En esta ocasión, el género es Cuento y se recibirán trabajos hasta el viernes 28 de junio. Quienes quieran participar deben ser nativos de Entre Ríos o tener mínimamente cinco años de residencia en la provincia. El premio está conformado por la edición de 1.000 ejemplares de la obra ganadora.
Las convocatorias a participar del premio Fray Mocho, la máxima distinción literaria de la provincia, se encuentran abiertas y se recibirán trabajos hasta el viernes 28 de junio. En esta ocasión, el género elegido es cuento y la elección de la temática será libre y podrá ser elegida por cada uno de las y los escritores.
Como lo dispone el Decreto Reglamentario Provincial N° 2967/87, el género elegido forma parte de un sistema de rotación que sigue el siguiente orden: teatro, poesía, cuento, novela y ensayo. Este concurso es uno de los más esperados por los letristas entrerrianos debido a su reputación y permite que autores locales puedan visibilizar trabajos de su propia autoría.
Para participar, las y los escritores deben ser nativos de Entre Ríos o tener al menos cinco años de residencia continua en la provincia y se deben presentar trabajos originales e inéditos. El premio se compone de la edición de 1.000 ejemplares de la obra ganadora por parte de la Editorial de Entre Ríos de los cuales 200 corresponden al autor sin cargo.
La última ganadora fue Carla Olivera, oriunda de Gualeguaychú, por la obra El asombro de los días, en el género Poesía. Como en cada edición, el jurado estará integrado por tres personas de relevantes antecedentes literarios designados por la Secretaría de Cultura de la provincia. En 2023 fueron Claudia Beatriz Masin (Córdoba), Sonia Mariel Scarabelli (Rosario) y Leonardo Edgardo Javier Roldán (Buenos Aires).
El Premio Fray Mocho tuvo su primer antecedente en 1968, un año después de haber sido creado por el gobierno de Entre Ríos. Con ganadores de la talla de Emma Barrandeguy, María Luisa Delfino, Jorge Enrique Martí y Juan José Manauta, entre otros, el concurso se convirtió en un faro para los amantes de las letras.
Debido a la falta de una reglamentación clara, en 1985 se comenzó a trabajar en la redacción de una norma que garantice su continuidad. Como resultado de este proceso, en diciembre de 1986 fue aprobada la Ley N° 7.823, publicada en enero del siguiente año en el boletín oficial de la provincia y reglamentada mediante el Decreto N° 2967/87 en junio de 1987.