Bajo la consigna de la integración y la diversificación productiva, un nutrido grupo de productores y técnicos de Santa Fe y Córdoba se dieron cita para debatir salidas superadoras al desafío más urgente del campo en la región.
El tema de la integración productoiva no es nuevo, pero claramente adquiere ribetes inéditos ante los desafíos que la agricultura y la producción de alimentos imponen a los productores. De allí que el Grupo CREA Córdoba Norte advirtió la avidez de información técnica en temas de actualidad y de fondo, y realizó una Jornada de Actualización Técnica en Sacanta, donde empresas de la zona y de Santa Fe expusieron sus miradas al respecto.
Rodrigo Bosch es santafesino, pero se desempeña desde hace años como coordinador del inquieto grupo CREA Córdoba Norte, instancia que agrupa a más de 10 grupos del centro norte provincial. "Somos empresarios que en grupo compartimos experiencias, generamos conocimientos e ideas para el desarrollo sostenible", se autodefinen. En diálogo con Campolitoral, admitió los objetivos detrás de este importante encuentro.
"Con la Mesa de Asesores y la Mesa Agrícola hicimos un análisis en lo referente al impacto de spiroplasma, que estamos viendo conforme transcurre la cosecha, y sobre todo lo que ven las empresas, las entidades, y cómo influye en las proyecciones de un cultivo tan importante como el maíz".
Según detalló, en esa región el cultivo ocupa unas 500 mil hectáreas, y además en muchos casos representa un 50 % de los planteos de rotación. "Por eso, esta plaga está teniendo un impacto muy grande en los sistemas en esta campaña y a futuro, ya que en esta zona, hacer soja sobre soja es complejo. De allí que se están barajando alternativas como el sorgo, el girasol, el trigo o el garbanzo. Toda esa información que concentran los técnicos, las compartimos y analizamos junto a los productores. Es un año muy difícil, donde habrá que aprender mucho para tomar buenas decisiones el año que viene".
Nuevas opciones
Según el Ing. Agr. Mauricio Pretto, el objetivo de la charla fue buscar posibles soluciones y nuevas opciones a los sistemas de producción. "Y la integración de la ganadería con la agricultura es eso: en los últimos 20 años la agricultura parecía que iba a ser el sistema más rentable y el mejor. Pero nos estamos dando cuenta con estos eventos que son cada vez más frecuentes (como este cisne negro que nos está pasando ahora con la chicharrita), que la integración de los sistemas se complementan. Y eso ayuda mucho a que el sistema sea estable en el tiempo".
Este año, por ejemplo, donde hay maíces que no sirven para la producción de granos, y se usan para alimento de la ganadería. "Generamos así valor diferenciado, para un producto que para la agricultura no tiene valor, y para el ganado es un alimento de alto valor".
Pretto sostiene que este año, más que nunca hay que buscar opciones. "Si yo veo que algo funciona, me voy interiorizando; pregunto, lo voy aplicando de a poco en el establecimiento, tratando de conocer cada vez más. Integrar es pasar de cultivos anuales a cultivos de praderas, estivales o perennes para alimentar el ganado. Eso te va dando una estabilidad en la producción y en la empresa".
En el norte cordobés, el maíz tardío se instaló hace unos 10 años atrás, y vino a estabilizar los sistemas, porque era una siembra tardía permitía acumula agua. "Pero si tenemos una escenario de chicharrita por delante, nos genera dudas si ese maíz tardío va a poder realizarse como viene haciendo, lo que nos obliga a replantear los sistemas y aplicar una mayor diversificación. Buscar otras opciones de cultivo y de negocio, tratando de producir en esos campos con un riesgo menor".
Y explicó que en la Mesa Agrícola están viendo opciones, porque en el este provincial ha sido una de las zonas más castigadas. "De acá para adelante hay un proceso de investigación, tareas de conjunto, con las instituciones para buscar herramientas de tratamiento masivo. Como en Brasil, temas endémicos, medidas que abarquen una región".
Ventajas de la integración
A su turno, el Ing. Agr. Daniel Lovino remarcó que el tema de la transmisión de las ventajas de la integración de las actividades de la empresa agropecuaria, a través de las decisiones que tomen los productores. En la última década las empresas de la región CREA Santa Fe Centro que integran agricultura con tambo no registraron en ninguna campaña resultado por producción negativo y se destacaron, respecto de las otras, en la rentabilidad promedio lograda. "En la campana 2024/25 habrá que gestionar riesgos con bisturí", sostuvo el integrante de la Mesa de Asesores CREA Región Santa Fe Centro, durante una conferencia sobre "Empresas todo terreno (4x4)" ofrecida el pasado miércoles durante una jornada sobre sistemas integrados de producción realizada por la región CREA Córdoba Norte en Sacanta.
"En la zona Santa Fe centro vemos que la integración con tambos, ganadería, servicios y parte inmobiliaria (como le llamamos al campo propio), generan una robustez, y una mayor capacidad de adaptación para sortear los momentos de crisis de cada una de las actividades". Lo dice en referencia a actividades complementarias, como son la agricultura, la ganadería y el tambo.
"En años difíciles como fue 2008/9, 2014/15, con los precios de granos muy bajos; o incluso en este año, donde se combinan ambas cosas, la actividad ganadera asoma como consumidora de los productos agrícolas y genera una complementariedad que nos permite trabajar con sistemas de alta eficiencia, y llevar el crecimiento de las empresas a un ritmo que tal vez no sea como una empresa agrícola pura, pero le da estabilidad y seguridad a los empresarios".
Objetivos claros
Lovino explica que propician analizar los intereses de los dueños de las empresas, para saber cuáles son sus objetivos, dónde quieren ir. "A partir de eso y de los activos puestos en juego, se define el portafolio de negocios, lo que implica definir cuánto se quiere invertir en cada unidad de negocios. A partir de eso, armar los equipos para tenerlos capacitados, entrenados y motivados par llevar a cabo la tarea. Y poder cumplir los objetivos de renta de cada uno".
En ese sentido, explicó que la Región Santa Fe Centro tiene un 55% de las empresas que son tamberas agrícolas, un 25 % es tambo puro, y el resto son empresa tamberas agrícolas ganaderas. "En los últimos años se dio en la región una transformación de empresas ganaderas de carne a ganaderas de leche, y de empresa agrícolas puras a tomar negocios de tambo en marcha de productores que salen de la actividad (por no tener recambio generacional, o por cualquier otro factor)".
Este año puntualmente, después de la primavera y post devaluación, en los tambos se está dando mucho esto: empresarios agrícolas jóvenes, o ganaderos con empuje para generar negocios en empresas medianas que necesitan generar resultados para sus familias, y están yendo al negocios del tambo en los modelos que se desarrollaron en la región que buscan un gerenciamiento más simple, ya que generan renta y sustentabilidad a largo plazo. "Un dinámica que se generó en los últimos 15 años, en conjunto con entidades como INTA o la Facultad de Ciencias Agrarias a partir de las demandas de los empresarios".
Eso permitió que hoy convivan muchos sistemas productivos, como los pastoriles, o con encierre con diversos porcentajes de intensificación. Alta suplementación o sistemas con ordeñe diario, todos con una expectativa de resultado buena, en función del objetivo de cada empresa.
"Eso nos fortalece como asesores, a la hora de acompañar esos procesos, de gente que son jóvenes empresarios egresado de la Facultad, o hijos de propietarios que están buscando quedarse en el campo, y en la escala de las empresa de Santa Fe el tambo ofrece eso: poca escala e intensificación de inversión por hectárea, para obtener resultado que permita un buen vivir a una familia y ese es un proceso que está siempre vigente, que es posible hacerlo, y que en los grupos CREA propiciamos ese sistema de trabajo".
Expectativas y agronomía
"Vemos con mucha preocupación el modelo agrícola a partir de la baja de los precios y de la persistencia de los altos costos (labores y fletes), que nos pone en un resultado proyectado muy bajo para la próxima campaña con respecto a los últimos años", manifestó.
Allí apuntó el especialista, quien admitió que por algún factor se va a tener que ajustar para poder recuperar renta, ya que sumado al complejo Spiroplasma, en una región donde el maíz se necesita para consumo para otras actividades y generar negocio.
"En las empresas tamberas, las perspectivas mejoraron con relación relativamente buena en leche / balanceado. Y en carne veníamos con una mejora, pero la exportación está frenada y con riesgos. "En general están asumiendo las empresas estas subas de costos (que encontrarán un equilibrio en los próximos meses), pero sin dudas están un poco más fortalecidas que un año atrás, aprovechando condiciones que no tuvieron 5 años atrás".