Desde hace menos de diez años, y de manera sostenida, el cine de terror de producción local ha evidenciado un constante crecimiento. Su presencia no se reduce a las salas de cines de nuestro país, sino que ha encontrado su lugar en los festivales y en el mercado internacional. La recientemente estrenada “Cuando acecha la maldad” permite ejemplificar de manera perfecta el panorama.

La nueva película de Demian Rugna (“Aterrados”) tuvo su estreno mundial en el Festival de Toronto, luego paso por Sitges (una de las muestras más importantes en el género fantástico y de terror), donde ganó el premio máximo de la competencia. Posteriormente fue lanzada en 659 salas de los Estados Unidos y luego se subió a Shudder, plataforma de streaming también especializada en el mismo terreno. En nuestro país batió todos los records del cine de terror argentino desde que existen estadísticas oficiales (1997), evidenciando un gran crecimiento de espectadores en su segunda semana en cartelera, hecho que la encamina a posicionarse como el segundo estreno argentino más convocante del año (solo detrás de "La extorsión", film protagonizado por Guillermo Francella).

El panorama, más allá de la incertidumbre propia por el cambio de gobierno, no deja de ser promisorio, o por lo menos así lo entienden tres productoras que íntegramente desde el sector privado se han lanzado a la realización de un nuevo film en la región. Desde hace menos de dos semanas se está desarrollando el rodaje de “Memoria de una madre”, película de terror, plagada de talento rosarino, que dirige Mauro Iván Ojeda, bajo producción de una triada compuesta por Doménica Films (Buenos Aires) -cuyo mayor responsable, Pepe Salvia tiene en su haber títulos como “El último verano de la boyita” (Julia Solomonoff, 2009) e “Hija” (Martín Desalvo, 2023)- y las rosarinas Reina de Pike e Inspiria Cine.

La cinta se anunció a través de una conferencia de prensa en el Bar El Cairo donde el equipo describió en líneas generales el plan de trabajo que incluye un rodaje de aproximadamente cuatro semanas teniendo como locación principal a la comuna de Alvear, así como algunas escenas en la ciudad de Rosario. Se trata de un proyecto ambicioso que, como parte de la industria audiovisual extiende sus raíces brindando espacio y fuentes de trabajo a actividades en las que no suele pensarse cuando hablamos de la filmación de una película (catering, maquillaje, alojamiento). Además, una producción de esta talla, desarrollada con la intención de captar a los mayores mercados posibles, contribuye también al afianzamiento de la provincia de Santa Fe como polo audiovisual. Un detalle para nada menor.

“Memoria de una madre” es el segundo largometraje de Mauro Iván Ojeda, joven director oriundo de Buenos Aires que viene de cosechar una elogiosa recepción internacional con “La Funeraria (2020)”, protagonizada por Luis Machín y disponible en Amazon Prime. Aquí participa también del guión, presentando un relato de horror que encuentra inspiración en producciones como “Hereditary” (2018), de Ari Aster y “The Babadook” (2014) de Jennifer Kent. El film da cuenta de una familia disfuncional conformada por una pareja y tres hijos, todos ellos, adoptados. Genaro es el último en llegar, pero el primero en darse cuenta de que la angustia y pesadumbre que vive su nueva familia encuentra sus fundamentos en algo de índole paranormal.

Con Nuria, su hermana adolescente, forjará un vínculo especial que los llevará a conocer los extraños y aterradores secretos que habitan en esa casa, al tiempo que se unirán para hacer frente a una presencia maligna. La cinta se permite la introspección y jugar con la mente de los personajes conjugando el terror psicológico con aquel más de nicho, sobrenatural y propio del género en sí.

“Es un guión con personajes tan reales y portadores de tanto de dolor como de esperanza, en un relato de horror anclado en un drama áspero y angustioso. La película cuenta con todos los elementos para comunicarse con el público de todo el mundo que está sediento de nuevas propuestas”, sostiene su director.

Para “Memoria de una madre” se realizó un casting abierto que movilizó a más de doscientos asistentes. Fruto del mismo se seleccionaron los nombres de Vilma Echeverría, Edgardo Molinelli, Santino Resta, Julieta Palermo, Mateo Berti Tallarico, Lorenzo Crespo, Mayra Sánchez, Virginia Garófalo, Guadalupe Aldaz Gallo, y Miguel Bosco. El film, además cuenta con la participación de Marcos Berta (“Los que vuelven”, “Cuando acecha la maldad”) como encargado de efectos, y una segunda unidad en Rosario a cargo de Celeste Arrizabalaga.

Desde Mirador Provincial charlamos con el realizador, quien brindo detalles acerca del film y del crecimiento del cine de género en nuestro país.

-“Cuando acecha la maldad” está batiendo récords de concurrencia. ¿A que le endilgas el buen momento que está viviendo el cine de terror argentino?
-El cine de terror local creo que viene de una curva de ascenso hace ya varios años, eso es lo bueno de este proceso, nunca se detuvo ni dibuja descensos marcados. Digamos que sube de manera regular. Fíjate que está película que mencionás “Cuando acecha la maldad” superó, por ejemplo, a “Sudor frío” (2010, Adrián García Bogliano) que había llevado en su momento a 60.000 espectadores. O sea, con esto decimos qué hace más de diez años atrás la gente también consumía en salas de cine terror local, aunque claramente el género no estaba tan instaurado y la producción del mismo era escasa. Más cerca en el tiempo tenemos el ejemplo de “No dormirás” (2018, Gustavo Hernández) que convocó a casi 100.000 personas. Ahora, “Cuando acecha la maldad”, aun en cartelera, debe ir por los 120.000. Siempre hay exponentes y por eso la curva se mantiene en ascenso. Y seguramente saldrá alguna película en los próximos años y supere la barrera de los 300.000, ojalá. Existe un laburo industrializado muy interesante que se está haciendo desde hace unos diez o veinte años con el cine de terror argentino que sigue dando frutos y que no tiene techo.

-¿Cómo se gesta la idea de “Memoria de una madre”?
-“Memoria de una madre” la escribí durante la pandemia, era una idea que la venia masticando incluso un año atrás, tenía un par de anotaciones y algunas escenas en la cabeza que me daban vueltas. Y bueno, le fui dando forma al guión durante ese tiempo, fue un proceso de unos tres años porque hasta momentos antes del rodaje se tocaron cosas. Años intensos de varias versiones. El guion cuenta con un potencial muy grande, tiene unas imágenes icónicas fuertes que le van a gustar al espectador y personajes interesantes. La familia protagonista es muy particular y hay en la trama una entidad que realmente es espeluznante. Todos esos elementos se conjugan. El espectador va a encontrar una historia de personajes, con un buen desarrollo de ellos, así como también una historia muy cruel, fuerte y gore…y siniestra, tanto como para que la pase muy mal viéndola.

-¿Cuánto tiempo les demandará el rodaje y posproducción?
-El rodaje comenzó hace una semana y media, todavía quedan por delante aproximadamente dos semanas más. Luego la posproducción va a llevar un tiempo importante. Hay muchas escenas que están filmadas para después realizarles vfx y animaciones 3D, entonces la manipulación del material nos va a llevar una buena cantidad de meses como para que quede de manera óptima.

 

La película se filma por estos días en Alvear y en Rosario.
Foto: Gentileza.

 

-Los cruces entre el terror psicológico y el sobrenatural también lo has tocado en tu opera prima. ¿Qué sentís que tiene de distinto esta propuesta?
-El cruce del terror psicológico y el sobrenatural es algo que me seduce, a mí me gustan mucho estas historias donde se cruzan las relaciones humanas, la disfuncionalidad de algunos personajes, de alguna dinámica familiar atravesada por lo sobrenatural o lo paranormal. Es algo en lo que siempre pongo el punto en mis propuestas, una de las formas en donde me siento cómodo narrando. Creo que “Memoria de una madre” conjuga elementos muy diferentes a los de “La funeraria”. Mi opera prima jugaba varios planos y estaba esa funeraria como un espacio que también era una continuación del hogar. Como espectadores no sabíamos donde estábamos, si en la casa donde veíamos un ataúd como macetero o si en la propia funeraria. En definitiva, se presentaba una simbiosis entre lo sobrenatural y lo familiar. “Memoria de una madre” tiene componentes más crudos, más brutalidad y si bien la familia posee una dinámica disfuncional al mismo tiempo ofrece una mirada más optimista, una mirada más alegre de lo que tal vez pasaba con los personajes del otro film.

-¿Quiénes son tus referentes en el género?
-No tengo alguien que sea mi guía o me guste mucho, pero si hay cosas muy interesantes de algunos directores o guionistas que me encantan. Obviamente Carpenter a lo largo de su carrera ha hecho verdaderas gemas, historias impresionantes, obras con las que uno creció y que son muy movilizantes. De lo más contemporáneo me encanta el tipo de terror de Ari Aster, esa construcción de personajes que vimos en “Hereditary” y “Midsommar”. Jennifer Kent hace algo parecido en “The Babadook, me gusta mucho la relación de madre e hijo que presenta y su juego con el imaginario colectivo y lo sobrenatural. Esas cosas y ese tipo de películas son las que a mí más me gustan.

El director

Mauro Iván Ojeda es un realizador audiovisual argentino. Escritor y director de los cortometrajes “La de Messi” (drama, 2017) y “La nueva Biblia” (terror, 2018), ambos seleccionados en festivales internacionales. “La funeraria”, escrita y dirigida por él, tuvo selecciones oficiales en Sitges, Fantasía, FrightFest y Fantasporto. Fue adquirida por Shudder, siendo junto a “Aterrados” las únicas dos películas argentinas en formar parte de su catálogo.