki Nishihara y Leandro Ragusa en bandoneones; Pablo Agri, Manuel Quiroga, Christine Brebes, Sumire Hirotsuru y Sergio Reyes en violines; Eugenia Massa en viola; Jacqueline Oroc en cello; Quique Guerra en contrabajo y las voces de Cucuza Castiello y Juan Villarreal. De Vidrio, una de las composiciones más reproducidas del álbum estuvo inspirada en la música de Philip Glass, artista admirado por Messiez.

“Analizando su música, armonías y procesos compositivos fue apareciendo esta canción que comienza con una especie de milonga campera, aunque no con los acordes tradicionales o predecibles, para luego terminar en una yumba con una melodía minimalista que cuenta con un hermoso solo de violín de Pablo Agri”, concluye Emiliano.

Bochinche, otro de los temas de Emiliano, es una versión del primer tango que el artista compuso oficialmente en su vida. “Por esa época venía de estudiar y tocar mucho el estilo de D’Arienzo, así que me pareció divertido explorar por ese lado. A su vez, en un momento del tema, decidí rendirle un pequeño homenaje a “Uno” el clásico de Mariano Mores, que fue la primera canción que toqué en un piano cuando tenía tan sólo 3 años. Es así que en un pasaje de Bochinche se puede escuchar la melodía de: “uno busca lleno de esperanzas, el camino que los sueños…”, comenta Messiez.

En conversación con Mirador Provincial, Messiez nos cuenta como es su mundo artístico y lo que representa volver a su país natal.

-¿Cuándo y cómo nace tu pasión por la música?
-Según me cuenta mi madre, desde muy chiquito, cuando tenía tan solo 3 años. En mi casa había un piano en el living y yo me la pasaba todo el tiempo sentado ahí sacando melodías, acordes y muy probablemente a su vez, aturdiendo a mis vecinos. También debo aclarar que fui criado en una casa donde la música estaba presente constantemente, ya sea en la radio, a través de los discos que sonaban siempre y a través de las amistades, por lo cual estoy muy agradecido con mis padres por eso. Supongo que ese ambiente en el que me crié, sumado a algún gen de mis antepasados y ese piano esperando en el living de mi casa, hicieron que nazca esta pasión que mantengo hasta el día de hoy.

-¿Cuál es la primera experiencia que recordás con la música?
-Lo primero que recuerdo es yo muy chiquitito sentando en el piano, intentando sacar la melodía del tango “Uno” de Mariano Mores a mis 3 o 4 años. Por alguna razón me había gustado esa canción y me divertía buscar las notas correctas para poder tocarla. Es por eso que decidí incluir un pedacito de ese tango, como homenaje, en el tema “Bochinche” que compuse para Psicoporteño, el álbum que acabo de lanzar y que ya está disponible en todas las plataformas de música. A su vez, también a esa edad, me acuerdo que me encantaba poner discos en el tocadiscos que también estaba en el living de casa. Y lo que hoy me maravilla, y en esa época no me daba cuenta, es de la variedad de música y estilos que había entre esos discos: Mozart, Mercedes Sosa, Piazzolla, Charly García, Beatles, etc. Hoy miro para atrás y creo que esa diversidad, esa versatilidad de músicas conviviendo juntas en el living de mi casa marcaron muy profundamente mi carrera musical y me dieron una apertura y cierta mirada desprejuiciada que intento mantener hasta el día de hoy.

 

Psicoporteño es la flamante producción del Festival de Tango de Filadelfia.
Gentileza: Yael Szmulewicz.

 

-¿Cómo analizás la actualidad de los músicos en nuestro país?
-A nivel creativo, super interesante y muy rica, como siempre lo fue. Hay muchísimas propuestas de todo tipo lo cual es maravilloso y siempre con mucha calidad. Desde el rock, el folclore, el tango y la música clásica. Lo triste, que también siempre lo fue, es que no es tan fácil vivir de la música, por lo cual lamentablemente muchos músicos se terminan yendo del país, y los que no lo hacen, están a la espera de conseguir algún trabajo temporal en el extranjero.

-¿Qué cosas extrañás de Argentina?
-Extraño muchas cosas... como poder cenar en un restaurante pasado la medianoche y que esté repleto de gente… entre otras, jaja. Me encanta cocinar y la comida en general, así que por supuesto se extrañan muchos los sabores, los productos y las comidas. Pero también me gusta probar cosas nuevas y el vivir en Nueva York me hizo descubrir muchísimas comidas de las que ahora soy fan. Creo que tengo un poder de adaptación muy grande, por lo cual puedo vivir sin el dulce de leche o la morcilla, jaja. ¡Ahora bien, vivir sin el pastel de papas de mi mamá, eso ya es otro tema que aún estoy tratando de aprender, aunque ella no me quiere pasar la receta!

-¿Cómo fue la preproducción de “Psicoporteño”?
-La preproducción del disco fue un delirio hermoso. Empecé a escribir los arreglos y a componer la música nueva en Nueva York, dos meses antes de viajar a Buenos Aires. El tema es que llegué a la Argentina y todavía no había terminado con todo. Me faltaban aún componer 2 temas, preparar las partituras para cada instrumento, y algunas cosas más. Y lo cierto es que si bien todavía faltaban dos semanas para la grabación, teníamos planeado un viaje familiar a la costa para celebrar el cumpleaños número 50 de mi hermana Paula, al cual no podía ni quería faltar. Así que lo resolví llevándome un piano a la playa. El instrumento me acompañó durante toda esa vacación familiar, estuvo siempre presente ahí en mi habitación: de día, familia y playa; y de noche, escribía música sin parar. Eso y mucho café, un gran aliado!.

-¿Qué importancia le otorgás a la educación musical?
-La necesaria siempre y cuando sea parte de un juego y nos encuentre aprendiendo sin darnos cuenta. Me pasa muy seguido escuchar personas que dicen que para poder tocar un instrumento hay que saber leer música, por ejemplo. Y si bien me parece importantísimo poder leer una partitura, siempre tuve muy claro que Paul McCartney no sabía ni el nombre de los acordes que usaba cuando tocaba sus propias canciones. Ahora bien, su oreja estaba bien despierta y se enteraba de todo. Lo que quiero decir es que puede ser que haya más o menos talento o facilidades en determinadas personas, pero lo que nunca tiene que faltar son las ganas y el deseo de hacer música, como si fuera una necesidad básica. Si sucede eso, vas a estar aprendiendo sin darte cuenta.

-¿Cómo describirás en vos tu desempeño como compositor? ¿Cómo se da ese proceso creativo en vos?
-La verdad es que depende del momento y del estilo que tenga o quiera componer. En Nueva York tuve la oportunidad de trabajar con muchos letristas para distintas obras de teatro musical en los que estuve involucrado y diría que en esos casos son las letras las disparadoras de melodías y armonías para mí. Por otra parte, en el caso del tango y particularmente de los temas que compuse para “Psicoporteño”, las ideas surgieron escuchando mucha música, orquestas de tango que me gustan y también otros estilos de música. La canción “De Vidrio” por ejemplo la compuse inspirándome en la música de Philip Glass, compositor que siempre admiré mucho. Otra cosa que me inspira y me ayuda mucho en el proceso creativo para mí es una buena comida; cocinar mientras compongo música es uno de mis mayores placeres.


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