Francisco Marini, destacado escultor y ceramista catamarqueño, fue un artista nacido en San Fernando del Valle un 9 de junio de 1909, y que falleció en Paraná el 29 de noviembre de 1990.

Bajo su impronta e imaginación fue diseñado y construido el Monumento a la Madre, escultura ubicada en la plaza Alvear de Paraná en 1966, sobre calle Buenos Aires, de cara al Museo Provincial de Bellas Artes “Dr. Pedro E. Martínez”, donde en múltiples oportunidades se exhibieron piezas de tan talentoso artista argentino.

Dicha escultura emula y homenajea a toda madre de nuestra tierra, obvio, pero también rescata la figura y rostro de Mabel Magalí Chiara, quien fuera su musa y modelo para el diseño de la estatua.

“¿Viste esa estatua de una mujer que está en la plaza Alvear? Bueno, esa es mi mamá”, así comenzó su relato a Mirador Entre Ríos, Mónica García de Chiara. “Siempre fue un anhelo mío hacerle este reconocimiento a mi padrino, estoy muy agradecida por esta oportunidad”, agregó luego.

SOBRE LA ESCULTURA

“Mi mamá fue la elegida por Francisco como modelo, porque sus facciones iban de acuerdo con lo que él quería expresar como fisonomía de las mujeres de esta región. Era una persona muy exquisita cuando le tocaba elegir cómo debía ser cada cosa y analizaba mucho cada escultura a la perfección”, recordó Mónica.

“Él fue mi padrino de bautismo junto con Teresa, su esposa, porque mi papa y su familia vivían frente a la casa de ellos, en calle Azcuénaga. Tenían una relación casi familiar porque que él era de Tucumán y ella de Neuquén y no tuvieron hijos, entonces en Paraná armaron su familia con los demás vecinos del barrio”, agregó. “Recuerdo muy poco de aquella época, yo era muy chiquita”, aclara Mónica al recordar los tiempos del diseño y creación de la estatua. “Pero sí me contó mí papá que Francisco a mi mamá la tenía muchas horas posando porque como artista era muy minucioso”, enfatizó luego.

“Sí recuerdo que Teresa cocinaba muy rico y era siempre una comida especial, entonces todos los artistas de Paraná amaban ir a esa casa a comer, los atendían como reyes. Además, tenían una biblioteca inmensa que abarcaba una pared entera y unas inmensas pajareras en el fondo de la casa que ocupaba dos paredes con muchísimos pajaritos exóticos”, mencionó.

Por otro lado, Mónica dijo también que “mi padrino me regalaba cosas continuamente. Recuerdo que para mi comunión organizó una fiesta y me obsequió una medallita de la Virgen Nina y otra que le habían otorgado como premio a la Mejor Escultura de un concurso. Por mi parte, le regalé el primer dibujo que hice en el jardín del colegio. Francisco lo encuadró y colocó al lado de sus obras. Mi dibujo era horrible, pero él estaba chocho”, comentó más adelante.

“Hoy, cuando veo la escultura de mi mamá es una sensación que se siente en el corazón porque mi ser sabe que es ella y que la puedo ver una y otra vez nuevamente, aunque ya no esté físicamente con nosotros”, mencionó luego.

“Por esta razón quería brindarle este pequeño homenaje a mi padrino Francisco, es muy reconfortante para mí. Él fue además de un excelente artista, un ser muy especial: esculpía con sus propias manos los más duros elementos y así les daba vida. Fue una persona muy querida por todos los que lo conocían. Además, él junto a esposa, Teresa Giordano, siempre ayudaron y asistieron a quien lo necesitara”, rememoró Mónica.

“Mi padrino siempre estaba sonriendo y realmente dedicó su vida al arte. Él era Arte”, finalizó la ahijada de Francisco Marini.

OTRAS OBRAS EN PARANÁ

En el Museo Provincial de Bellas Artes de Paraná actualmente se exhibe una muestra semipermanente de una parte de la Colección “Francisco Marini”. Estas piezas reúnen 13 de las 52 piezas, productos de un estudio impulsado por el equipo de Educación e Investigación del Museo sobre su obra patrimonial.

La muestra presenta algunos de los premios adquisición del Salón de Artistas Plásticos entrerrianos con los que Marini fuera distinguido en varias oportunidades y una serie de piezas inéditas que constituyen bocetos o estudios previos de esas obras y de esculturas monumentales emplazadas en la trama urbana como, por ejemplo, el Monumento a la Madre ubicado en la plaza Alvear.

Estos valiosos trabajos inéditos, hallados en su taller luego de su fallecimiento en 1994, ingresaron al patrimonio a partir de una importante donación de 47 obras realizada por su hermano, Alberto Marini, en 1998.

EL ARTISTA

El escultor y ceramista Francisco Marini nació en San Fernando del Valle de Catamarca el 9 de junio de 1909 y falleció en Paraná el 29 de septiembre de 1990.

De su biografía se recuerda que desde 1912 hasta 1950 residió en la Capital Federal, donde se recibió en 1939 como Profesor Nacional de Dibujo en la Escuela de Artes Decorativas de la Nación “Manuel Belgrano”.

Con el tiempo pasó a la Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova”, donde realizó estudios libres de cerámica y además obtuvo el título de Profesor Superior de Escultura en 1943. En esta escuela comenzó su ejercicio docente hasta 1951.

A partir de una invitación del artista entrerriano Mario Gargatagli, Marini residió en Paraná donde se desempeñó como Profesor de Dibujo, Escultura, Cerámica y Geometría en la Escuela Provincial de Artes Visuales “Roberto López Carnelli”, hasta su jubilación, en 1964.

Durante su recorrido profesional, Marini participó en el Salón Nacional y en salones provinciales entre las décadas de 1940 y 1980, además de formar parte de numerosas muestras colectivas.

Además de haber sido galardonado en múltiples ocasiones en diferentes provincias e incluso a nivel nacional, Francisco Marini diseñó y construyó el Monumento a la Madre emplazado en 1966 en Paraná; y el monumento El Labrador, en Diamante, en 1978.
Realizó también dos escudos de la Provincia de Entre Ríos en cerámica para la Casa de Gobierno y el Museo Histórico.