Para Magalí Escandell es incómodo hablar de esfuerzo a la hora de escribir porque para ella es algo que lo hace con placer. La escritora nació el 11 de julio de 1987 en San Nicolás. A los 10 años comenzó a escribir y desde ahí no dejó de hacerlo. Fue premiada en concursos Literarios y recibió el premio Mujeres que Honran entregado por la Municipalidad de San Nicolás a sus 17 años por reconocimiento como escritora joven.

Participó de 3 Antologías poéticas y en 2021 publicó su primer Poemario. En 2022 salió primera mención del certamen de novela romántica Lidia María Riba del sello Vera Romántica de VR Editoras con su novela Un destino llamado Puerto que fue publicada finalmente por el sello en marzo de este año. En conversación con Mirador Provincial, Magalí nos introduce a su mundo literario, y de su último libro.

-¿Cuándo nace la pasión por la escritura?
-Tenía 10 años cuando escribí mi primer poema. Recordarlo me da ternura, porque hoy, con 36 años, pienso en aquella nena que comenzó a escribir poemas (aunque desde antes ya inventaba historias) y me roba una sonrisa. Leer a otros autores desde muy chicas ayudó mucho a que esa pasión se despertara.

-¿Dónde radica según vos el esfuerzo del escritor?
-En líneas generales no me gusta hablar de esfuerzo al escribir, porque lo cierto es que es algo que hago con placer y de manera natural. Sin embargo, no puedo mirar hacia otro lado y olvidar el tiempo y el compromiso que esta actividad conlleva. Creo que ahí radica el esfuerzo, en el tiempo empleado para escribir y el compromiso (sobre todo en las novelas) de no escribir lo primero que se nos ocurre, sino tomarse el tiempo de investigar los temas sobre los que un escritor desea hablar.

-¿Hay en vos momentos de erosión que se plasme en la hoja?
-Yo escribo todo el tiempo y en todo momento. Si bien la mayoría de las veces no escribo sobre mí o sobre algo que me esté pasando puntualmente, sin dudas hay momentos, situaciones, estados de ánimo, que me mueven a escribir. Una vez me preguntaron por qué escribía y mi respuesta fue “Porque no puedo contenerlo. Es como un volcán y nada se puede hacer por detenerlo”.

Infancia
-¿Cómo transcurrió tu infancia en San Nicolás?
-Guardo lindos recuerdos de mi infancia y otros no tanto. Pero sí puedo decir que desde esos 10 años en que comencé a escribir mi “infancia/adolescencia” estuvo muy vinculada a la literatura. Iba a la biblioteca sacar libros y leía bastante, incluso en los recreos del colegio. Comencé talleres literarios a los 13 años, me animé a participar en certámenes en los que algunos recibí premios e incluso me otorgaron el premio “Mujeres que Honran” de la municipalidad de mi ciudad por artista joven. Conocí escritores que me ayudaron a crecer y seguir en este camino. Participé en una primera antología poética teniendo 14 años. Y así transcurrieron un poco esos años, entre lecturas y escrituras.

-Contanos de tu libro poemario “Un destino llamado Puerto”, ¿Cómo fue la génesis del mismo?
-En 2021 publiqué mi primer poemario “Trascendental”. Un destino llamado Puerto (novela): En 2021 me entero que Vera Romántica de VR Editoras lanzaba el certamen internacional de novela romántica Lidia María Riba y decidí participar. Escribí Un destino llamado Puerto en un poco más de 2 meses para el certamen y que finalmente obtuvo la primera mención del certamen y fue publicado en marzo de este año por
Vera Romántica. El disparador de esta novela fue la imagen de una mujer (Antonia) sentada en una piedra observando el mar preguntándose por qué lo permitió si ella había jurado no volver a enamorarse.

A partir de esa idea surge la historia entre Antonia y Manuel que se conocen en Puerto Pirámides, Argentina luego de tener cada uno desengaños amorosos. Es casi un amor a primera vista, pero una relación que va formándose de a poco, con amor y respeto. Rodeados de un grupo de amigos que la autora llama la tribu y se vuelven familia, comienzan a transitar esta historia que está atravesada por amor, amistad, aprendizaje, alegría y también tristezas como en la vida misma. Una historia de amor escrita de a dos que viene a enseñarnos que lo más importante es lo vivido…

-¿Cuál es tu búsqueda como autora en la escritura?
-Creo que la mayor búsqueda que tengo como escritora es que las personas me lean, que haya alguien que conecte con mi obra y la disfrute, que pueda vivir en mis palabras cada cosa que quise transmitir. Ser capaz de despertar algún sentimiento en el lector que me lee creo que es el final de la búsqueda. Y apuntar a eso me lleva a una búsqueda más personal que es la que estoy atravesando ahora y es la de profesionalizar mi escritura. Si bien tengo muchas nociones técnicas, soy de las que creen que siempre hay algo más por aprender, por lo que en ese camino estoy.

-Hablanos de tus influencias literarias.
-En relación a la poesía, mis grandes referentes del género desde mis primeros años como lectora fueron Emily Dickinson, Baudelaire, Rimbaud. Pero también lo fueron la simpleza del gran Benedetti y la fuerza de Pizarnik. Con respecto a la narrativa no tengo referentes puntuales, leo mucho, a muchos autores, géneros variados y de todos me guardo algo. Sin embargo en este momento estoy muy enganchada con la literatura japonés que me está mostrando un modo de decir diferente.

-¿Se puede vivir de la literatura?
-Si hablamos de las cosas que nos dan calidad de vida, sin dudas para mí la literatura es esencial para vivir. Ahora, si hablamos de lo económico, creo que sí, hay muchos autores que pueden vivir de los libros que venden, los talleres que dictan y las entrevistas que hacen. Sin embargo creo que es una camino largo y que solo unos pocos son los afortunados de conseguirlo rápido. Y no creo que siempre se trate de esfuerzo y calidad, a veces solo se trata de ser tocado por la varita o de tener los contactos necesarios.