La perspicacia de los empleados y la fidelidad del escáner permitieron evitar el ingreso de droga y teléfonos sobre todo a una cárcel donde siempre estos elementos fueron ingresados indiscriminadamente. Repasamos algunos de los hechos más notorios.
Si bien existen secuestros que no trascienden, otros cobran notoriedad por lo burdos o por cuantitativos. La referencia tiene que ver con la Cárcel de Coronda a partir del intento de ingresar elementos eléctricos atados a palomas, cosa que fue dada a conocer públicamente el pasado lunes por este medio.
Durante 2023 han sido varias las ocasiones en las cuales el escáner adquirido en 2022 entró en funcionamiento, y en cinco casos tuvo más trascendencia.
El 25 de enero, cuando los escáneres todavía no operaban, pero la pericia de los empleados seguía bien encendida, una mujer fue descubierta en la Admisión del Instituto Correccional Modelo de Coronda, cuando quiso ingresar una mesa de luz con doble fondo para un preso del pabellón 12. La rápida acción de los guardias impidió la introducción de ese elemento ya que dentro de ese fondo falso había nada más y nada menos que cinco teléfonos celulares de distintas marcas y cuatro chips.
El 16 de marzo las alarmas sonaron dos veces para contabilizar 7 teléfonos que visitantes a la Unidad 1 intentaban ingresar. Cuatro celulares por un lado y tres más por el otro fueron secuestrados en el inicio del funcionamiento del sistema de escaneo de este presidio. Una mujer lo quiso hacer dentro de una bandeja metálica con doble fondo, y en otro otra visita lo quiso pasar por distintas partes de su cuerpo, entre sus ropas.
Llevaba entre sus medias droga y la detectaron con el escáner.Foto: Mirador
Más adelante, el 16 de mayo otra visitante intentó entrar más de 350 gramos de cocaína, y 10 gramos de marihuana. La mujer, de 31 años, quiso entrar cocaína y marihuana entre sus zapatillas, a la altura de los talones y tobillos y fue detectada por el personal penitenciario a cargo del controlador tecnológico.
Sinceridad brutal
Una semana después se dio una situación insólita. Una mujer –la particularidad de que son del sexo femenino las que intentan en su gran mayoría ingresar cosas, sobre todo por ser parejas de detenidos en una cárcel de hombres- fue detenida con droga en un procedimiento realizado por personal de la Agrupación Cuerpos de la Unidad Regional XV San Jerónimo. A una cuadra del presidio, la policía interpeló a una joven de 20 años, de Rosario, quien simple y sencillamente dijo que “Voy a tomar el colectivo, vengo de visita de la cárcel, que no me dejaron entrar porque tengo falopa” (SIC)”.
Ante esta curiosa confesión, la joven extrajo desde una riñonera, un envoltorio de forma rectangular cilíndrica, encintado, de unos 10 centímetros de largo por 5 de ancho, con marihuana y además dinero, un teléfono, una tarjeta de débito, DNI, tres chips de celulares, una tarjeta de memoria y elementos de higiene personal.
Un quiosco para los presos
El 17 de junio se produjo el secuestro más escandaloso, por quién fue el detenido, y cuantioso, por lo que fue incautado. Un guardia de la cárcel de Coronda fue detectado por el escáner con 17 teléfonos celulares que intentaba ingresar con posible destino a internos de la Unidad 1. Como si fuera poco y a manera de quiosco, llevaba unas 22 tarjetas sim de teléfonos, 14 cargadores, cerca de 10 auriculares, unos 20 mil pesos en efectivo y gran cantidad de agujas de tatuar, más dos accesorios para ese fin. Los aparatos y accesorios estaban disimulados dentro de dos bolsas negras de nylon embaladas y encintadas.
Por último, el pasado 25 de setiembre otra mujer fue al penal corondino con una autorización para visitar a un preso. Ese día, a las 8.25 el escáner por el que debía pasar, advirtió la presencia de una protuberancia debajo de los pies de la recién llegada. El personal del Instituto de Detención U1 del Servicio Penitenciario activó el protocolo para estos casos y apartó a la mujer para hacer una requisa más exhaustiva, mediante la cual se constató que dentro de sus zapatillas, entre las suelas y las medias, escondía 221 gramos de cocaína.
El debut del escáner fue con una bandeja metálica de doble fondo donde había 4 aparatos telefónicos.Foto: Mirador
En todos los casos, las personas con la droga fueron detenidas por personal penitenciario y o policial y entregadas a las autoridades de Antinarcóticos por violación a la ley 23737 de estupefacientes.
Informe exclusivo
Además de los intentos de ingreso, están aquellos elementos que terminan pasando de alguna manera, ya sea por errores, negligencia o complicidad. Por eso Mirador accedió en exclusiva en un primer momento a las cifras de teléfonos secuestrados en los pabellones -no se cuentan los interceptados en la puerta-. Durante enero de 2023 se incautaron 192 aparatos en distintos procedimientos, en la primera quincena de febrero se secuestraron 36 más, mientras que entre el 15 de febrero y el 17 de marzo –un período especialmente analizado en la Unidad 1- fueron 191, lo que implica un buen trabajo del grupo de requisas y demás equipos dentro de este Instituto Correccional.
Esto da como resultado que en la Cárcel de Coronda se recuperaron 419 teléfonos -que ya estaban ingresados- en el término de dos meses y medio, lo que da como promedio 5,5 por día. Luego se evitó desde el Servicio Penitenciario revelar más datos al respecto.