La comunidad cinéfila de Rosario pudo disfrutar cuatro funciones en el cine El Cairo de la última creación de Aki Kaurismäki, el cineasta finlandés. Un análisis con ánimos de spoiler.
La mirada del vigilante es la puerta de entrada al mundo del cineasta. “Vas a llegar lejos”, dice Ansa (Alma Pöysti), luego de que el trabajador desenmascara que roba viandas vencidas del supermercado para estirar el sueldo y cubrir el costo de la cena. “Sólo cumplo órdenes” contesta el vigilante, terminando su participación en el film.
Aki Kaurismäki muestra el color y la estética de su mundo imaginario, la estructura psíquica que triunfa en el capitalismo actual es la estructura del psicópata, que destruye la empatía de los propios en pos de un deber cargado de sin sentido. Pero ante la cara más atroz, la solución vuelve a estar en el otro para el cineasta. Una compañera que se acerca y confiesa que ella también roba comida vencida, que está a la venta en las góndolas. Las viandas se tiran en el contenedor, donde un pobre a la espera pide permiso y el vigilante lo observa.
El mundo de Aki Kaurismäki por momento es frío y artesanal. Los personajes cuentan monedas para sobrevivir, y son distantes, de pocas palabras, pero nunca terminan de caer en el melodrama.Foto: gentileza
Las elipsis es un recurso que inundan las formas narrativas de las películas del director de Un hombre sin pasado (2002), Le Havre (2011) o Contrataré un asesino a suelto (1990) entre otras grandes creaciones. En el mundo de Aki, los silencios son más importantes que lo dicho. El silencio cobra fuerza en la estética de los invisibles. Kaurismäki pone cámara y cine donde la narrativa es incómoda, en él debajo de la alfombra de un mundo al que se le niega la existencia.
Los personajes de Kaurismäki son personajes derrotados, vencidos y entregados; sin darse cuenta, a la espera de un triunfo épico, que por lo general, viene del lado del amor. Quizás por eso es bella su obra y marca registrada.
Hojas de otoño / Kuolleet Lehdet no es la excepción. Tiene todos los condimentos históricos que el universo de Kaurismäki muestra a lo largo de sus creaciones. Una estética fronteriza entre la década del 80, años donde el cineasta comenzaba a dar que hablar con la llamada (por la crítica) La Trilogía del Proletariado, que agrupa Sombras en el paraíso (1986), Ariel (1988) y La chica de la fábrica de cerillas (1990).
Hojas de otoño podría ubicar al espectador en el año 2019, aunque la información del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania llega a lo largo del film por medio de una radio de antaño. El tango le otorga una magia sonora especial, suena Gardel y hay un bar que se llama Buenos Aires, en un claro guiño a unas de las capitales mundial del tango. Como si fuera poco, en un relato ficcionado, Finlandia le gana la final del mundial a Brasil.
Otro punto bello de la película es el diálogo que desarrolla con la obra del cineasta Jim Jarmusch, quien conoció al director europeo en el rodaje de Night on Earth (1991). Película de historias cortas que en castellano se conoce con el nombre de Una noche en la tierra. Jim filma el último corto en Helsinki (capital de Finlandia) con actuaciones de Matti Pellonpää, Kari Väänänen y Sakari Kuosmanen, actores fetiches por aquellos años de Aki. Hojas de otoño regala al espectador una escena dentro de un cine donde se proyecta The Dead Don´t Die (2019), última realización de Jarmusch que contó con las actuaciones de Bill Murray y Adam Driver.
El mundo de Aki Kaurismäki por momento es frío y artesanal. Los personajes cuentan monedas para sobrevivir, y son distantes, de pocas palabras, pero nunca terminan de caer en el melodrama. El director en el punto justo, utiliza el humor para rescatar al espectador. Sus obras terminan siendo tiernas, donde por ejemplo, la adopción de un perro ocupa un equilibrio central. Un refugio de otro tiempo.
Hojas de otoño presenta a Holappa (Jussi Vatanen) un trabajador solitario y alcohólico. Porque al trabajador en el desarrollo actual del capitalismo concentrado, solo le queda ser adicto a algo.
El tipo bebe y lo deja en claro ante la pregunta de su amigo: “Bebo porque estoy deprimido, estoy deprimido porque bebo”. ¿Acaso hay otro escape para la pobreza blanqueada?
Sí, el amor. Ahí está la épica del triunfo del cineasta. El derrotado encuentra el triunfo épico cuando encuentra el amor. Es allí donde vence al sistema que todo le saca, hasta la voluntad de vivir. Un triunfo épico silencioso, que nada va a cambiar, más que su mundo interno. Una revolución, y el mundo siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.
Ficha
Dirección: Aki Kaurismäki
Actúan: Alma Pöysti, Jussi Vatanen, Janne Hyytiäinen, Martti Suosalo, Alina Tomnikov, Eero Ritala.
Género: Comedia/ Drama.
Duración: 81 minutos.
País: Finlandia