Rosario fue sede de la 31ª edición del Festival Internacional de Poesía, entre el 5 y el 7 de octubre, la cual permitió conocer poetas destacados de la provincia y el mundo. En diálogo con Mirador Provincial, la destacada poeta y docente cuenta sobre cómo la poesía recorre su vida.
En una charla distendida, una ida y vuelta entre ambas, oficio de entrevistadora, Florencia Lo Celso abre las puertas de su hogar para una conversación que derivó en recuerdos instantáneos de su infancia, de aquel padre médico que le leía cuentos en la sobremesa.
Florencia Lo Celso fue declarada poeta y docente distinguida en el 2018. El Concejo Municipal de Rosario la distinguió por su amplia y reconocida trayectoria en el ámbito de la poesía y la docencia.
Una vida volcada a la pasión poética que expresa y conmueve en cada recuerdo de su vida. Una mujer con una entereza que supo sortear los desamores, las pérdidas de sus seres queridos y forjarse en el área de Cultura de la Provincia de Santa Fe.
La poesía de mi isla
-¿Cuándo aparece la poesía en tu vida?
-Mi primer contacto con la poesía fue en mi niñez. A mi padre le encantaba leer en la mesa cuando llegaba el postre, leía varios autores y sobre todo José María Gabriel y Galán un poeta español y a mí me encantaba el canto con el que leía. También me gustaba la narrativa de los cuentos, mi imaginación crecía y con ellos fundaba mundos propios. La adolescencia me marcó a fuego con la palabra poética y desde esa etapa de mi vida es mi fiel compañera.
-¿Cuándo nace ese amor por la poesía?
-El amor por la poesía nace a mis 14 años debido a que llega a mis manos un libro de poesía de un poeta cordobés Francisco Luis Bernárdez, el obsequio se da a través de mi tío Ángel Terencio Lo Celso, un ingeniero civil y arquitecto argentino, que se fue a vivir allá y durante una visita a la casa de mis padres me regala el libro. Recuerdo que se titulaba "Estar enamorado".
"Estar enamorado, amigos, es encontrar/
el nombre justo a la vida./
Es dar al fin con las palabras que para hacer/
frente a la muerte se precisa".
En plena adolescencia, me sentí identificada con ese poema.
-¿Qué recordás de tu infancia?
-Me gustaba jugar con mis amigas, con mis vecinas, vivía en una casa que estaba en frente de la Plaza Sarmiento y la plaza en esa época era un lugar de encuentro con los amigos. También nuestra infancia consistía en encontrarnos en cada casa y leer cuentos, no existía la televisión. La escuela a la que asistí fue María Auxiliadora escuela de monjas y había una monja que era un amor, se llamaba la Hermana Lucía, todavía la recuerdo tenía una costumbre hermosa cuando llegamos a sexto grado y pasamos a primer año mandaba llamar a los padres para hablar, les dijo a mi papá y a mi mamá y eso lo grabé en mi memoria, les dice "Florencia tiene ya marcado el gusto por la lectura y la escritura porque le encanta la composición". Otro suceso hermoso que me pasó fue cuando mi tío Félix, el hermano más chico de mi padre, me publicó un poema en el periódico La Tribuna.
José María, Paulina, Teresita y Florencia, en la falda de su papá, Juan Lo Celso.Foto: gentileza
La hoja, su confidente
-¿Qué consejo das para enfrentar la hoja en blanco?
-Como he dicho a mis alumnos cuando fui docente, la hoja es nuestra una orejita que está esperando escucharlos entonces olvídense en esa hoja en blanco, vayan transformándola en su confidente, yo encontraba en el papel un amigo porque la adolescencia, la amistad era necesaria, pero también existía esa sensibilidad que está a puro piel.
-¿Cómo se crearon los talleres literarios?
-Si bien he sido coordinadora de talleres literarios cuando recién se comenzaban a vislumbrar como una herramienta importante en el trabajo del lenguaje, el objetivo que teníamos, en ese entonces, en la Delegación Rosario de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia, era generar talleres en el sur provincial y apuntar a coordinadores que sean de su propio espacio, así se conformaron en Venado Tuerto, Firmat y otras localidades.
"Pioneras de este nuevo género narrativo y literario, fueron Alma Maritano, Lovell, Victoria, Armengod, Marcela, Hall, Nora, Gloria Lenardón. Roque Nosetto fue el pionero que hizo el primer encuentro de poesía en el sur provincial".
-¿Cómo se traslada la poesía a la niñez?
-La primera poesía se la traslada la mamá a través del canto, luego a través del canto conocen la poesía. En la adolescencia la escritura se utiliza también como un descarga como una manifestación de los problemas que puede tener el adolescente, es muy importante para los jóvenes el diario íntimo, para poder contar en ese diario lo que le pasó en el día, lo que le gusta, no le gusta.
Su relación con Juan Lo Celso
-¿Qué le dirías a tu padre?
-Le tendría que agradecer, porque fue él que me abrió la puerta a la poesía que a él le gustaban mucho y sobre todo la condición del saber escuchar pero también ese descubrir a la poesía como una amiga que me acompañó en momentos diferentes de mi vida.