El documental creado y dirigido por Pedro Banchik relata la saga de una familia judía que tuvo que emigrar a la Argentina hace casi 120 años, y se asocia a una sintética descripción de la historia del pueblo judío, desde la destrucción del Templo de Jerusalén hace 2.000 años, hasta la actualidad; con énfasis en la Rusia zarista del siglo 19, donde las condiciones de vida existentes y los “pogroms”, así llamados a esos ataques indiscriminados a la comunidad judía, indujeron a una de las tantas migraciones forzadas que experimentaron los descendientes de Israel en los últimos dos milenios.

Mediante una descripción de gran valor informativo y testimonial, “De Bessarabia a Entre Ríos” es un reflejo de tantas otras familias que llegaron a suelo argentino en condiciones similares, creando esa gran epopeya que fue la colonización judía en nuestro país. También es el reflejo de otras tantas y muy variadas inmigraciones como los alemanes del Volga, franceses, holandeses, belgas, italianos, españoles, árabes, por mencionar los grupos más numerosos, que tuvieron vidas similares, y que todos juntos forjaron y colaboraron al crecimiento de nuestra provincia.

Pedro Banchik nació en Villaguay. Cursó sus estudios primarios y secundarios en esa ciudad y al finalizar el bachillerato, obtuvo una beca para los Estados Unidos, graduándose allí en el High School. De regreso a la Argentina, comenzó estudios universitarios en la ciudad de Rosario, donde se graduó como ingeniero químico en la UTN. Luego se trasladó a Buenos Aires, ciudad donde reside desde hace 34 años.

NACE EL PROYECTO

En diálogo con Mirador Entre Ríos, Banchik comentó que “el proyecto nació en una reunión familiar en el año 2005, a instancias de mi padre Adolfo Banchik que vivió 60 años en Villaguay, fue muy conocido en el medio local. Quería preparar un video de cinco minutos y salió un documental de una hora y media. Tiene dos partes: una de la historia de los inmigrantes que llegaron a Entre Ríos con lo sucedido en Europa; y la segunda sobre la vida en las colonias”.

Sobre la investigación para trabajar en el guion y todos los aspectos del film manifestó que “fue muy intensa durante cinco meses y medio con 17 a 18 horas por día en el archivo histórico nacional, en el museo del inmigrante y bibliotecas. La idea de la película es un documental, informativo y educativo, es decir no hay ficción por eso busqué tres o cuatro fuentes bibliográficas de cada información para verificar la veracidad, por eso se transformó en un trabajo de investigación”, explicó.

“Entre Ríos, en el siglo XIX, recibió la mayor inmigración de distintas corrientes del mundo Europa, Asia y América. Villaguay tuvo inmigración belga, holandesa, española, italiana, alemana y la fuerte inmigración judía que llegaron a Domínguez y después a Basavilbaso. La película habla un poco de eso, si bien está referida a la historia de mi familia que fue parte de la comunidad judía, es similar a la de otros inmigrantes que vinieron a Entre Ríos y pasaron por las mismas vicisitudes y experiencias de vida buenas y malas. Considero que es un documento informativo sobre lo que fue la inmigración y lo que aportó para forjar la provincia e hicieron nuestro país porque salieron muchos profesionales y gente valiosa de todas esas corrientes inmigratorias”, expresó el realizador.

Algo nostálgico agregó: “Para mí es especial este lugar de la proyección, porque es el Colegio Nacional donde terminé mis estudios secundarios y ahora se llama Escuela Normal Superior Martiniano Leguizamón, donde concurrieron estudiantes secundarios y del profesorado, profesores e invitados”.

La película fue adaptada a un formato de duración más corto de 93 minutos y subtitulada en siete idiomas, exhibida en diversos festivales internacionales de cine como Punta del Este y Montevideo en el Uruguay, Santiago de Chile, San Pablo, en Brasil, Ashkelon en Israel, Toronto en Canadá, las ciudades de Chicago y Las Vegas en los Estados Unidos, Trieste en Italia; Belgrado en Serbia, Bucarest en Rumania, entre otros. Lleva más de cien presentaciones en Argentina y el mundo”, remarcó.

PAZ Y TRABAJO

Banchik se define como “un luchador por la paz e integración de las culturas, porque en la diversidad está la riqueza de los pueblos. Debemos ser una sola familia universal, ese es el camino, para que la humanidad tenga futuro”, alentó.

“Creo que hay una analogía entre lo que sucedió a esta cultura milenaria como es la israelita porque veo que en cada siglo este pueblo tuvo su ‘pogrom’. Ahora en pleno siglo XXI se repite de manera monstruosa con la incursión terrorista de Hamas, al mismo estilo y con la desenfrenada matanza provocada por hordas humanas. Eso nos trae el recuerdo de lo que sucedió entre las muchas razones por la que se produjo la inmigración que vino a nuestro país, y son abordadas en el documental, donde está la tremenda persecución que sufrió el pueblo judío. A Entre Ríos vinieron en busca de paz y trabajo. En el caso de Villaguay, por citarlo de ejemplo, existe una verdadera integración cultural porque vemos en la plaza principal ondear las banderas de las colectividades y entre ellas la de Israel, ese es el mejor mensaje de convivencia”, reflexionó finalmente.

DOCUMENTO UNIVERSAL

El documental “De Bessarabia a Entre Ríos” está considerado por analistas de cine y el público en general como un “documento universal” de fuerte contenido didáctico y pedagógico. Refleja esa gran epopeya de la colonización judía en nuestro país que, como tantas otras comunidades oriundas de diferentes lugares del mundo y junto a los habitantes nativos de nuestro territorio, colaboraron a la construcción de nuestra patria y de nuestra identidad, convirtiéndose en una parte importante de nuestra historia.

DISTINCIONES

“De Bessarabia a Entre Ríos” fue declarado de interés cultural y parlamentario por el Senado de la Nación Argentina, Decreto Nº 135/07, el 11 de abril de 2007; y declarado de interés cultural por el Gobierno de Entre Ríos, decreto N°018, el 19 de marzo de 2007.

Fue incorporado al Archivo Histórico del Museo de la Diáspora en Tel-Aviv, Israel, y galardonado con el Premio HAIM a la película más aplaudida en Festival Internacional de Cine Judío, en Punta del Este, Uruguay, en febrero de 2007.

Durante la declaración de interés y dentro de los fundamentos se esgrimió que “el filme tiene implícita una profunda expresión de gratitud a la generosa patria argentina, y al mismo tiempo transmite un mensaje de paz, e importantes valores como la solidaridad, la comprensión mutua, los derechos humanos, la tolerancia y la aceptación ante la diversidad de todos los habitantes de nuestro país y del mundo, por cuanto el mismo significa un aporte a la educación y la cultura nacional”.