Panorama en General López

Venado Tuerto: decrece la actividad industrial por falta de insumos e incertidumbre electoral

Varias fábricas cortaron las horas extra y temen más retrocesos. La posible modificación del tipo de cambio tras el balotaje tiene en vilo a los productores “no dolarizados”. Hay tensiones por la puja salarial, y si bien Cricex admite la justicia del reclamo, asegura que es un momento de fuerte baja de la rentabilidad.


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La industria pyme argentina atraviesa momentos difíciles, con mayor o menor intensidad según los rubros, donde una de las problemáticas comunes es la escasez de materia prima, más aún con un endeudamiento de empresas privadas que se aproxima a los 40 mil millones de dólares en concepto de insumos importados que ingresaron al país y aún no se abonaron.

Sobre este punto, el presidente de la Cámara Regional de la Industria y Comercio Exterior (Cricex), con sede en Venado Tuerto, Santiago Aloisi, argumentó en diálogo con Sur24 que “en principio es una gran dificultad acceder al Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), pero incluso cuando están aprobadas estas autorizaciones por el gobierno nacional y llega el momento de pagar, siempre surge un ‘problema técnico’ que impide abonar los compromisos asumidos en el exterior, con lo cual se empieza a deteriorar la relación entre comprador y vendedor”. Y agregó: “Hay casos de proveedores que, al no poder pagar, ya no les embarcan la mercadería y este fenómeno se refleja en baches en la producción”.

Por otra parte, el dirigente advirtió que mientras tanto esta situación se prolonga sin solución, “aumenta el pasivo en dólares en el exterior, en un marco de absoluta incertidumbre respecto del tipo de cambio post-balotaje; de establecerse una devaluación general, aquellos que tienen la cadena dolarizada estarían protegidos, pero los que la tienen en pesos se verán muy afectados, sin descartar, por lo que se viene escuchando, un desdoblamiento parcial del tipo de cambio, es decir que el escenario es muy incierto y genera mucho miedo respecto de cualquier operación en los próximos días”, admitió Aloisi.

Menor producción
A nivel general, las estadísticas en la industria argentina reflejan una desaceleración, tanto mensual, como interanual, y el referente de la Cricex contó que, en la región, “desde octubre ya son numerosas las empresas que interrumpieron las horas extra”, a lo que se suma un inminente recorte de la oferta de materia prima básica, como el acero, ya que algunos de sus componentes son importados, y ante la dificultad para obtenerlos, desde las principales siderúrgicas están avisando que en estas condiciones no podrán cumplir con la totalidad de la demanda. “Este fenómeno, la industria metal-mecánica aún no lo está sintiendo, pero es esperable en los próximos meses un sacudón en la cadena productiva del sector”, anticipó.

Asimismo, esbozó un panorama semejante para la industria de la maquinaria agrícola, que en los últimos meses “se está resintiendo poco a poco”. Y estimó que “hasta que se empiecen a ver los resultados de la próxima cosecha, esto se irá estresando cada vez más”.

“Es entendible que el gobierno quiera evitar la multiplicación de esta deuda por importaciones que ya llegó a los 40 mil millones de dólares, pero también es cierto que las plantas fabriles van a caer en su productividad, porque falta bastante para el ingreso de dólares genuinos por exportaciones agropecuarias. El panorama no es muy alentador en el corto plazo, aunque estoy convencido de que, en el largo plazo, Argentina tendrá grandes oportunidades", auguró el industrial.

Al respecto, subrayó, en primer lugar, que después de una larga sequía, las lluvias se apiadaron la de la zona productiva y eso augura una “cosecha de regular a buena para 2024”; además, el yacimiento de Vaca Muerta es una realidad y “ya hay vaticinios de que, hacia 2030, el complejo exportador de petróleo será equivalente al agroexportador”, puntualizó. "Si sumamos el litio, las energías renovables y tantas otras fortalezas, en la medida que sean bien gestionadas, y no se conviertan en una caja más, los augurios son buenos, pero también es cierto que los próximo siete u ocho meses serán cuesta arriba para la mayoría”, consideró con realismo el referente del Laboratorios Peyte.

Todos más empobrecidos
Mientras tanto, en el día a día de las pymes, se generan otros conflictos puertas adentro, como la presión de los trabajadores por subas salariales: “Eso también está sucediendo, es innegable, y es una situación de difícil solución, porque las dos partes están siendo perjudicadas. Hoy estamos todos empobrecidos, las empresas, con una rentabilidad a la baja, y los trabajadores, con salarios que pierden el poder adquisitivo. Es un escenario donde todos perdemos porque, salvo excepciones, no hay empresarios del campo ni de la industria que se estén llenando sus bolsillos”, graficó. “Y esto genera tensiones, porque si bien nosotros, desde las pymes, reconocemos esa depreciación de los ingresos, tampoco contamos con los recursos para hacer frente a esos reclamos justos”, amplió.

“Esperamos que, a la salida de esta crisis, los daños colaterales sean mínimos, y entonces, con condiciones propicias una vez más, la mayor cantidad de empresas pueda reactivar y entrar en un círculo virtuoso de creación de empleo y mejores sueldos, pero esto requiere un gran pacto de todos los sectores para sacar el país adelante, porque no nos alcanzarán los recursos naturales para salir del agobio”, completó Santiago Aloisi.


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