“Mujerío es lucha, resistencia, unión, compañerismo. Si vamos al significado de la palabra, tiene que ver con el conjunto de mujeres y en ese sentido está obra viene a contar el poder que tenemos las mujeres cuando nos juntamos; el poder que tienen los conjuntos de mujeres cuando se reúnen”, expresa la bailarina Lucía Rojas -creadora y directora de la obra- sobre su significado.

La obra cuenta varias historias de mujeres batalladoras, una de ellas refleja a las Amazonas de la libertad, éstas Amazonas eran las mujeres que acompañaban a Juana Azurduy en las luchas independentistas a principio del 1800.

“Fueron mujeres que se impusieron a los roles y estándares sociales de la época. Fueron a las batallas, dejaron a los maridos e hijos en sus casas y fueron a pelear por una causa que para ellas era justa: que era la independencia de nuestro país”, explica al detalle Lucía sobre las guerreras que acompañaron a Azurduy.

Marca personal

“A mi me gusta, cuando hago este tipo de obras, que todo lo que dancemos no quede en la forma nada más, sino que realmente tenga un significado, que no sea sólo bailar x bailar bonito, sino que detrás de ello haya realmente un porqué. Siempre me gusta contar historias y las obras que hago tienen mucho que ver con la manera que tengo de pensar”, suma sobre su mecanismo de trabajo la directora de la obra.

Lucía Rojas estudió en Rosario y la pandemia la volvió a Rufino sin previo aviso. Montó su escuela de danza y hoy tiene más de 100 alumnas. “No es nada oculto que soy feminista y por ende mis obras son feministas, y van hablar del poder que tienen las mujeres. Y las luchas de ésta obra, algunas son conocidas, como la de madres de plaza de mayo, o no tanto, como la historia de las Amazonas de la libertad”, suma convencida.

La tarea de asumir el desafío de ser parte del proyecto coreográfico que Rojas propone hace más de dos años durante el receso estival -momento en el que sus alumnas están de vacaciones y el liderazgo de su escuela se toma un receso-, es el tiempo en el que ella crea sus producciones y lo hace extendiendo la invitación a muchas de sus alumnas, quienes se hacen parte.

Cuerpos que hablan

La mayoría de las convocadas asumen el compromiso en cuerpo y alma, “que es mucho trabajo: estudiamos mucho, de hecho el domingo previo al estreno nos juntamos con las bailarinas en la escuela a proyectar videos para poder interpretar mejor las historias que contamos y tuvimos una especie de “cine debate” muy rico”.

“Es un gran compromiso con la obra y con el proceso para que a las personas que vengan a vernos les llegue y puedan entender las historias que contamos sin necesidad de que les hablemos, porque es el cuerpo el que les habla”

Tinkunakuy significa encuentro

La importancia de la grupalidad y el encuentro es un valor ineludible para Lucía Rojas y por ende para su Escuela Tinkunakuy. “Yo estoy super agradecida a todas las chicas que estamos trabajando, somos 16 en escena, es la obra donde más mujeres nos subimos al escenario y están todas super comprometidas y lo super agradezco, porque necesito personas así para poder llevar a cabo éstos proyectos”

El proceso arrancó en enero. “Tenemos el mismo compromiso y lo defendemos a capa y espada. Los ensayos fueron cuando logramos coordinar, cuando podemos, de noche, a la siesta… y el proceso fué intenso y sentido. Esperamos que los vivan y sientan como nosotras”

Las entradas para Mujerío del 8 de marzo se agotaron rápidamente y algunas localidades quedan para el domingo 10. La entrada cuesta 3000 pesos y se presenta en Cine Club Candilejas a las 21 hs los dos días.