Tras la dolorosa caída frente a Sarmiento, la tercera consecutiva de La Lepra de local, el técnico rojinegro se retiró insultado del estadio y muchos hinchas le pidieron la renuncia. El “Gringo” no se rinde y sigue adelante: “Es triste y doloroso, pero no me arrepiento absolutamente de nada”, dijo.
El clima caliente que se venía cocinando en Newell's, terminó de estallar el domingo por la noche, cuando el equipo dirigido por Gabriel Heinze cayó de local frente a Sarmiento de Junín, que hacía nueve partidos que no ganaba. Apenas el árbitro Mastrángelo pitó el final del partido, un coro de insultos y silbidos cayó sobre la figura del entrenador. El “Gringo”, con el que todos soñaban sentado en el banco del Coloso, se sumergió en el túnel en medio de agresiones y pedidos de renuncia. Unos minutos después, Heinze se sentó en la sala de conferencia de prensa, dijo que es un momento “triste y doloroso”, pero rechazó de plano la posibilidad de dar un paso al costado. Al menos por ahora.
La derrota de Newell's ante Sarmiento, un equipo que tenía la espada del descenso sobre el cuello y que festejó los tres puntos rescatados en Rosario como en una final del mundo, fue un mazazo para los hinchas rojinegros, que fueron al Coloso Marcelo Bielsa a reencontrarse con el anhelo de clasificación a los cuartos de final de la Copa de la Liga y a una copa internacional del año que viene. Lo que sucedió fue totalmente lo contrario. Y tanto Heinze como Newell's quedaron sumergidos en su peor momento en la temporada.
A La Lepra le quedan dos partidos: ante Boca, el domingo que viene en La Bombonera -que también estará inmersa en un ambiente muy especial luego de la derrota en la final de la Copa Libertadores y la renuncia del DT Jorge Almirón; y frente a Defensa y Justicia, en el cierre de la fase regular de la Copa de la Liga, en el Coloso. Pero más allá de lo complejo que serán estos rivales, hoy el principal rival de Newell's es el propio Newell's.
El domingo por la noche se aguardaba con mucha ansiedad el testimonio de Gabriel Heinze. Los hinchas (o gran parte de ellos), habían dado su sentencia al pedir la renuncia del entrenador. Pero el “Gringo” se plantó con la mayor entereza que le permitía el momento, aunque visiblemente afectado, y dijo: “Es doloroso y triste. A la gente la entiendo porque yo estoy acá para darle la mayor alegría posible. Uno es de la casa y duele”. Y agregó: “Cuando llegué dije que iba a poner en juego todo esto y no me arrepiento absolutamente nada”.
“Es el momento más difícil y también el más triste en muchos años y es muy doloroso. Esta casa me dio mucho y yo también le di mucho. Estoy tranquilo por el trabajo y el esfuerzo, esa tranquilidad la voy a tener siempre, pero a nivel resultados está lo importante y ver a la gente así es feo y triste. Igual hay una cosa clara y acá el único responsable de esto soy yo”, resumió el “Gringo”.
Sin más vueltas, a Heinze le preguntaron si iba a considerar dejar el cargo en Newell's: “Están las dos opciones, lo pensaré como siempre he hecho y siempre lo haré en relación a lo que es mejor para la institución. Voy a hablarlo con la gente que tenga que hablar y tomar lo mejor para Newell's”, respondió.
Después, ante la repregunta, aclaró que su idea es terminar su contrato en la institución: “De mi parte sí; capaz después puede pasar algo, pero la idea es cumplir el contrato. Yo siempre pienso que las cosas pueden mejorar, soy un convencido de eso, y soy una persona que me gusta vivir las cosas. Hay momentos buenos y malos pero me gusta luchar”, afirmó.
Sobre la derrota frente a Sarmiento, la tercera consecutiva en condición de local, el “Gringo” analizó: “Futbolísticamente, en la mayoría del partido no hicimos lo que veníamos haciendo. También está el factor emocional. Habíamos entrado muy bien al partido y cuando perdimos dos pelotas seguidas empezó toda la confusión”.