Tiene 12 años pero una madurez que es admirada por todos. Ella cuida de sus hermanitos y viajó en bicicleta todos los días casi 10 kilómetros para ir a clases. Hace unos días terminó la instrucción primaria y sueña con ser música porque ya ha dado recitales a sus compañeros.
Son de esas historias puras, frescas, que seguramente abundan pero a veces en el mundo del click o del “Me Gusta” lo viral suele confundirse con lo valorable. Fiorella es un nombre de muñeca, pero lejos de querer serlo, con sólo 12 años, esta niña, alumna que esta semana egresó de la Escuela Primaria Rural Nro. 790 “Pablo Pizzurno”, de Coronda, departamento San Jerónimo, tiene una madurez y una sencillez que cautiva y una historia de sacrificios que no duelen, sino que fortalecen el espíritu de ella misma y de quienes conozcan de sus esfuerzos.
Fiorella Ramírez vive en una casa ubicada a la vera del Camino al Cementerio, en el sector suroeste del distrito, en zona de campo, en una clásica y reconocida familia de ladrilleros, de esos que se levantan junto al canto de los zorzales y avisan con su característico olor que la materia prima se irá convirtiendo en ladrillos. Y ella cuando sea un poco más grande también quiere ayudar en el oficio.
Una heroína
“Para nosotros es una heroína, es alguien que está siempre atenta a los demás, que hace casi 10 kilómetros por día en bicicleta para venir a la escuela y acompañar y cuidar a sus cinco hermanitos, y no solamente eso, sino que es una gran estudiante y se va de nuestra institución con muy buenas notas” porque “ella siempre hace un esfuerzo más para ir hacia adelante” indicó Nazarena Finuchi, directora de la escuelita rural ubicada en la influencia del Barrio Basualdo.
El primer detalle es que los seis hermanos deberían cursar en la Escuela Rural “Manuel Belgrano”, pero esta institución desapareció por falta de matrícula hace unos 5 años. A la familia Ramírez la escuelita Nro. 301 le quedaba a pocos metros de su vivienda… La Pizzurno está a unos 5 kilómetros de ida y otro tanto de vuelta. Pero además de todo esto, Fiorella es amante de la música: “Aprendí a tocar el teclado gracias a un tío, lo hago de oído y me gustaría perfeccionarme y llegar a tocar en serio, me gusta mucho la cumbia” contó la niña, acompañada por su directora en su despacho.
Talento en bruto
“Sabe tocar el teclado, el piano, la guitarra, pero todo lo ha hecho por un talento natural que necesita explotarse, por eso me gustaría que el Liceo Municipal la beque y la ayude a crecer porque tiene un talento increíble” continuó la directiva, quien confesó además que “un día habían dejado un teclado dentro de un salón, y empecé a escuchar que lo tocaban, era Fiorella, le dimos su tiempo, su espacio, se perfeccionó sola y llegó a brindarnos recitales en la velada escolar y en otras ocasiones”.
Cómo serán las dificultades que el día del acto de colación la nena no pudo asistir porque el fortísimo viento en contra que tenía no le iba a permitir llegar sin riesgos y un extremo cansancio motivo por el cual la directora se fue hasta su casa, y en presencia de sus padres le entregó dos diplomas: uno por haber completado sus estudios y otro en mérito a su “honestidad, humildad y perseverancia”.
Suele suceder que del centro a la periferia se pierden las oportunidades. La casa de la pequeña está ubicada a 9 kilómetros del Liceo, pero eso no debería ser problema para que Fiorella siga adelante con sus sueños. Tan niña, tan madura al mismo tiempo, ya tiene planificado lo que hará en 2024, cuando empiece a cursar la instrucción secundaria en la Escuela Nro. 537 Olga Cossettini, ubicada hacia el norte del camino al cementerio con una distancia similar a la que recorrió para hacer la primaria.
Lo que viene para Fiorella
“El año que viene voy a llevar a mis hermanitos en bicicleta hasta la Escuela Pizzurno y después yo me voy a ir a la secundaria, además todos los chicos que terminamos acá vamos a seguir juntos y eso es muy bueno” indicó Fiore mientras ya fuera de clases volvía al establecimiento para asegurarse que sus hermanitos terminen bien con todas las materias.
Cabe destacar que cuando asumió como directora en la Escuela Pizzurno, la directora hizo una campaña en los countries de Santo Tomé –ella es de Sauce Viejo- y consiguió 42 bicicletas, las cuales distribuyó para que la deserción sea la menor posible. Seis fueron a parar a la familia Ramírez y con Fiorella al mando la distancia no ha sido un obstáculo insalvable.
Con un fuerte abrazo y con el deseo de que en 2024 la sigan cuidando así, Finuchi expresó que “la soltamos con un montón de talentos en potencia, esperemos que lo que viene para ella sea una ayuda para que crezca tanto como ella a su temprana edad, ya desea lograr, porque es nuestra heroína y un ejemplo que debe conocerse e imitarse”.