El certamen se inicia durante un día de trabajo a campo con técnicas y herramientas de antaño. Cada participante tendrá 7 meses para transformar el potro en un caballo de trabajo. El resultado se conocerá en noviembre, durante otro encuentro tradicionalista: “Huellas de Tradición”.
En medio del amplísimo calendario de festivales y encuentros criollos que tiene la provincia, se distingue la propuesta del productor Osvaldo Raimondi, que cada año plantea dos encuentros enlazados por una competencia que dura 7 meses: el Concurso Interprovincial de Domadores.
El primero de estos eventos será el próximo sábado 23 de marzo. Se trata de una yerra a rodeo en la que confluyen paisanos de varias provincias para realizar las tareas rurales como antaño, cuando no existían instalaciones para los trabajos de señalar, marcar, castrar y vacunar o curar. El lazo y la pericia del gaucho son las piezas centrales del mecanismo. También el “torno”, un elemento casi extinto, que facilita las labores.
El otro acontecimiento es “Huellas de Tradición”. Una convocatoria más relajada, no ya para el trabajo de campo sino para el disfrute de las destrezas criollas, la exhibición de elementos gauchescos como ponchos o recados tradicionales, danzas folclóricas o el infaltable asado con cuero, en una ambientación propia de la llanura pampeana de uno o dos siglos atrás. Corral de palo a pique, empalizada y mangrullo, fogón con pava renegrida y alguna volanta o carreta a las vueltas.
Es en este escenario, en el mes de noviembre, donde concluye el concurso de domadores. El certámen se inicia con la asignación de un potro durante la yerra y cada participante se lo lleva a su lugar de residencia para “trabajarlo” durante meses, hasta transformarlo en un caballo de trabajo. Gana quien logre que su animal realice mejor las pruebas de la jura.
Foto: Gentileza
“La idea es dejar una enseñanza; un patrimonio para las generaciones que vienen atrás nuestro”, le dijo Raimondi a Campolitoral, entre los preparativos para la yerra del sábado próximo. Que tras varias ediciones en un campo de Nuevo Torino, ahora se mudó a la sede del establecimiento El Argentino en Coronda.
Productor ganadero y de caballos criollos, Osvaldo asegura: “siempre nos queda un resto de ganas como para hacer cosas lindas y dejar algo para las generaciones venideras”. Y agrega: “esto lo podemos contar, pero si los chicos lo ven le entra por la retina y no se olvidarán nunca más; y lo transmitirán a sus nietos; esa es la manera de llegar”.
Entre las prácticas o elementos “extintos” que pueden verse está el torno. “Es una herramienta primitiva”, dijo, que consiste en una hache de madera con rolos en sus cantos. Una vez enlazado el ternero, el lazo se pasa entre los parantes mayores y se ata para que el animal quede inmovilizado y el gaucho pueda liberar ambas manos. Se utilizaba en la época de las grandes estancias y se mudaba de potrero en potrero. “Los potreros antiguamente eran de 3.000 o 4.000 hectáreas y se trabajaban 2.000 o 3.000 terneros por potrero; entonces era una herramienta que economizaba lazo; cuando se terminaba la faena se cavaba, se sacaba y se mudaba en una chata al potrero siguiente”, explica Raimondi. “Se ha dejado de ver, se perdió en estos campos y muy poca gente lo conoce; es lindo ver cómo se trabaja en esa herramienta tan práctica”.
El torno. "Los potreros antiguamente eran de 3.000 o 4.000 hectáreas y se trabajaban 2.000 o 3.000 terneros por potrero; entonces era una herramienta que economizaba lazo", explica Raimondi. Foto: Gentileza
Otra “rareza”, adelantó, será una manera perdida de señalar el rodeo. “También vamos a hacer algunas demostraciones de señales antiguas, que no se ven más, como un zarcillo; hoy dejó de existir, la gente no la conoce”. Se trata de una forma de cortar la oreja del animal, de modo tal que quede colgando una parte a manera de arete y sirva como marca o señal.
La fama de la yerra a rodeo de Raimondi ha ido expandiéndose y es por eso que este sábado llegarán representantes de una de las agrupaciones tradicionalistas más antiguas del país. Miembros del Fortín Pergamino, fundado por el pintor Jorge Campos, primo de Florencio Molina Campos, “nos confirmaron que vienen, que quieren estar para ver todo esto”, dijo Osvaldo.
Así también “se ha desparramado por todo el país la caballada” del concurso de domadores, motivo por el cual pasó a ser “interprovincial”. Este año, los potros de El Argentino se amansarán en Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, Corrientes y Entre Ríos. “Tienen 7 meses para domarlo, para el mes de la tradición lo tienen que mostrar domado”, dijo Osvaldo en referencia a que noviembre será cuando el concurso concluya durante el encuentro “Huellas de Tradición”. Entonces habrá, además, enlazada, pialada, aparte campero, concurso de emprendados antiguos con platería y recados de soga, ponchos antiguos, danzas y gastronomía criolla a campo.