Después del fin de semana largo de descanso con motivo de las fiestas navideñas, Newell’s retomará el martes los entrenamientos de pretemporada en Bella Vista y no será una semana más. Es que el técnico uruguayo Mauricio Larriera dará a conocer la lista de jugadores prescindibles y a partir de allí la institución se abocará al mercado de pases para reforzar el equipo.
Todas las energías están puestas en el 28 de enero, fecha pactada para el comienzo de la Copa de la Liga, donde los rojinegros debutarán ante Central Córdoba de Santiago del Estero. Anticipándose a la mayoría de los conjuntos del fútbol argentino, el flamante cuerpo técnico rojinegro adelantó la puesta a punto para conocer al plantel al detalle y, sobre todo, realizar evaluaciones sobre algunos casos puntuales.
Partiendo desde el arco, Larriera tendrá que decidir si Lucas Hoyos y Ramiro Macagno pelearán mano a mano o bien uno de los dos sale en este mercado. A la expectativa está William Barlasina que la semana pasada rechazó un préstamo de Estudiantes de Río IV de la B Nacional.
Por Macagno, de gran temporada en Platense, llegaron algunos sondeos de equipos locales como Godoy Cruz y del exterior, más precisamente de Botafogo de Brasil.
Si se presta atención a la conferencia de prensa realizada por el DT charrúa la semana pasada, su respuesta sobre los arqueros fue ambigua y hasta se puede interpretar que Hoyos seguirá siendo el arquero titular en 2024.
“Me gusta que haya buena competencia interna. Jugará el que esté mejor. Macagno tuvo un buen torneo, pero tenemos buenos arqueros”. Así, con Hoyos y Barlasina reconocidos sin ser nombrados, parece que, si aparece una oferta tentadora en el mercado, será por Macagno.
Pasando a la línea defensiva, Bruno Pittón ya es refuerzo de Unión y en ese lateral zurdo se impone Ángelo Martino, más la posibilidad de Lionel Vangioni que, como se adelantó, firmará la extensión de su contrato hasta diciembre de 2024.
En la banda opuesta del campo, Armando Méndez debe resolver la deuda que el club tiene con él, pero parece que continuará siendo el lateral derecho titular sino sucede algo extraordinario.
Los zagueros que hoy tiene Larriera son Ian Glavinovich, el colombiano Gustavo Velázquez y el colombiano Carlos Ordoñez, que llegó en junio y por distintas lesiones no pudo debutar desde aquel entonces.
Así, para el cuerpo técnico será prioritario definir la situación de Velázquez, a quien también se le adeuda una importante suma de dinero. Aunque se quede o no, irán en busca de un defensor zurdo.
En el mediocampo, se despidieron Iván Gómez y Cristian Ferreira y volvieron Jerónimo Cacciabue y Julián Fernández. Este último es el único de los que regresan que podría tener lugar en el nuevo plantel.
Por último, la delantera es la zona que más preocupa a Larriera y en cada oportunidad que tiene se lo deja en claro al presidente Ignacio Astore y al director deportivo Ariel Michaloutsos.
“Por el estudio que hicimos me gustaría tener un finalizador, la eficacia en las áreas y la disciplina es fundamental”, afirmó el DT.
Sabiendo que Ramiro Sordo, Francisco González y Brian Aguirre pueden salir (dos de los tres) en este verano, en Newell’s buscan opciones, tanto con los juveniles que este año participaron en reserva, como con algún delantero o extremo de las divisiones del ascenso local.
En la reserva que ahora conducirá Ricardo Lunari (campeón este año con la 5ª división AFA) aparecen nombres que entusiasman: Jerónimo Russo, Rodrigo Leiva, Thiago Gigena, Joaquín Gómez Mattar y Mateo Silvetti. A todos ellos, de corte ofensivo, hay que sumarles a Valentino Acuña, quizás el jugador más importante que hoy tienen las inferiores leprosas, de gran Mundial Sub 17 en el que, a su habitual calidad, le agregó sacrificio y terminó jugando como volante mixto y hasta en el centro del campo con la responsabilidad de recuperar y marcar.
En estos días muchos de estos chicos pueden dar en salto, mientras los dirigentes empiezan a moverse y el DT ultima detalles.
Todas las partes saben que el margen de error es ínfimo y cualquier paso en falso puede hacer tambalear un proyecto que todavía no empezó.
