Copa de la Liga Profesional

Triunfazo de Colón ante Argentinos Juniors

Lo ganaba la visita con un golazo de Gondou pero Colón jugó 20 minutos de un fútbol-total en el inicio del complemento para darlo vuelta 3-1 para delirio de su gente en las tribunas. Salió de ese incómodo puesto y ahora espera el domingo por Unión.


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Colón, como en las grandes hazañas que hicieron grande la leyenda del Cementerio de Elefantes, usó galera y bastón para enterrar en apenas 20 minutos al siempre respetable Argentinos Juniors. Sin ser naranja, fue un Colón mecánico de fútbol-total donde la estrella de San Juan iluminó las estrellas terrenales: Botta, Favio y "Wanchope" dejaron en claro su jerarquía con la bola en los pies. Así, el equipo de "Pipo" hilvanó tres puntos determinantes y llega con los pies sobre la tierra al clásico ciudadano: mente fría y corazón caliente.

La victoria cotiza al blue en todos lados: 1) por la jerarquía del rival de turno, el siempre respetable Argentinos Juniors; 2) por cómo arrancó la historia: 0-1 de local, en ese ingrato puesto de descenso y con minutos de extravío futbolístico donde Argentinos lo dejó vivo; 3) por la forma de jugar a la pelota para darlo vuelta, con toques, asistencias y transiciones rápidas: Botta, Favio y "Wanchope" abanderados; 4) por la reivindicación de su golero, Ignacio Chicco, determinante esta vez para frenar el temporal cuando llovía por todos lados; 5) finalmente, por el triunfo de una idea de juego que propone "Pipo" como entrenador: "Colón gambetea el miedo jugando al bolo" fue el título el día del 2-0 a Gimnasia.

Vamos al inicio. Finalmente, más allá de las especulaciones y trascendidos, "Pipo" lo mandó a Colón a la cancha con la esperada vuelta de Paolo Duval Goltz en el fondo, el necesario retorno de Damián Batallini en la zona de medios y la inserción de Emmanuel Más en el fondo por el histórico Rafael Delgado. En ese revoleo de rumores, la continuidad para el paraguayo "Pika" Cardozo Lucena, cuando muchos apostaban por Moreyra de "5".

 

 

"Yo hace mucho que juego al fútbol, la presión siempre está. Porque cuando se arma para salir campeón, la presión es pelear arriba; cuando buscás una Copa, lo mismo; con el descenso, es igual. Estamos todos juntos y apretados; hay que ganar dos partidos seguidos", le decía el experimentado Paolo Goltz a las cámaras de la TV en la previa. Claro que no todos tienen más de 600 batallas profesionales para tomarse así un tema que parece cuestión de Estado en la Argentina.

Ese primer tiempo, para cualquiera que se auto-defina como simplemente "espectador" neutral de un juego llamado fútbol, fue el anti-lunes aburrido. Es que los dos, con sus tiempos y estilos, armaron un partidazo. Unos 25 minutos brutales del "Bicho Colorado", haciendo honor a ese viejo cantito que emocionó a Pablo Guede cuando asumió: "Mirá este equipo, mirá que toque, los Globetrotters de La Paternal". El 1 a 0 se consagró como "El Gol de la Fecha" en Argentina. Era en serio un Tifón el del Boyacá. Se hablará mucho de la pérdida de Batallini en tierra sagrada, pero hubo trenzado, dos tacos, una distracción sin pelota y una rosca de Gondou que pareció gol europeo. Antes del gol, ya lo había errado dos veces Ávalos. Después del gol, desperdició dos o tres veces más el 2-0 el visitante.

Hasta que Colón se dio cuenta que lo dejaron con vida y con mucho amor propio lo fue a buscar. Lo pudo encontrar en un cabezazo de Garcés (se quedó enganchado Gondou habilitando). Y del mismo modo que el ex Sarmiento marcó el gol de la fecha, la reacción del golero Arias para evitar el empate de Favio Álvarez de cabeza, después de una carambola, también se fue al podio de las mejores atajadas en la jornada 6. Los dos se fueron al descanso lamentando: la visita porque lo pudo cerrar estando 1-0 y Colón porque, teniendo menos la pelota, lo pudo empatar pero Arias dijo no con dos manotazos salvadores.

Si alguien inventó las etiquetas de "goles sicológicos" o "goles de vestuario", Colón las patentó, porque en el inicio del complemento y antes del minuto una daga de Favio lo encontró de este lado de las famosas líneas a Ramón Darío y "Wanchope" la clavó desde nunca falla. Esta vez, imposible para Arias, estallido de vida en el Cementerio y emotiva dedicatoria del cordobés para el "Flaquito" Germán Conti.

Si Argentinos fue un tifón en el primer tiempo, Colón fue una aplanadora en esos primeros diez minutos del complemento. Además de empatar, Arias se lo sacó a Favio con las piernas en la misma línea, luego voló para mandarla al córner pero la tercera fue la vencida en el arco del Fonavi, ya que de ese tiro de esquina nació el gol del "no grito". La pelota de "Beto" Espínola cayó llovida a la puerta de atrás , hermosa asistencia de cabeza que nace por la visión de Garcés y Batallini eligiendo en soledad dónde colgarla ante su ex club (no lo gritó y pidió disculpas).

Cerca de los 20 minutos, con Paolo afuera de la cancha revisando la rodilla, le hicieron el dos-uno los tanques: Gondou se la bajó a Ávalos y la tapada espectacular de "Nacho" Chicco fue absolutamente salvadora y sanadora. Porque en la jugada siguiente, con Eric Meza en campo por Batallini, una genialidad del "10" lo dejó con corrida libre al chico de las inferiores para sellar el 3-1 con una definición digna del mejor de los goleadores.

Esa mano de nocaut del tercero fue casi como tirar la toalla para Argentinos por más que terminó de pie. El oficio de Colón, que pasó del 0-1 al 3-1, selló un resultado que era justo y necesario. Si bien a "Pipo" no le gusta esa etiqueta, Colón ganó una final en todo sentido.

Cansado de navegar en aguas turbulentas, esta vez Colón gritó ¡FÚTBOL! en su máxima expresión, descubrió su estilo, resucitó en el Cementerio de los Elefantes y llega al clásico ciudadano más vivo que nunca.


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