En el Palacio Vasallo presentaron una iniciativa para que se pueda “reforzar” la seguridad de los conductores y conductoras del Transporte Urbano de Pasajeros (TUP).
Después de que, César Roldán, el conductor de un colectivo de pasajeros en Rosario fuera acribillado de al menos cinco disparos mientras realizaba su recorrido y terminara falleciendo, en el Concejo impulsan un proyecto para que en los ómnibus de la ciudad se instalen cabinas blindadas para los choferes.
Es que el caso de Roldán fue la gota que rebalsó el vaso. Desde hace mucho tiempo que los colectiveros y colectiveras vienen reclamando por mayores medidas de seguridad en las unidades antes reiterados hechos de violencia y robos.
Ante este escenario, en el Palacio Vasallo presentaron una iniciativa para que se pueda “reforzar” la seguridad de los conductores y conductoras del Transporte Urbano de Pasajeros (TUP).
En concreto, el proyecto al que tuvo acceso Mirador apunta a blindar las cabinas de los conductores y así ponerlos a resguardos de posibles ataques.
Es la concejala socialista Verónica Irizar la que lleva adelante la idea. “Proteger a las y los choferes es fundamental para garantizar la continuidad de un servicio que ya viene en crisis tras los hechos delictivos: el asesinato del chofer de la línea 116 en diciembre pasado, el crimen de un conductor de la línea K en marzo de este año, así como la sucesión de ataques, amenazas e intimidaciones”, detalló la concejala Verónica Irizar, autora de la iniciativa.
La propuesta es similar a la que ya se aplica en otras ciudades del mundo “con buenos resultados”. Se trata de cabinas preparadas que deberán permitir la adecuada ventilación y climatización para “garantizar una óptima visibilidad interior y exterior, posibilitar la comunicación verbal y visual con los pasajeros y con el exterior de la unidad, asegurar una rápida y fácil evacuación en caso de siniestros viales”, se argumenta en la iniciativa.
“Tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para garantizar las mejores condiciones de trabajo y seguridad para quienes prestan un servicio público esencial como es el transporte urbano de pasajeros”, insistió Irizar.
A su vez, la concejala resaltó que “las cabinas reforzarán los esquemas de seguridad de forma pasiva, disuasiva y de prevención, y que ante hechos como los ocurridos en las últimas semanas de este año podrían salvar vidas”.
Violencia sin fin
Hace menos de un mes la Unión Tranviarios Automotor (UTA) realizó un paro por 48 horas tras dos ataques a unidades de transporte urbano y un colectivo interurbano en distintas zonas de Rosario.
Los casos en dos semanas. Se corroboró el impacto de un proyectil en una unidad de la línea 143 frente al Casino City Center, cerca del final del recorrido. Dejaron una nota amenazante.
El otro ataque a una unidad de la línea 126 recibió disparos en la zona de Crespo y Virasoro. A eso se le sumó una agresión contra un colectivo del transporte interurbano de la línea Expreso, que fue atacado en el ingreso a Rosario desde la autopista que une a la ciudad con Buenos Aires.