Impacto de la app

Rosario: nuevo capítulo en el conflicto entre taxistas y Uber

De forma silenciosa, la app va registrando nuevos choferes de manera creciente. Alentados por la situación económica que atraviesa el país, la posibilidad que otorga la compañía de generar ingresos extra, comienza a verse de forma atractiva.  


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La polémica con los taxistas por la irrupción de Uber en la ciudad de Rosario suma un nuevo capítulo. Esta vez realizaron una caravana rumbo al Palacio de los Leones para reclamarle al gobierno local que intervenga ante el crecimiento de la aplicación.

La marcha se realizó este jueves a la mañana y comenzó en Boulevard Oroño y Cochabamba, y se trasladó hasta el frente de la Municipalidad por calle San Luis, primero, y Buenos Aires, después.

A diferencia de otras veces, el arribo de Uber en la ciudad se nota. Es que cada vez se escuchan más personas que probaron la app para trasladarse en vez de solicitar un taxi. Si bien no se trata de un furor, sí marca una diferencia con los otros intentos que tuvo la firma de hacer pie en la zona.

De forma silenciosa, la app va registrando nuevos choferes de manera creciente. Alentados por la situación económica que atraviesa el país, la posibilidad que otorga la compañía de generar ingresos extra, comienza a verse de forma atractiva.

Este cronista de Mirador Provincial solicitó hace pocos meses un Uber para chequear si efectivamente estaba funcionando y efectivamente se confirmó. Un chofer oriundo de Haití lo pasó a buscar, le pidió que se siente adelante del lado del acompañante para evitar ser identificado y del lugar A lo llevó al lugar B. El pagó se realizó de forma digital. “Cada vez hay más personas trabajando para Uber”, indicó el conductor de la app.

El enojo de los taxistas de notar que la aplicación funciona sin ninguna regulación, en un contexto donde señalan que las recaudaciones de los móviles cayeron entre un 30% y 50%, provocó que se llevara a cabo esta manifestación frente a la Municipalidad.

También aluden a que ellos deben afrontar las regulaciones que se les impone por ordenanza. En la queja también se suma el reclamo por más y mejor seguridad tras reiterados hechos de violencia que afectaron a diversos trabajadores y trabajadoras.

A su vez, respecto del servicio que brinda Uber, los taxistas afirmaron que el valor de la tarifa es variable y podría aumentar en el futuro, ya que sólo lo regula el mercado (oferta y demanda). “El auto de aplicación nadie sabe quién lo conduce”, resaltan.

El discurso es conocido y repetitivo, pero no por eso menos entendible. Por eso, desde el municipio salieron a confirmar que la semana próxima se armará una reunión con la intención de elaborar una planificación en conjunto para abordar el tema.

Además, adelantaron que intensificarán los controles para detectar unidades que estén operando con la aplicación, dado que se encuentra fuera de la regulación que dispone la ciudad de Rosario.

La eterna deuda pendiente
La comisión de Servicios Públicos se reunió tras las PASO, para debatir este tema que ya tiene larga data. Hubo tantas discusiones como propuestas, pero muy pocas resoluciones. Solamente a modo de ejemplo, ya presentaron ideas regulatorias la actual presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck -la que más pudo avanzar-, el edil macrista Carlos Cardozo, Miguel Tessandori, la socialista Verónica Irizar.

Otra de las aplicaciones que irrumpió en Rosario, además de Cabify, con una fuerte campaña publicitaria en la vía pública como en redes sociales es Maxim. Se trata de una aplicación, similar a Uber, pero de origen ruso. Con promociones idénticas a las de su competidora norteamericana, la nueva app ofrecía en 2021 descuentos de hasta 500 pesos en el primer viaje y múltiples posibilidades de traslados. Si bien todavía no dio muestras de gran operatividad en la ciudad, se mantienen firmes en su decisión ser parte del mercado rosarino.

Ahora, en 2023, parecieras que las aplicaciones multinacionales están funcionando en voz baja y sin generar mucho ruido. De a poco, son cada vez más demandadas no solo por pasajeros y pasajeras, sino también por personas que las ven como salidas laborales.

En un año electoral, los concejales volverán a intentar sentarse a discutir una posible regulación de estas firmas, entendiendo que las compañías seguirán insistiendo de cualquier modo con operar en la ciudad, habida cuenta que detectan que hay una demanda cautiva.


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