A seis días de la audiencia en la que se dictó la prisión preventiva de Luciano Emanuel Alegre por su presunta participación como datero en el asalto a la empresa Belloni Distribuciones, sigue prófugo Sebastián Brítez, uno de los presuntos asaltantes y suegro de Alegre.
Sebastián Ramón Brítez, exjugador de Patronato, suegro de Alegre y sospechoso de ser el autor material del asalto junto a otro hombre, continúa prófugo.
A casi una semana de que el juez de Garantías de Paraná, Eduardo Ruhl, dictara la prisión preventiva de Luciano Emanuel Alegre, por el plazo de 40 días, por encontrar vigentes los riesgos procesales de fuga y entorpecimiento de la investigación que se sustancia para determinar la responsabilidad de Alegre, de su suegro, Sebastián Ramón Brítez, alias Negro, y de Antonio Leonardo Román, como supuestos autores del delito de “robo agravado por el uso de arma de fuego”, en relación al violento asalto que se perpetró el 22 de julio de 2023 en la Distribuidora Belloni, aún no se conoce el paradero del exfutbolista de Patronato.
Román y Alegre están privados de la libertad mientras se sustancia la investigación. El primero, de nacionalidad uruguaya, residía en Villa Fiorito, en Buenos Aires, y según la hipótesis de Fiscalía es uno de los autores materiales del hecho junto a Brítez; en tanto que Alegre es investigado porque como empleado de confianza de la firma le habría “vendido” toda la información de los movimientos de la distribuidora a su suegro, también considerado autor material del asalto.
GRIETA FAMILIAR
Fuentes allegadas a la investigación indicaron a Mirador Entre Ríos que la familia Alegre pasaría por momentos de aflicción y estaría dividida respecto de las participaciones atribuidas a Brítez y Alegre. En este sentido, se deslizó que Alegre niega el hecho y atribuye a su suegro haberse “aprovechado” de la información que le dio. Las fuentes especularon que la situación podría aclararse cuando Alegre vuelva a prestar declaración como imputado. Pero para esto habrá que esperar a los primeros días de febrero cuando retome la actividad en los Tribunales de Paraná, tras el receso de verano.
La parte de la imputación que habría generado el malestar entre los miembros de las familias es la que sostiene que “con conocimiento previo del lugar de guardado del dinero, Román se dirigió al interior de las oficinas y sustrajo la suma de 30.000 dólares estadounidenses y 2.000.000 de pesos. Paralelamente, sin conocimiento de Román, su consorte extrajo un arma de fuego no individualizada, golpeó con ella en la cabeza a un empleado de la distribuidora, a quien le produjo herida en el cuero cabelludo, efectuó un disparo de advertencia en dirección al piso, y le ató sus brazos por la espalda con precintos de plástico color negro, para luego, retirarse los incursos con el dinero a bordo de una camioneta Ford Ranger blanca”.