Masha Palazzo es una cantautora y multiinstrumentista italiana con seguimiento en América Latina. Para esta artista la música no es un "objeto" de moda, sino un sentimiento que es vivido con sensaciones. Hasta los 11 años fue una promesa de la natación: todos los días a entrenarse en la piscina de su ciudad natal y luego pasaba los domingos en las más variadas piscinas de Italia para las competiciones.

La natación era todo para ella, pasaba horas y horas en la piscina, trabajando duramente para perfeccionar sus habilidades, sus gestos técnicos y competir a nivel nacional. Después, de repente, aparecieron los primeros problemas físicos, no relacionados con su actividad deportiva, sino de un origen aún más desconocido, que se hicieron cada vez más intensos y graves, hasta el punto de tener que poner fin, dolorosamente, a su sueño de una carrera deportiva.

En la Navidad de 2016 sucede algo inesperado: sus padres, a pesar de que ya no podía mover bien los dedos y las manos, le regalan, sin entender siquiera por qué, su primer ukelele, que se convertirá en su apoyo y compañero de vida, fuente de inspiración y símbolo de desafío. A pesar de las dificultades físicas, ella no se rinde a su deseo de hacer música, porque siente que la hace estar mejor.

Comienza así a escribir sus primeras canciones y aquel instrumento, llegado por casualidad, al principio sin ninguna lógica, casi como un don sin sentido, se convierte en su medio de expresión, en su voz, cuando las palabras luchan por surgir.

En entrevista exclusiva para Mirador Provincial, la artista expone su vida íntima musical y nos habla de cómo se creó su nueva canción titulada "24/7".

-Contanos como transcurrió tu infancia, ¿Qué anhelás de tu niñez?
-Mi infancia fue de dos caras, con momentos de felicidad, despreocupación, amor y alegría contrastados por experiencias dolorosas y difíciles. Este contraste me ha enseñado a plasmar la vida. De un lado, he aprendido a descubrir el mundo con ojos curiosos, cultivando sueños y aspiraciones; del otro, el dolor y los retos me han dejado profundas cicatrices, que me han enseñado la importancia de la resiliencia, del amor y de la solidaridad. Fueron propios esos momentos difíciles que me han ayudado a desarrollar la conciencia de cuánto es preciosa la vida.

Hasta los 11 años fui una promesa de la natación: todos los días a entrenarme en la piscina de mi ciudad y luego pasaba los domingos en las más variadas cuencas de Italia para las competiciones. La natación era todo para mí, pasaba horas y horas en el agua, trabajando duramente para perfeccionar mis habilidades, mis gestos técnicos y competir a nivel nacional.

Después, de repente, los viejos problemas físicos se hicieron cada vez más intensos y graves, hasta el punto de tener que poner fin, dolorosamente, a mi sueño de una carrera deportiva. En la navidad de 2016 sucede algo inesperado: mis padres, a pesar de que ya no podía mover bien los dedos y las manos, me regalaron, sin entender siquiera por qué, mi primer ukelele, que se ha convertido en mi apoyo y compañero de vida, una fuente de inspiración y un símbolo de desafío.

Empiezo así a escribir mis primeras canciones y aquel instrumento, llegado por casualidad, al principio sin ninguna lógica, casi como un don sin sentido, se convierte en mi medio de expresión, en mi voz, cuando las palabras luchaban por surgir. El pasado hace parte del pasado, ahora sólo quiero vivir del presente y del futuro. Mi vida ha llegado a ser como un libro, donde cada página, manchada de lágrimas de alegría, de desesperación, de sufrimiento o de dolor, ha dejado en mí una huella indeleble, haciéndome madurar y transformar en la persona que soy hoy, llena de fe, de amor, de deseo de soñar y de esperanza de retomar en el puño de la mano los muchos años de vida transcurridos en el sufrimiento.

La vida me ha hecho arrodillar muchas veces, pero mis recaídas, mis fracasos, mis dificultades, mi soledad no han sido que oportunidades para aprender, crecer y comprender que la vida es un don de Dios y que en el sufrimiento uno se fortalece.

-¿Qué hallaste en el camino de la música, es tu refugio en la vida?
-La música se ha convertido y siempre es parte esencial de mi vida, alimentando mi determinación a “saborear” mi existencia. Con su extraordinaria capacidad de tocar las cuerdas del alma, la música ha emergido como una luz en la tormenta, como una terapia, como un salvavidas, como un faro de esperanza en uno de los momentos más oscuros, más tristes y difíciles, propio cuando el mundo parecía ser incoloro y todo parecía haber llegado ya a su término, debido al ulterior agravamiento de mi salud, que, lamentablemente, me ha llevado a dos largos años de inmovilidad casi total.

 

Foto: Gentileza.

 

El Señor me ha dado una segunda oportunidad de vida, donándome la posibilidad de volver casi a la normalidad, y es propio por eso que me gustaría tanto, a través de mis canciones y mis letras, poder regalar amor a las personas y decirle al mundo entero de no rendirse nunca, de creer en sí mismos, de tener mucha fe y de seguir a soñar, amar y vivir, porque también cuando todo parece acabado y no hay ninguna salida, ¡siempre hay una melodía de esperanza lista para sonar!

Muchas veces buscamos la felicidad en grandes logros o eventos extraordinarios, pero la vida está hecha de pequeños momentos especiales y la verdadera alegría reside en la sencillez de las cosas que nos rodean. Para mí, ¡cada nuevo día es como un pequeño sorbo de felicidad!

-¿Cuál es el principal reto que tuviste que enfrentar en el ámbito musical?
-En realidad, nunca he sentido la música como un reto para mí misma, sino como una fuente de energía mágica que me ha ayudado a superar los momentos más tristes y difíciles. Propio por este motivo la decisión de dedicarme desde los 14 años sólo a la autoexploración y al descubrimiento de lo que realmente quería expresar con mi música.

En 2023, gracias a mis fans, decido ponerme en marcha, intentando abrazar el idioma español como medio de expresión y descubro que propio este idioma transporta mi música a una nueva dimensión. Las melodías se funden con las palabras en una danza de sonidos y significados, haciéndome gustar una experiencia musical rica y envolvente.

El idioma español se convierte en el puente a través del cual puedo comunicar las emociones de mi corazón, conectándome y abrazando las almas de las personas, que para mí se han convertido en mi familia, mi inspiración y mi razón de vivir. Siento que el pueblo argentino vive en lo más profundo de mi alma y me gustaría mucho poder entrar en sus corazones, creando una conexión especial, cálida y mágica.

-Contanos un poco de tu nueva canción “24/7”.
-Esta canción representa un capítulo especial, un mensaje personal, porque fue escrita durante una hospitalización/una estancia en el hospital, en la que no quería en absoluto mostrar mi tristeza y desesperación, sino transmitir un mensaje de positividad, felicidad, de gran entusiasmo y optimismo, ¡de una ligereza única en su género!

La canción 24/7 trata de un amor fresco, ligero, apenas florecido. Es una canción que celebra el comienzo de un sentimiento romántico, el descubrimiento recíproco y la esperanza para un futuro juntos. La atmósfera es despreocupada y positiva, y la canción evoca la sensación de mariposas en el estómago y de un amor todavía por descubrir, pero dónde la alegría, la emoción y la pureza del sentimiento bailan al unísono. Sus almas están como si flotasen en una nube de felicidad, ¡disfrutando de este momento de magia! Espero mucho que esta canción pueda ser apreciada por las personas y pueda entrar en sus corazones.

-En tu función de cantante, ¿conociste rupturas, momentos de duda, cambios de orientación?
-Sinceramente, nunca he tenido dudas ni segundos pensamientos respecto a mi visión de la música. Sólo he reconocido que la madurez artística requiere tiempo y libertad creativa y, propio por este motivo, me encerré en mi silencio, que no fue vacío, por tres largos años, escribiendo muchas canciones nuevas y tratando de encontrar el sonido que más me correspondía.

-¿Cuáles son tus próximos proyectos?
-En el mientras tanto, me gustaría vivir y disfrutar intensamente mi presente, que, en lo más profundo de mi alma, espero me pueda guiar hacia mis próximos proyectos. El presente es un don y sacar el máximo provecho para el futuro es una preciosa riqueza.

Y mientras sigo hojeando las páginas de este libro llamado "vida" espero que mi historia pueda aún ser en curso y que cada página futura sea un lienzo en blanco listo para ser pintado con los colores de mis sueños, de mis esperanzas y de mis aspiraciones.