“Negativos encontrados es un proyecto fotográfico colectivo que busca rescatar del olvido la mayor cantidad de fotos que encontramos tiradas en la calle”, señala la periodista Dolores Curia. La creadora del grupo es la fotógrafa Jimena Almarza, quien a través de las redes convoca a participar de manera activa de la propuesta.
El grupo privado de Facebook Negativos Encontrados -administrado por su creadora, la fotógrafa Jimena Almarza- cuenta con más de treinta mil miembros y recibe a quienes visitan la red con esta cita del artista francés Christian Boltanski: “Se dice siempre que uno muere dos veces: una primera vez, y una segunda cuando alguien encuentra una fotografía tuya y ya no sabe quién eres”.
A modo de bienvenida a los interesados en formar parte del colectivo, la periodista y licenciada en Artes Dolores Curia informa que “Negativos Encontrados es un proyecto fotográfico colectivo que busca rescatar del olvido la mayor cantidad de fotos que encontramos tiradas en la calle como si fueran basura. Desde 2012, a través de Facebook, compartimos imágenes ajenas reconstruyendo historias de personas olvidadas. Entre fotógrafos, no fotógrafos, curiosos y voyeuristas asumidos, somos más de 30 mil encontradores seriales de historias”.
Almarza -quien además es veterinaria y reside actualmente en Villa Sarmiento, provincia de Buenos Aires- estudió fotografía estenopeica y analógica en el Museo Fotográfico Simik, de CABA. El grupo posee además una cuenta de Instagram.
El hilo de la memoria
Durante este año, en el Museo Municipal de Morón pudo visitarse una exposición de Negativos Encontrados, que en el grupo de Facebook que lo reunió en origen parte de interrogantes como: “¿Qué dicen una imagen despreciada y sus personajes? ¿Retrata un momento cumbre o uno cualquiera? ¿Qué lleva a alguien a querer deshacerse de un recuerdo? ¿Qué desencuentros, borrones y hasta descuidos esconde una foto tratada como desecho? No hay respuestas. Sólo este montón de imágenes, pistas para jugar con cada una a tirar del hilo de la memoria”, en palabras de Curia. Para contactarse con las administradoras se puede enviar un correo a negativos.encontrados@gmail.com.
En Santa Fe
Mirador Provincial dialogó con Eduardo Mosso, que vive en Santa Fe y forma parte de Negativos Encontrados.
-¿Cómo te enteraste de la existencia del grupo y comenzaste a participar? ¿Por qué surge tu interés por el rescate de negativos y fotografías abandonadas?
-En mi caso, surgió como sugerencia de Facebook, supongo que por inteligencia artificial detectó que visitaba sitios de fotos antiguas, documentales o históricas. Me interesó inmediatamente y -más allá de sus contenidos- por su particular funcionamiento, respetuoso, claro en sus objetivos y adecuadamente administrado por sus creadores. Recién a través del grupo comprendí que mi interés por fotos ajenas sin historias conocidas era compartido por otras personas, quienes les habían dado sentido a los encuentros y convertido en posibilidades diversas de buen uso, desde el rescate de memorias valiosas sobre sitios patrimoniales, figuras públicas, acontecimientos relevantes, intervenciones artísticas y literarias o escenas de la cotidianeidad familiar y viajes que nos recuerdan experiencias propias, por ejemplo. Por otra parte, el grupo es fuente inagotable de buenos momentos a través del ingenio y humor de algunos de sus integrantes.
El origen de mi interés es sencillo: la conservación de memorias, lo que se va perdiendo en ausencia de registros; hay mucho publicado sobre este punto y es de lamentar lo que ya no existe, pero incluso así podríamos intentar algo con lo que aún existe. Las colecciones familiares están siendo revalorizadas en tanto ofrecen la posibilidad de resguardar elementos desde lo documental como desde lo emocional. Entiendo que ese interés no es compartido por todos, de otro modo no se descartarían tantos recuerdos, pero también sé que somos muchos los que lo compartimos.
Camino bastante y muchas veces encontré fotos, pero las dejaba; a partir del grupo las tomo, proceso y luego comparto. Si bien los hallazgos es lo que uno desea, más me interesaría si fueran conservadas y valoradas en las propias familias. El hecho de publicarlas es una posibilidad remota de que algo se recupere y al respecto han sucedido casos interesantísimos en el grupo.
-Entre los hallazgos que compartiste, ¿podés destacar algunos?
-Hasta ahora entre los soportes he encontrado fotos en papel, tiras de negativos, diapositivas, copias de contacto, películas en 8mm y Super-8 (en celuloide, el grupo no admite lo electrónico); tampoco acepta algunos temas, por lo que -previa consulta y acuerdo con los administradores- no son propuestos para su publicación. También son válidas las que se obtienen en ferias, mercados de pulgas, casas de antigüedades, etc. El criterio es “que no se conozcan sus historias”, que no estemos vinculados previamente con ellas; de allí que las de familiares o conocidos no sean aceptadas. Una experiencia que me resultó interesante fue la del hallazgo de trabajos realizados por profesionales a quienes conocía por investigaciones históricas, incluyendo de los primeros fotógrafos santafesinos.
Publiqué fotografías de Augusto Lutsch, Manuel Garcilaso, Virginio Pozzi, Clodomiro Rodriguez, Victoriano Romero, Felipe Martinez, F. Kesller, Valenti, S. A. Silvestrini, C. Métairie, Nigris Hnos. y Enrique Jonas. Solamente encontré a una mujer firmando dos hermosos retratos de estudio y sobre la cual no obtuve información: Julia B. Zoja.
Otro hallazgo fue una serie de tomas en inmediaciones del Puente Colgante de Santa Fe, antes de la construcción del actual viaducto Oroño. Hay tomas de las playas donde actualmente se encuentra el pilar Este del puente, las caletas de ese entonces y varias relacionadas a la náutica de la época, el Club Regatas desde el río antes del gimnasio Mocoretá, por ejemplo.
Un tipo de foto particular es la que realizaban los ambulantes (fotógrafos placeros o minuteros, así llamados porque revelaban en el momento y entregaban inmediatamente). Hay varias donde El Palomar es el fondo preferido y aparece Foto Sánchez como autor. Y también en las fotos familiares o sociales aparecen elementos de interés, tanto en los protagonistas como en lo que aparece detrás o alrededor de las escenas: objetos, publicidades, decoraciones, aparatos, en definitiva variedad de objetos que remontan cultural y emocionalmente a pasados no tan lejanos, al menos en mi caso.
Desde Rosario también participa del grupo el ceramista Gerardo Bonaudi, que señala que posee una historia familiar fuertemente vinculada con la fotografía ya que su abuelo, su padre y su tío y tías fueron fotógrafos en Sunchales y eso generó su interés por el tema. Relató - entre muchas otras experiencias que compartió en el grupo- el hallazgo reciente de unas cien fotos en la zona de Alem e Ituzaingo: “Son en blanco y negro, de las primeras décadas del siglo XX, y dan cuenta de vacaciones en Córdoba y Buenos Aires. A raíz de subir algunas de ellas al grupo, otra persona miembro que es coleccionista de fotos minuteras se puso en contacto, sumando al rescate el hecho de que puedan ser valoradas estéticamente”.