La abogada, docente, actriz y libre pensadora analiza una perspectiva ontológica de la risa a partir del diálogo con las teorías de distintos autores que marcaron su formación. Edita CR-ediciones.
En una nota fechada el día 30 de enero de 1972 para el diario La Opinión, Osvaldo Soriano narra que el abogado Oliver Hardy se encontraba personificando a un repostero en un casi artesanal estudio de Hollywood. Eran finales de los años 20 y el especialista en leyes comete el accidente de volcarse una olla con aceite hirviendo sobre un brazo. En la desesperación del acontecimiento, Stan Laurel corre para ayudarlo y juntos desataron un alboroto que deslumbró al productor Hal Roach, quien supo que el accidente posibilitaba el origen no solo de un gran negocio, sino el nacimiento de una brillante pareja humorística: El Gordo y El Flaco.
La historia de Liliana Gioia con el humor no está alejada del accidente ni mucho menos de las leyes, ya que durante 35 años ejerció la docencia a Nivel Superior en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario. Para reconstruir la relación de Liliana con el humor como estilo de vida, hay que remontarse a la época en la que daba los primeros pasos en una institución educativa, a los 5 años. Se puede realizar la hipótesis de que es un accidente que una niña inconsciente de todo procedimiento para provocar la risa en el auditorio, suba a un escenario a recitar poemas en español antiguo y llene los lapsus de la memoria con palabras inventadas, ininteligibles o jerigonza provocando la risa automática del público, casi como un acto gobernado por el automatismo de la repuesta hacia el estímulo.
Aquellas pequeñas puestas en escenas que para muchos pueden ser leídas como causales de lo que sería la vida de Liliana Gioia en lo que respecta a su relación con el humor, fueron simplemente una consecuencia más de lo que el apellido sintetiza en su nombre casi como un designio divino: Gioia significa alegría en italiano.
Pareciera que Liliana ya sabía desde el nacimiento que su destino es hacer reír, y no renunció a él. El humor se convirtió "en el sostén existencial" como señala en las palabras preliminares del libro. Aquel bastón que descubrió en los prematuros actos escolares, pero que siguió ensayando en el barrio imitando a las adultas vecinas y por la sabiduría del error acercándose a Goldoni, Molier, Chejov o Fontanarrosa.
Cuenta la leyenda y el relato de Soriano que, en 1914, Oliver Hardy trabajó unos meses en el Pabellón de las Rosas, en Palermo junto al bandoneonista Juan Maglio, y que a la consulta de alguien algunos años después bromeó: "Yo pesaba más de 300 libras y como el tranvía me dejaba a ocho cuadras del lugar no me sentí capaz de seguir trabajando".
Al igual que el apellido en Liliana, el humor estaba en Hardy mucho antes que el accidente que lo catapultó a la fama.
El ensayo
El humor se convirtió para Liliana Gioia en un sostén existencial desde la temprana edad, y lo demuestra ya sea en su actividad docente como en cada puesta escénica en la que trabaja desde hace cinco décadas en distintos formatos (radio, TV, cine y teatro).
La reciente obra "Humor y filosofía" está fuertemente vinculada con la perspectiva ontológica del humor girando su trama en torno al "ser de la risa" y el humor como modo de habitar el mundo. El "para qué de la risa", hace dialogar de forma dialéctica lo individual y social de la estructura humorística a lo largo del libro.
Liliana Gioia no busca crear una teoría, si no, rendir culto a quienes desde la misma le ofrecieron una mirada intelectual, ya sea desde la sociología, la psicología o la estética; a los accidentes, errores o predisposiciones innatas del humor como ontología.
"Quienes leen a Nietzsche sin reírse mucho y con frecuencia, sin sufrir de vez en cuando ataques de risa, es como si no lo hubiesen leído. Y esto no vale solo para Nietzche, sino para todos los autores que constituyen ese preciso horizonte de nuestra contracultura" dice Mauricio Kartun parafraseando a Gilles Deleuze, y agrega "hay risa en la filosofía y hay filosofía en la risa" para definir al libro de Liliana Gioia como un fiel ejemplo de lo que refiere. Un libro que condujo a Fernando Avendaño a convencerse de que la "selección natural ha preservado el humor durante milenios para ayudarnos a sobrevivir" sin dejar bien en claro cuáles son las condiciones que provoca la risa en los seres humanos. La risa es una condición social que usamos para preservar los lazos sociales, quizás por eso también haya comedia en el teatro y la autora sea una referente de la misma.
Gioia no sólo piensa al humor, sino que le pone cuerpo al motor del intelecto y ante todo defiende la esencia del vínculo, "el humor es unas de las estrategias que la cultura pone a nuestro alcance con el fin de facilitarnos el trabajo de comprender la realidad. Mientras reímos estamos recreando el significado de la propia cultura, si somos capaces de reír", advierte Avendaño a quienes habitan El Gran Teatro del Mundo (al decir de Calderón de la Barca).
Humor y filosofía es un libro que estudia a fondo una de las capacidades más humanas que tiene el hombre, la capacidad de reír, porque como dice Henri Bergson, autor de cabecera utilizado en la escritura del ensayo: "fuera de lo que es puramente humano no hay nada cómico y si nos reímos de un animal será por sorprenderlo en una actitud o gesto humano".
La obra es, siguiendo las propias palabras de la autora, un reconocimiento a los pensadores del humor. En el pedagógico y profundo recorrido encontramos un análisis del pensamiento Freudiano y la canónica obra El chiste y la relación con el inconsciente (1905). El no menos canónico trabajo de Henri Bergson "La risa" también tiene su lugar junto a Luigi Pirandello, Marcos Victoria, Umberto Eco, Jonathan Pollock, Fredric Jameson, Gilles Lipovetsky o el autor argentino Marcos Victoria.
Un ensayo que no busca crear epistemología sobre el humor, sino que, simplemente invita al lector a pensarse desde la risa y su ética existencial, porque como dice la cita de Arturo Area que da pie a la obra: "Abordar el sentido de la risa es inmiscuirnos en el último refugio de la humanidad".