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Indigentes en la zona de la terminal de Santa Fe: el municipio evalúa cada caso


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La secretaría de Políticas Sociales del municipio santafesino tiene relevadas al momento 48 personas en situación de indigencia y de calle en cercanías de la terminal de ómnibus capitalina, más precisamente en lo que es el ex Predio Ferial y el sector que linda con calle Gob. Crespo. Las franjas etarias son múltiples: hay menores, adultos jóvenes y adultos mayores, varones y mujeres.

Cabe aclarar que estas personas no están todo el tiempo allí; “migran” permanentemente durante el día, pues muchas van a realizar alguna labor de tipo informal (cuidar coches, limpiar vidrios) para obtener un ingreso económico. Tampoco pernoctan todas las noches en el sector, a la intemperie, ya que varias recurren a otros sitios, buscando un refugio.

Qué se está haciendo

A este cuadro de situación lo traza Hugo Marchetti, secretario de Políticas Sociales del municipio de Santa Fe. “Puntualmente en cercanías de la estación de micros local, hay mucha movilidad; las personas no están todo el día ahí, tampoco todas duermen en el sector siempre. Muchos salen a realizar ‘changas’, es decir, algún trabajo informal”, puso en contexto en diálogo con Mirador.

“Estamos determinando con respecto a las personas ubicadas en este sector puntual de la ciudad es qué grupo etario podemos abordar con asistencia social, y quién está en situación de calle, pues también aparecen cuestiones voluntarias (hay personas que eligen estar en la calle), y en otros casos, hay personas a las cuales se las trata de incluir al mercado laboral, porque lo desean pero no tienen oportunidades”.

En este último caso, se las trata de incorporar al mercado laboral a través de cooperativas de trabajo con las cuales el municipio tiene firmado convenios, o en iniciativas de emprendedores. “Toda aquella persona que se pueda revincular a través de la economía social, se intenta de revincularla. En esto estamos, dentro de lo que son los alcances de la jurisdicción municipal”, explicó el secretario.

“Esto se analiza caso por caso -aclaró Marchetti-. Dentro de este referido grupo social vulnerable, hay situaciones de personas con problemas de salud mental; adultos mayores que incluso teniendo una pensión, están ahí frente a la terminal, unas veces, y otras veces pululan por otros lugares. Insisto: a cada caso hay que abordarlo en particular”.

El funcionario aseguró que “una vez que tengamos más claro qué capacidad tiene el municipio de gestionar y asegurar un cuarto, de ofrecer un lugar transitorio para la pernoctar de noche, todo esto se irá acomodando. Además, tenemos una misma mirada sobre la cuestión socioeconómica con el gobierno provincial”, añadió.

Hoy la Municipalidad tiene bajo su administración un solo refugio, que es la Casa de Protección de Mujeres. Los otros son convenios con asociaciones civiles que ofrecen sus instalaciones para alojar transitoriamente a indigentes -tal el caso del el CIC de Facundo Zuviría y de la Casa Beata Clara Bosatta, que hasta fines del año pasado funcionaron-, al igual que los cleros, con participación del Arzobispado.

Relevamiento

La secretaría de Políticas Sociales está realizando una suerte de “censo” o relevamiento -hoy en fase preliminar-, con la idea de determinar una suerte de mapa de la pobreza “real” en que se encuentra esta capital.

Pero por otro lado, la situación de vulnerabilidad social es un fenómeno complejo y con múltiples aristas, que van desde la desprotección de la minoridad, y la falta de empleo formal, es decir, la imposibilidad para la población económicamente activa de ingresar al mercado laboral.

También, la desvinculación familiar -hay ancianos caídos en la indigencia “olvidados” por sus familiares-; los consumos problemáticos en adolescentes y adultos jóvenes, la violencia de género y hasta la salud mental (hay pacientes psiquiátricos en estado de calle).

Mapa

Marchetti aseguró además que se están activando convenios con instituciones de la sociedad civil comprometidas con la ayuda social que se cayeron en la transición del cambio de gestión municipal, y otros que no se renovaron. “Incluso había deudas del Gobierno local con algunas asociaciones civiles”, afirmó.

“Se está poniendo al día toda esta situación. También, lo que empezamos a elaborar es un mapa geolocalizado de las casas de refugio para cada situación excepcional -mujeres en situación de violencia de género, menores, ancianos, personas con problemas de adicciones-. En cada caso, hay protocolos específicos que cumplir”, explicó el funcionario.


También se trata de establecer un “trayecto” de la gente que está en situación de calle. “Cada una de estas personas tiene una historia personal, de vida: nadie nació en una plaza. Y hay razones por las cuales terminaron en ese estado de indigencia”, expresó.

“Focos”

Hay varios “focos” en la ciudad donde se asientan estas personas en estado de indigencia o de calle: en la Basílica de Guadalupe, en determinadas esquinas de Bv. Gálvez, Pedro Vittori y Domingo Silva, etcétera, en cercanías del casco histórico (barrio Sur), etcétera.

“Ese número de gente en estado de vulnerabilidad extrema es siempre variable, no estable. Y nada pronostica que la situación mejore, ni siguiera en el mediano plazo”, estimó.

Consultado sobre los eventuales problemas que pueden generar a los frentistas una persona en situación de calle en las entradas de las viviendas, el secretario admitió que estos casos se dan.

Aquí, los vecinos afectados (“cuya preocupación es lógica y razonable”, adujo) deben comunicarse al 0800-777-5000. Con ese aviso y dependiendo de la situación que se trate, se puede derivar a las áreas de minoridad o de la fuerza pública (policía provincial) si hay algún episodio de violencia.

Dispositivos

Cada persona en situación de calle o de indigencia es un caso particular. En algunas circunstancias, se trata de generar una revinculación familiar; en otros, una oportunidad de inclusión laboral en las cooperativas de trabajo con las cuales la Municipalidad tiene firmado algún convenio.

“Pero en otros casos, desde la secretaría se establece una articulación con la justicia, con el Ministerio Público de la Acusación (MPA). Porque hay competencias que van más allá de una interpretación del problema social, y que exceden al municipio. Por ejemplo, en los casos de personas que tienen algún conflicto con la ley, ahí se activan los dispositivos con estos organismos y la fuerza del orden público”, explicó Marchetti.

Y cuando se ven involucrados menores en situación de indigencia, se aplica otro protocolo. Ahí actúan las áreas de minoridad provinciales, previa notificación del municipio. Lo mismo para situaciones de violencia de género: se implementa un protocolo específico donde intervienen estamentos provinciales y judiciales.

 


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