El 4 y 5 de noviembre se realizaron las II Jornadas Regionales sobre Autismo, con la organización de Proyectar Oportunidades, un Arco Iris de Esperanza, Centro de Aguas y Centro Ciprac.

El sábado, en el Centro Cultural, fue el turno de las charlas abiertas a todo público. María Noel Brunini y María Daniela Ezpeleta se refirieron a “El desarrollo psicomotor, observando infancias reales”.

Luego, “Diagnóstico y primeros pasos”, donde la licenciada en Psicología Romina Alejandra Graef abordó la intervención desde el enfoque centrado en la familia.

Ivana Pitrelli, terapista ocupacional, certificada en integración sensorial, estuvo a cargo de la charla “Pensar en las aulas hoy”, planteando estrategias para favorecer la escuela inclusiva.

En tanto, el domingo la actividad fue en modalidad taller, destinada a las familias. Karina Castagnola, pertenece a ATG de Padres TEA Red Federal; y Jorge Wallingre, como terapeuta e integrante de la organización de la jornada, dialogaron con Mirador Entre Ríos sobre la realización de la jornada “Hablemos de Autismo” en Chajarí.

La encargada de brindar el taller “La importancia de la organización” contó que ese taller era exclusivo para familias, porque “intentamos que entiendan la importancia de estar organizados, juntos en espacios propios, donde circule la información, se los pueda orientar, darles contención y que se puedan realizar campañas de visibilización, concientización y sensibilización sobre el trastorno del espectro autista”, indicó.

DIAGNÓSTICOS

Al ser consultada por los reiterados casos de personas adultas que reciben el diagnóstico de autismo explicó que “la visibilización y el difundir las señales de alertas en niños, adolescentes e incluso adultos, hace que se empiecen a acercar personas que quizás tuvieron un mal diagnóstico, adultos con bipolaridad, sobre todo mujeres, y ahora, al hablarse más del tema, hacen las consultas y se llega al diagnóstico”. Otra de las particularidades que acotó que ocurre es sobre las madres que se ven reflejadas en conductas de los hijos, “recuerdan similitudes de su niñez, piden la evaluación y descubren que están dentro de este espectro, porque no tenemos que olvidar que uno de los factores del autismo es el genético”.

Entre las consecuencias de vivir años sin diagnóstico, Castagnola señaló que “hay mujeres diagnosticadas con depresión, que siempre quisieron responder a lo que socialmente se pedía de ellas, con el sacrificio y esfuerzo que eso implicaba”.

En cuanto al ámbito local, Jorge Wallingre comentó que un problema con el que se encuentran es que se pierde mucho, “porque no hay un sistema de detección temprana, nos encontramos con mucha desinformación, generalmente el primer paso es con el pediatra, que los manda a hacer un estudio y le dan un papel con el nombre, y tienen que buscar información en internet, quedan perdidos y no tienen dónde ir las familias cuando recién reciben un diagnóstico para saber qué camino seguir, por eso la barrera es más social”, aseguró.

FALTA DE INFORMACIÓN

Uno de cada 36 niños nace dentro del espectro autista, “es la discapacidad más frecuente y es invisible porque no hay signos que evidencien a simple vista, como puede ser un rasgo facial o motriz como una silla de ruedas, la peor barrera es la actitudinal, que tiene que ver con la falta de información, no saber cómo tratar a las personas con autismo, asociarlas con personas agresivas o que están en otro mundo, siendo que no es así, están en nuestro mundo y quieren comunicarse, sólo que no saben cómo, depende de nosotros acercarnos, y eso también es accesibilidad”, explicó Karina Castagnola, integrante de Padres TEA Red Federal.