Los nuevos aumentos se suscitaron antes y durante la asunción del nuevo presidente de la Nación, Javier Milei. Es que los días previos al cambio de gobierno, las bateas rosarinas ya marcaban un incremento de entre el 20% y el 25% en los cortes más buscados.
Hace algunos meses atrás la carne era uno de los productos de primera necesidad que tenía el precio atrasado y era accesible. Todo cambió en los últimos tres meses cuando la actualización del costo, en base a la inflación, disparó el precio al punto de que hoy en Rosario un kilo de carne ya puede costar desde seis mil pesos en adelante.
Los nuevos aumentos se suscitaron antes y durante la asunción del nuevo presidente de la Nación, Javier Milei. Es que los días previos al cambio de gobierno, las bateas rosarinas ya marcaban un incremento de entre el 20% y el 25% en los cortes más buscados.
Pero, este lunes, se conoció un ajuste en el mercado de hacienda que ya tuvo impacto en algunas carnicerías. Siempre depende de la carnicería, la zona, los cortes y demás, pero en el macrocentro rosarino hay piezas que ya cuestan desde seis mil pesos en adelante.
El propio referente de la Sociedad de Carniceros de Rosario aseguró a radio LT8 que “en el mercado de hacienda de Cañuelas subió entre un 10% y un 15% este lunes por la mañana. El traslado es casi automático, porque una vez que recibís esta hacienda te tenés que manejar con estos valores, porque mañana no sabés qué va a pasar. No es por especulación, es que sino te quedás fuera del sistema”.
En base a algunas consultas que realizó Mirador Provincial en algunas carnicerías de la ciudad, un gran porcentaje ya actualizó los valores del kilo y aseguraron que un asado para cuatro personas ya puede costar entre 20 y 30 mil pesos, teniendo en cuenta cortes que cuestan de seis mil pesos en adelante.
El temor de los carniceros es que el precio siga aumentando y que la demanda vaya mermando a niveles preocupantes. Es que si no se actualizan los salarios y no se fomenta el consumo, entienden que primero la demanda se volcará a cortes más económicos para luego disminuir prácticamente el consumo de carne.
“Estos son precios para que la carne esté a seis mil. En algunos casos ya está en ese precio. Podría llegar a 6.500 o 7 mil. El techo es el consumo. Acá siempre se convalida con el consumo. A veces puede pasar que el consumo baja, pero el precio sigue subiendo por la inflación. El consumo ya está depreciado”, aseguró el referente de la Sociedad de Carniceros local.
Y advirtió: “Si el consumidor lo va a convalidar. Esto se va a repetir por mucho tiempo, cuando la gente no tenga más medios para pagar, ahí vamos a estar en un problema”. El techo del precio “es el consumo. En una situación como ésta, anormal, puede pasar que el consume baje, pero el precio siga subiendo, porque no hay que olvidar que estamos un circo inflacionario maquiavélico. El consumo ya está muy depreciado y va a ser muy complicado todo”.
La llegada de un nuevo gobierno de índole libertario en el que se promueve la no intervención ni participación del Estado en la actividad privada, muchos especulas con poder ajustar los precios de los cortes acorde a lo que indica el mercado.
Sin embargo, carniceros de experiencia aseguran que la carne es un punto de inflexión clave para detectar cuando las personas tienen o no tiene sueldo a fin de mes. Resulta que entienden que el asado familiar de los domingos es una suerte de termómetro en la sociedad argentina que marca cómo está la economía familiar.
Con los nuevos incrementos, si bien se avecinan las Fiestas, estiman que el consumo pueda resentirse un poco. Al no saber si los precios irán en aumento durante el verano, temen que la demanda se desplome.
Si los frigoríficos se vuelcan a exportar antes que abastecer el consumo interno, el precio de la carne, según algunos carniceros locales, tendería a tener el mismo valor en el país que el que se marca para exporta al exterior, con lo cual el precio estaría dolarizado y el asado se dispararía.