Un grupo de ambientalistas rosarinos venía pensando hace un tiempo de qué forma generar un impacto positivo en el ecosistema con acciones concretas. Entonces se organizó una jornada de plantación de árboles que poblarán una reserva natural llamada Tachurí, ubicada entre Funes y Pérez, la cual incidirá en la mejora del arroyo Ludueña, que atraviesa el predio y alimenta a los animales de la zona.
Para llevarlo a cabo convocan a voluntarios a sumarse el sábado próximo, previa inscripción online llenando un formulario en la bio de la reserva Tachurí (https://www.instagram.com/naturaltachuri/), en una jornada de sábado por la mañana dedicada a la plantación de los ejemplares.
La reserva Tachurí es un terreno de 50 hectáreas que cuenta ya con 150 árboles nativos -entre algarrobos, cina cina, chañar y tala-, y ahora se sumará 180 árboles más, todos nativos también, respetando ese ecosistema. Belén Faerman, abogada ambientalista de la ciudad, es la coordinadora del proyecto, y en diálogo con Mirador explicó que “el impacto es real: ahora vamos a llenar una hectárea más, el año que viene otra, y así, hasta llegar a las 50”.
Quien tuvo la idea primigenia de esta movida fue Belén, quien recordó que junto a Fernando Passaro (propietario del terreno) hace un tiempo pensaban opciones para hacer algo ecologista con el predio: “Veníamos hablando de opciones que terminaban siendo caras para financiar. Él hizo un alambrado para cuidar la laguna que hay en ese terreno, donde se alimentan cabritos y otros animales”.
Como ambientalista, la propulsora de esta actividad explicó que “plantar árboles es una semilla para un futuro mejor en el planeta Tierra. Es dar vida”. En ese sentido, ya han recreado un espinal nativo con los primeros árboles hace un tiempo, y que el objetivo a mediano plazo es “restaurar un ecosistema de arbolado abierto que será hábitat y alimento de numerosas especies de insectos y aves”.
Esta movida, asegura la coordinadora del proyecto, “tiene un impacto enorme en la biodiversidad de la zona”, ya que la reserva Tachurí está ubicada en un terreno altamente inundable. Con las lluvias de intensidad como la de esta semana suele inundarse alrededor, y la reserva ecológica, que está en mayor altura, funciona de esponja”.
El arroyo Ludueña, que atraviesa el predio, es un cauce fluvial que nace como red de avenamiento, de 800 km² de campos de Rosario y de localidades aledañas. Este arroyo desemboca en el río Paraná, por lo que todo lo que traslada el agua del arroyo es lo que posteriormente consumimos, y es por esto que "también es importante mejorar el ecosistema que lo circunda", destacó la ambientalista.
El Observatorio Ambiental de la UNR donó 25 árboles, y otros 30 los donó Nativas Climatech, y “la propuesta es que cada uno de nosotros, los voluntarios, sumemos también para comprar un árbol”. A Belén en coordinación, junto a Magui Haller, y Fernando Passaro, se suman en el proyecto el ingeniero agrónomo Martín Meinardi y Francisco Cardozo, ingeniero forestal del INTA Oliveros.
El terreno se encuentra a la vera del arroyo Ludueña, en una zona de terrenos bajos con suelos de alto contenido salino sódico. Está ubicado en el extremo norte de la ciudad de Pérez, lindando con el límite de Funes, en una zona entre lo suburbano y lo rural del gran Rosario. A su alrededor hay campos destinados a la agricultura y a la ganadería.
En la cercanía cada vez son más frecuentes los desarrollos de barrios residenciales e industriales, ya que está muy cerca de los centros urbanos de Pérez y Funes. A poca distancia se encuentra un gran basural, que recibe residuos de varias localidades cercanas. Todos los árboles que se plantarán en la jornada corresponden a especies nativas que naturalmente pueden encontrarse en los ecosistemas del espinal y el pastizal pampeano. Los árboles nativos, apenas plantados, comienzan a atraer numerosas especies de insectos y aves que se alimentan de sus hojas, frutos y flores, o que usan sus ramas y tronco de hábitat o refugio. Todos los árboles a su vez tienen flores, que pueden ayudar a la producción de miel de buena calidad.
La reserva natural Tachurí es un proyecto de conservación y educación ambiental, con producción agropecuaria y forestal de bajo impacto sobre sus pastizales y humedales con escasos arbolados abiertos, “que originalmente cubrían la mayor parte de la mitad sur de la provincia de Santa Fe, y que hoy se encuentra sepultado por la explotación agropecuaria y la urbanización”.
Desde el punto de vista de educación ambiental, los promotores de esta reserva explicaron que "el proyecto a futuro es holístico en el sentido que el visitante debe salir de allí con una noción de cómo funcionan los distintos hábitats que pueden verse en la reserva, cuál es el rol de las distintas especies, por qué los animales deben ser reconocidos en sus derechos y cómo podemos los seres humanos seguir obteniendo recursos naturales haciendo el menor daño posible: bioconstrucción, energías renovables, alimentos orgánicos y producción con especies autóctonas".
Cómo sumarse a participar
Belén destacó que hay dos formas de participar en el voluntariado: “Asistir a plantar los árboles, y para eso, inscribirse en el link de la bio de esa reserva (https://www.instagram.com/naturaltachuri, y también, en caso de ser organizaciones emprendedores o empresas las que se sumen, pueden sponsorear, donando dinero para comprar árboles y para solventar los gastos del traslado de los ejemplares a comprar”.
Previo a la jornada, dado la dureza de la tierra, los pozos para la plantación e hidratación del suelo se harán días antes de la plantación. El día 11 de noviembre se formarán grupos de voluntarios y voluntarias para recibir capacitación por parte del INTA. Algunas recomendaciones para los voluntarios: “Llevar off, protector solar, gorro, ropa cómoda, botellitas para rellenar de agua”.
Durante la jornada habrá frutas y viandas, y algo para destacar es que “el DJ de Santa Fe Martín Berli estará tomando sonidos de los trasplantes de nativas con los que luego hará una composición musical”.