Luego de la agónica victoria del jueves por la noche en Santiago del Estero, Newell’s ajusta detalles para enfrentar mañana en La Fortaleza a Lanús, por la segunda fecha de la Copa de la Liga.
El elenco que dirige el uruguayo Mauricio Larriera buscará repetir los buenos pasajes mostrados ante Central Córdoba y corregir ciertos aspectos en el retroceso.
De movida, el rival aparece como un escalón más arriba del desafío anterior. Lanús, pese a que no tuvo un buen 2023, se reforzó bien y en su casa es un hueso duro de roer.
Esto en el Parque Independencia lo tienen claro, tanto que de los últimos siete enfrentamientos en el sur del Gran Buenos Aires apenas pudo festejar en dos ocasiones: 2-1 en la temporada 2021 con doblete de Nico Castro y 4-2 en el 2020.
Más allá de estos números, el plantel se mantiene optimista por lo que fue el debut con el Ferroviario.
Newell’s hizo el gasto del partido y se llevó los tres puntos sobre la hora, además de contar con algo de fortuna en la última jugada a favor de los locales que estuvieron a punto de empatar de no ser por la gran reacción de Ramiro Macagno.
De manera interna, muchos reconocieron que, en otras ocasiones, este tipo de situaciones a la Lepra le jugaban en contra y se terminaba quedando con las manos vacías.
Justamente, uno de los puntos a mejorar para el cuerpo técnico es convertir esa tenencia en situaciones efectivas contra el arco rival.
Los rojinegros fueron más profundos en el segundo tiempo con la entrada del Colo Juan Ignacio Ramírez y con Guillermo May saliendo de la posición de “9” que, está claro, no le sienta nada bien.
Con los dos uruguayos como punta de lanza, Larriera despejó una duda que flotaba en el aire desde su arribo a Rosario: el DT no se casa con ningún esquema.
Ramírez demostró en pocos minutos (27 exactamente) que puede ser una opción muy importante para el equipo. El Colo tuvo seis pases precisos, un pase clave cuando asistió a Ian Glavinovich para que este asista a Chiaverano en el gol, remató una vez al arco ganando un córner y de seis duelos disputados se impuso en tres.
Por otro lado, en el sector neurálgico de la cancha, al entrenador no le tembló el pulso cuando sacó a Franco Díaz, uno de los refuerzos para esta campaña, y mandó a la cancha a Jerónimo Cacciabue, uno que volvió y quiere volver a ser importante en el equipo.
Díaz, que había mostrado cosas interesantes en el amistoso ante Peñarol en Montevideo, no tuvo una buena producción. Se lo notó nervioso, poco preciso con la pelota y se ganó una amarilla que lo condicionó hasta que fue reemplazado.
En esa posición radica el mayor desafío para el entrenador, primero porque no tiene demasiadas opciones y segundo porque deberá reordenar el eje medio si es que Juan Sforza es transferido.
Hoy, Larriera tiene a mano a Díaz, Cacciabue y al otro uruguayo, Rodrigo Fernández, que el viernes firmó su contrato y estará a disposición, por lo menos para ser una opción en los próximos partidos.
David Sotelo también puede jugar como volante de contención, aunque no es su fuerte, y falta tomar una decisión con Julián Fernández.
El futbolista no pudo completar la pretemporada por problemas físicos y, a pesar que, en un primer momento, Larriera le había dado el visto bueno para que se quede a pelearla, todo parece indicar que le buscará un nuevo préstamo o directamente la recisión de su contrato que finaliza en diciembre.
Si el DT plantea el mismo esquema, habrá que ver si también decide los mismos once, algo poco probable por la seguidilla de partidos que tiene la Lepra en menos de un mes.
El ajustado calendario hace que los rojinegros deban disputar seis partidos en 25 días, con un viaje a Miami incluido, para enfrentar al Inter de Messi y el Tata Martino.
Ramírez por May o Ignacio Schor sería uno de los cambios y el otro, el mencionado en el mediocampo, donde Franco Díaz, Sotelo y Cacciabue se disputarán dos lugares.
Habrá que estar atentos también a cuantos minutos estará en cancha Ever Banega, el diferente del equipo, que hizo un buen partido de presentación, pero hay que recordar que estuvo entrenando por su cuenta mientras se destrababa su salida de Arabia.