Arriba este miércoles y el jueves comienza el operativo de montaje, con una grúa de gran porte. Es un puente metálico de 20 metros, de único carril. La odisea de los que cruzan a pie o en bici, bajo la lluvia.
Tras inhabilitar la circulación sobre el puente Carretero que une Santa Fe y Santo Tomé a través de la ruta nacional 11, Vialidad Nacional montó un operativo para movilizar a Santa Fe uno de sus puentes modulares metálicos de emergencia tipo Bailey, el que arribaba este miércoles en horas del mediodía.
El martes los operario de Vialidad terminaron de cargar los componentes del puente en el Campamento Colón (Entre Ríos). “Se optó por esta alternativa sobre el otro equipo asentado en Curuzú Cuatiá para dar mayor celeridad y facilidad al traslado”, indicaron desde Vialidad.
Montaje
La estructura que viaja en camiones llega al Campamento La Guardia del 7° Distrito en la ciudad capital “para el jueves ubicar los componentes y equipos de montaje en la cabecera este del viaducto, entre ellos una grúa propia de gran porte”, explicaron desde Vialidad.
El objetivo de la instalación del Bailey sobre el puente Carretero es restablecer el paso de todas las modalidades de transporte público de pasajeros para facilitar la conectividad de ambas ciudades y del conglomerado. Mientras que los vehículos particulares deberán seguir cruzando por el puente de la autopista a Rosario.
“El puente metálico, de 20 metros de largo, de un único carril de paso, se ubicará por sobre el tablero afectado con apoyo en los tramos estables a cada lado”, según se informó desde el organismo nacional.
Mientras tanto, este martes los operarios municipales y de Vialidad trabajaban en la zona del Carretero realizando cortes de yuyos en las banquinas de la cabecera Santa Fe y tareas de reparación en la iluminación, porque por las noches hay tramos totalmente a oscuras.
Además, en el acceso al puente desde el barrio Varadero Sarsotti se arrojaron montículos de tierra para impedir el paso vehicular hacia el viaducto.
Caminantes del puente
Mientras continúa restringido el paso de autos y otros vehículos de gran porte sobre el Carretero, sólo cruzan caminantes, ciclistas y motociclistas. “Vengo desde Rincón, bajé del colectivo y cruzo caminando el puente, no me queda otra”, dijo Fabricio. “Voy a dos cuadras del lado Santo Tomé, así que me conviene más caminar que cruzar en cole por la autopista, porque ahí me deja en el cruce de Luján y la ruta 19. Y a la vuelta cruzaré de nuevo caminando y me lo tomaré en Colón”.
“Vengo desde el Centenario y no me queda otra que cruzar caminando porque no tengo otro medio para hacerlo”, dijo Lisandro mientras continuaba su marcha “porque llego tarde al trabajo”, explicó. “Ayer hablé con mi primo para que me preste su bicicleta para cruzar desde mañana”, agregó. “Porque el colectivo es una opción pero me lleva más tiempo”.
Guillermo cruzó en bicicleta. Venía desde Sauce Viejo. “Antes me tomaba el colectivo pero no me queda otra. Esto iba a pasar, porque es pura negligencia y olvido, no pensar en el futuro. El que hizo este puente pensó en 80 años, nosotros no podemos proyectar ni a 15 años”, se quejó. “Ahora voy a una escuela hasta cerca de Casa de Gobierno”.
-Está tronando, parece que se viene el agua.
-Sí, habrá que esperar que pase. Paciencia -contestó Guillermo-. Cruzar con el puente vacío es otra cosa, cambia la fisonomía, el paisaje, hay silencio. Ojalá que arreglen el puente y quede bien, porque no sirve remendar si no lo solucionan.
Carlos venía caminando desde el barrio Adelina Este, de Santo Tomé. “Voy a trabajar a una cooperativa de cartoneros, en Uruguay y San Juan”, contó. “El otro día me tomé el colectivo pero al dar la vuelta demora mucho, llegué a las 11.20 a Colón, así que decidí venir caminando”.
-¿No tenés a mano una bici?
-Sí, pero está rota, así que no queda otra que caminar -contestó Carlos.
Por detrás de Carlos caminaban otras dos mujeres. “Venimos desde Richieri y Candioti, en Santo Tomé”, contó Noemí. “El cole nos dejó a tres cuadras del puente y ahora caminamos hasta barrio Centenario, por suerte voy hasta ahí nomás. Así que no nos queda otra que caminar, hace bien, porque un remís es imposible de pagar si tiene que dar toda la vuelta”.
Como se recordará, el cierre al tránsito sobre el puente se determinó el pasado viernes 29 para preservar la estructura afectada en uno de sus apoyos, con un descenso progresivo constatado en los controles de la semana pasada. Al respecto, vale informar que luego del cierre preventivo, en la nivelación efectuada el sábado 30, se constató la estabilidad del tablero, sin nuevos descensos registrados. De este modo, se verificó como conducente la medida restrictiva tomada.
Por su lado, Vialidad Nacional reemplazó y reforzó la cartelería indicativa del cierre al tránsito de puente Carretero por reparaciones en los diversos accesos a Santo Tomé y Santa Fe, en especial sobre Ruta Nacional 19, autopista a Rosario, en el intercambiador frente a CILSA y en la Circunvalación Oeste de Santa Fe.
En cuanto a los controles, se mantienen los puestos en las proximidades de ambos accesos, con presencia de policía de tránsito de ambas municipalidades, de la Agencia de Seguridad Vial, de Policía de la Provincia y Gendarmería Nacional, en un trabajo coordinado. Los desvíos se establecieron hacia la autopista Santa Fe – Rosario como única vinculación alternativa, con el levantamiento del cobro de peaje para las categorías 1, 2 y 3 en las cabinas del acceso Santo Tomé a la autopista, gracias a la colaboración de Vialidad Provincial.
Como era de esperar, este miércoles a primera hora -pico- tras el feriado largo el tránsito en la zona de la autopista estaba sobrecargado. Y en el transcurso de la mañana se tornó más fluido.
La solución
La instalación del puente Bailey sobre el Carretero es sólo un parche. Cuando esté listo sólo pasará el transporte de pasajeros. Mientras que el resto del tránsito deberá seguir cruzando por la autopista. Así las cosas, urge la reparación definitiva del Carretero. Como también urge que el Estado nacional construya un nuevo puente. Algo que está pendiente desde hace ya varias décadas. En el horizonte no hay nada en concreto. Es más, el mensaje del presidente Javier Milei es que no se realizarán más obras públicas. Por lo que la solución definitiva es hoy incierta.