Lo autorizó la jueza de Garantías, Elisa Zilli, a pedido del fiscal, Mariano Budasoff. Sin embargo, la jueza hizo lugar a la solicitud de la defensa pública, que entendió que la medida debía excluir el celular del único acusado, que no declaró y está en internado con un grave estado de salud.
La jueza de Garantías de Paraná, Elisa Zilli, resolvió este miércoles 20 de marzo, permitir la apertura del celular de Ramón Abelino Sosa, que tenía 85 años el sábado 16 de marzo cuando falleció por las lesiones que, presuntamente y según la hipótesis que sostiene el Ministerio Público Fiscal (MPF) le causó su hijo, Walter Javier Sosa, de 41 años. El fiscal, Mariano Budasoff, solicitó la medida para dos celulares y una computadora de escritorio.
Budasoff fundó el pedido en que de los dispositivos electrónicos se podría obtener información que permita entender qué habría motivado al hijo a atacar al padre. Según sostuvo, de las primeras diligencias que se realizaron en la casa donde ocurrió el hecho, vecinos, allegados y familiares manifestaron que ambos mantenían una convivencia pacífica que se desarrollaba por los carriles que determina la cotidianeidad. También añadió que Sosa hijo, reconoció ante un vecino haber cometido el hecho.
La defensa pública aclaró que aún no había podido entrevistarse con el acusado –está internado en grave estado en el hospital San Martín puesto que se auto agredió y puso en riesgo su vida–, añadió que aquel no había designado abogado defensor particular, y sostuvo que le parecía que la medida, a cuatro días del hecho, no era necesaria ni urgente.
Zilli también limitó la extracción de información de los dos dispositivos electrónicos sólo a aquella que sea pertinente para el esclarecimiento del hecho, ciñendo el acceso a correos electrónicos, whatsapp, mensajes de texto y videos que tengan relación con la hipótesis acusatoria.
LOS HECHOS
A Sosa se le atribuye que “el 16 de marzo de 2024, en momentos previos a la 1.20, luego de haber mantenido una discusión por motivos que se desconocen, Walter Javier Sosa se dirigió al dormitorio de su padre Ramón Abelino Sosa y lo atacó con una cuchilla compuesta un mango de madera color marrón de diez centímetros de largo con hoja de veinte centímetros de largo y aproximadamente cinco centímetros de ancho, asestándole gran cantidad de puñaladas en la cara y la espalda mientras la víctima de hallaba recostado sobre su cama. Como consecuencia de las heridas Ramón Abelino Sosa falleció en el lugar. Posterior al ataque, Walter Javier Sosa se auto infringió heridas lacerantes de gravedad que determinaron su internación en el Hospital San Martín.
El hecho ocurrió dentro del domicilio ubicado en calle Amancio Albariño 1240 de esta Capital donde ambos convivían.