Deporte comunitario

Se realizó la cuarta edición de la Copa Latinoamericana

Organizada en la Plaza Mártires de Trelew, de Paraná, el sábado 25 de noviembre aglomeró a una gran cantidad de gurisas y gurises de la zona. Se trata de un campeonato de fútbol 4 que se realiza desde 2019. Además del deporte, fue un espacio de encuentro de todo el barrio, con la participación de las familias.


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Un camino de banderines rodeaba la Plaza Mártires de Trelew ya desde las 9 de la mañana, en el mismo momento en que el sol comenzaba a calentar la tierra, la vereda y la jornada que, luego de mucho disfrute, cerraría cerca de las 20. La mañana de sábado en Anacleto Medina, barrio ubicado al sudoeste de Paraná, es muy distinta a la del centro de la ciudad. La tranquilidad reina, el silencio es cortado por el trinar de pájaros y algún que otro vehículo. Sin embargo, el sábado 25 de noviembre no fue un sábado más, sino que ese día se estaría disputando la cuarta edición de la Copa Latinoamericana.

Este torneo de fútbol 4 para niñas, niños y adolescentes, que más que un evento competitivo es un encuentro comunitario, es organizado desde 2019 por el merendero Boina de Vasco que trabaja diariamente en el SUM Municipal de Anacleto Medina Norte. Desde ese momento, a excepción de 2020 por cuestiones sanitarias, se hizo todos los años con una gran cantidad de participantes. En esta ocasión, las y los jugadores comenzaron a llegar temprano para conocer el terreno de juego, un espacio que conocen de memoria porque todos los días, a toda hora, se llegan a la plaza y arman picaditos.

Las primeras canciones se empezaron a escuchar llegando a las 10 de la mañana, con la llegada de la gurisada. La cancha marcada con cal sobre el espacio más claro de la plaza empezaba a vislumbrar lo que sería la jornada. Esta plaza, ubicada en una esquina, nunca fue pensada para el fútbol, pero desde siempre se buscaron maneras para poder patear una pelota entre árboles, mástiles, hamacas, bancos, piedras y grandes desniveles del terreno. Las inscripciones se realizaron en ese mismo momento: una mesa de escuela, de un lado las organizadoras, del otro las y los chicos, ansiosos por verse en un papel.


EL COMIENZO


El torneo se dividió en dos categorías: por un lado, la gurisada de entre 6 y 10 años, por el otro los de 11 a 16. Los equipos, de cuatro integrantes cada uno, representaban a un país: Uruguay, Paraguay, Cuba, Colombia, México, Brasil, Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Costa Rica fueron los seleccionados por las y los chicos. Pasadas las 11, los capitanes de cada equipo fueron reunidos para la realización del sorteo y, una vez armados los cruces y los grupos, comenzaron los partidos. Los gritos de gol llenaban las gargantas de los gurises del Anacleto que vivían su fiesta deportiva de todos los años.

Mediante un micrófono se llamaba a los equipos para el próximo partido, una práctica más bien simbólica porque por las ansiedades propias, las y los chicos ya se encontraban esperando que arranque el partido previo al aviso. El primer corte fue a las 13.30, en el que se dio un almuerzo, acompañado de jugo, y el postre, que fue gelatina, se entregó en el salón y se disfrutó de un video compuesto por imágenes de las ediciones anteriores.


QUE NO SE TERMINE


Más tarde siguieron los partidos, mientras en los alrededores de la cancha se podían ver a las familias, pequeños jugando con otras propuestas del equipo de trabajo y un punto de hidratación constante. Entre goles y silbatos, la tarde fue pasando, con diferentes cortes para el descanso, para tomar agua y para la entrega de una ensalada de frutas.

Una vez terminados todos los cruces se definieron las finales en ambas categorías. Previo a estos partidos, se volvió a realizar un corte para merendar, que sirvió de espacio de encuentro para las y los gurises, que en realidad era el principal objetivo. Mientras la sombra le iba ganando al sol en la plaza Mártires de Trelew, la copa entraba en su etapa final.

Las y los chicos se amuchaban en los costados de las líneas de cal, que con gran esfuerzo resistían las pisadas y el polvo. La primera final, la de los más chicos, fue ganada por el equipo que representaba a Paraguay, mientras que Cuba hacía lo propio en la categoría de mayores.


LA ORGANIZACIÓN


Emanuel y Hugo Cornejo son hermanos y fundadores del merendero Boina de Vasco. Desde 2019 pensaron la Copa como una excusa de encuentro con la comunidad y festejo barrial. Mirador Entre Ríos tuvo la oportunidad de conversar con los organizadores.

–¿Cómo se vivió esta nueva edición de la copa?
–Ema: Con mucha alegría y entusiasmo. Creemos que como actividad puntual nos coloca en un lugar de mucha responsabilidad a la hora de pensar el deporte y la cultura en los barrios, en un momento donde se piensa en que estas actividades no deberían tener el apoyo del Estado.

–¿Qué significa para ustedes esta instancia?
–Hugo: Es algo muy lindo para nosotros. Porque es un espacio que permite que varias instituciones lleguen y convivan en un mismo lugar. Permite que concurran tíos de otros lugares del barrio, familias, que es muy importante a la hora del acompañamiento deportivo para los gurises que se están iniciando en el deporte.

–¿Qué rescatan de esta propuesta?
–H: A mí me emociona mucho ver esas caritas felices jugando a lo que le gusta, que te abracen mucho porque llegan a una edad en que ya tienen que despedirse de la copa del barrio. Porque es la copa del barrio de ellos.

–¿Qué les deja esta nueva edición?
–E: Nos deja un montón de cuestiones para repensar y activar a futuro para poder acompañar a nuestras infancias y adolescencias en un futuro medio más que incierto respecto a políticas deportivas y culturales.
–H: Creo que lo que nos deja la Copa es poder saber que se pueden superar a sí mismos y que hay que ir preparándolos para lo que venga en la vida. Permite mostrarle a la gurisada que hay caminos buenos y malos y que nosotros desde el merendero intentamos llevarlos por el mejor lugar, que no vayan a caer en nada malo. Amo esta Copa, amo lo que hago dentro del merendero, que creo que es lo más lindo que me ha tocado vivir.


EL FUTURO


Ante la consulta de qué esperan para el futuro, los hermanos Cornejo aseguraron que “apostamos a que el próximo año la Copa Latinoamericana pueda tener su quinta edición. También queremos repensar el espacio público como nuestra plaza Mártires de Trelew para poder convocar a todas las familias”.

En ese sentido, se esperanzaron en que “los gurises tengan sus arquitos de fútbol 5 instalados todo el año y que puedan tener sus prácticas o jugar fútbol callejero en esa plaza que los acobija y los cuida tanto. También pretendemos poder presentar y abrir esta Copa Latinoamericana al municipio y que sea más abierta para la ciudadanía”.


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