De acuerdo al informe del INTA Carlos Pellegrini, son más de 900 milímetros los que necesitan los campos del departamento San Martín para recargar los perfiles. La sequía se profundiza, los rendimientos potenciales de trigo se reducen más de la mitad y el maíz entra en un momento límite para su siembra.
La sequía en el centro-oeste santafesino se sigue profundizando y la crisis hídrica cala cada vez más profundo. De acuerdo a los últimos datos brindados por la Extensión Rural del INTA Carlos Pellegrini, el déficit en el departamento San Martín equivale a un año de lluvias. “Están faltando poco más de 900 milímetros. La preocupación es grande porque van pasando los días y las precipitaciones que esperábamos para septiembre no llegan”, le dijo a este medio Gustavo Almada, jefe de la entidad. El trigo comienza a reducir drásticamente su rendimiento potencial y la siembra de maíz está al límite.
Los números son realmente alarmantes. El Niño pronosticado brilla por su ausencia y el campo sufre las graves consecuencias de la seca que no da tregua. De acuerdo a los datos últimos otorgados por la Extensión Rural del INTA Carlos Pellegrini, el trimestre compuesto por junio, julio y agosto – el de menos precipitaciones históricas en esta región – marca que en el primer mes el promedio alcanza los 29 milímetros, el segundo llega a los 24 y el tercero de ellos mide 26. “Este año en particular nos encontramos con que en agosto no hubo lluvias e incluso vamos a cerrar septiembre con la misma situación, sin precipitaciones, lo cual realmente es preocupante. Hoy, observamos que en esos tres meses no superamos los 25 milímetros”, detalló Almada.
Así, y con las cuentas claras sobre la mesa, la situación hídrica es crítica. “El déficit de agua que tenemos en nuestra zona equivale a un año de lluvias, más de 900 milímetros. Eso, traducido al suelo, implica perfiles que están muy secos, no tienen humedad, y las napas se fueron muy abajo de los 3 metros”, alertaron.
El maíz entra en un momento límite
El escenario se torna cada vez más complejo con el transcurso de los días. El panorama futuro a corto plazo y de mayores precisiones no anuncia precipitaciones que oxigenen el sector agropecuario. “La preocupación es muy grande porque van pasando los días y las lluvias que esperábamos para septiembre, para la implantación de maíz que es lo que tendría que estar sucediendo, no llegan. Es muy poco lo que se pudo sembrar”, indicaron desde el INTA Carlos Pellegrini.
Según los registros, el promedio histórico de septiembre marca para el centro oeste provincial un total de 44 milímetros. Sin embargo, lejos se está de conseguir a esa marca. Incluso los puntos “que tuvieron suerte” y registraron algo de lluvias en la región durante este mes, el pluviómetro llegó solamente a los 5 milímetros. “Realmente la situación es compleja. El maíz no se pudo sembrar, se va pasando la fecha y estamos al límite de su implantación. Si no llega al de agua para la primera semana de octubre habrá que dejarlo para segunda, que acá se hace en diciembre”, sentenció el jefe de la Extensión Rural.
La seca le pega fuerte al trigo
Con el trigo entrando en una etapa reproductiva –ya están espigando– y a poco de ingresar en su fase de floración, el potencial de rendimiento ya comienza a verse afectado. Es que ante la falta de lluvias y con perfiles de la tierra desprovistos de humedad, la planta busca como mecanismo de defensa la producción de menor cantidad de espigas por metro cuadrado. “Cuando uno recorre los campos encuentra que la altura de los cultivos está en 40 centímetros, algo muy bajo”, avizoró Almada.
En la misma línea, las esperanzas se fijan inmediatamente en octubre. A partir de estos días, “entramos en un momento crítico”, anticiparon ante la necesidad urgente de lluvias. El centro oeste llegó a atravesar cosechas con rinde de hasta 60 quintales por hectárea. Sin embargo, el escenario es radicalmente diferente en la actualidad. “Hoy, pensar en que lleguen a 30, sería bueno. Incluso en algunos casos más complicados pueden estar por debajo. Hablamos de alcanzar los 20 quintales, extremadamente bajo”, concluyó Almada.