El lunes 19 de febrero se conoció la noticia del fallecimiento de Sixto Iglesias, quien fue socio fundador, primer presidente y por años integrante de distintas comisiones del Centro Tradicionalista Crispín Velázquez, de Villaguay.
Los últimos años fue delegado departamental de jinetes y, aunque se apagó la llama de su vida, dejó encendida la que anima a los corazones de miles de hombres y mujeres que sostienen la tradición entendiendo que no es una mirada al pasado, sino un compromiso con el presente para alcanzar el futuro con raíces profundas. Ese fue su norte y la esperanza que anidó en sus días. Tenía 88 años al momento de su partida para encender su fogón en lo alto.
Don Sixto Iglesias compartió incontables fogones y allí nacieron esas fuerzas para ser el alma de una institución que no solo sigue en pie, sino que alberga los fundamentos de una manera de vivir y sentir nuestra identidad. En el año 2017 fue distinguido por la Cámara de Diputados de la Provincia, entre diversas personalidades destacadas de la cultura entrerriana “por su invaluable contribución a través de su destacada trayectoria a la valorización, rescate, transmisión, trascendencia y difusión provincial, nacional e internacional de la Cultura Tradicional Entrerriana”.
SU VIDA
Sixto Bienvenido Iglesias nació en zona rural de Altamirano Norte. Fue trabajador rural, jinete, cultor tradicionalista. Desde joven se dedicó al oficio de domador participando en las jineteadas. Fue tropero, pialador y baqueano. Desde 1952 ingresó a trabajar en la Estancia “El Rincón”, de Raíces Este, Departamento Villaguay, como puestero. Durante 42 años ocupó el puesto de capataz y luego fue mayordomo del establecimiento. En las tareas rurales arrió tropas de hasta 500 animales, desde Raíces hasta Villaguay Este, para el transporte en ferrocarril.
Debido a su profundo conocimiento sobre el ganado vacuno fue convocado como jurado, en la elección de los grandes campeones, en exposiciones rurales de Entre Ríos y la República Oriental del Uruguay y en los festivales de jineteada más importantes de nuestra provincia, en Villaguay, Urdinarrain, Rosario del Tala, Gualeguaychú, Concepción del Uruguay, por citar algunos y en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires. Fue designado por cinco años representante y responsable de conducir la Delegación de Jinetes seleccionados en nuestra provincia, para concurrir al festival de Jineteada y Folclore de Jesús María, en Córdoba.
EL CENTRO TRADICIONALISTA
La pasión, el espíritu de sacrificio, su constante dedicación y la infatigable vocación de servicio, motivaron a Don Sixto Iglesias para que no decaer en la persistente tarea de lograr en Villaguay un predio que reúna a los amantes de disfrutar actividades tradicionales. El esfuerzo dio sus frutos y no sólo logró conformar la comisión, sino que creó una Agrupación Gaucha, que distingue con el nombre del viejo caudillo “Crispín Velázquez”, con una sobresaliente tropilla de pelaje moro y coronando este gran esfuerzo con la adquisición de un predio, al que dotaron del equipamiento y la infraestructura acorde al desarrollo de sus actividades.
La Agrupación Gaucha “Crispín Velázquez” ha representado a su pueblo en paradas, desfiles, fiestas patrias, eventos tradicionales de la región y el país. Fue convocada a San Martín de los Andes y Esquel junto a agrupaciones de todo el país.
Con sus jinetes formó y desfiló acompañando los restos del caudillo entrerriano López Jordán, en oportunidad de ser repatriados a su provincia.
Sixto Iglesias recibió múltiples distinciones y premios por su constante labor, en bien de nuestras tradiciones y sanas costumbres, aportando todo su conocimiento y sabiduría como legado a generaciones futuras. El quincho, lugar de encuentro del Centro Tradicionalista Crispín Velázquez, ha sido designado con su nombre en reconocimiento a su labor incansable para llevar adelante la misión que emprendió junto a un grupo de personas que decidieron crear este mojón en el corazón de la “Patria chica” y sostener la defensa de nuestras tradiciones, objetivo que se logra, día a día, con una gran suma de voluntades.
Desde la institución señalaron que: “El libro de su vida llegó a su fin, pero sus recuerdos quedarán marcados en cada lugar que transitó defendiendo la tradición”.
RECUERDOS DE UN AMIGO
En diálogo con Mirador Entre Ríos, uno de los grandes amigos de Don Sixto, Antonio Mendoza, recordó que “la idea de la agrupación y centro tradicionalista surgió de las convocatorias que realizaban en Diamante y entre amigos fue creciendo la idea. El Centro Tradicionalista Crispín Velázquez fue creado el 5 de septiembre de 1986 por un grupo de personas del campo y la ciudad, con la finalidad de realizar y preservar tradiciones y costumbres gauchas como la jineteada, la doma y la música folclórica”.
“A Sixto lo conocí en la década del 60', después de la creciente de 1959. Nos hicimos amigos de toda la vida, nos apreciamos mucho”, indicó, para agregar que “era un hombre muy querido y muy buen jinete, muy sabio y conocedor, de los ‘camperos viejos’, como se decía hace tiempo. Sabía mucho del ganado vacuno y lo convocaban de muchos lugares en tiempos en que eran pocos los que tenían tanto conocimiento”.
Recuerda que “las primeras reuniones para conformar el centro tradicionalista fueron en la Sociedad Rural, en casa de René Savino o Jorge Duarte. Comenzamos a realizar las jineteadas y carreras cuadreras en la ex cancha de Parque, en cancha del club Barrio Sud, en el predio del ex matadero municipal, en el hipódromo, en el campo de Pedro Miranda o de Abel Zandalazzini. Los fondos recaudados fueron destinados a comprar el predio que se pagó 11 mil Australes. Sixto era muy democrático en las decisiones, no imponía nada, todo se decidía por mayoría y presentó muchos proyectos que siempre salieron por consenso”.
El entrevistado comentó que su recordado amigo “era de hacer bromas, aunque parecía muy serio, siempre tenía salidas muy ocurrentes”, y destacó “el empuje y acompañamiento de la comunidad en su conjunto para esta obra, fruto del esfuerzo de todos, puedo decir que Sixto Iglesias fue gran parte del éxito por su dedicación y por el trabajo en equipo al que siempre apostó”.