Fernando Storni, reelecto presidente de la Cámara Argentina del Feedlot (CAF), analizó los desafíos del corto y largo plazo para un eslabón clave en la cadena ganadera.
- ¿ Qué desafíos urgentes enfrentan los engordes a corral en este contexto?
- La idea de mi reelección implica darle continuidad de una gestión, en un momento clave de las instituciones públicos privadas. Estamos en una situación que va migrando de aquella sequía que marcó una situación muy particular en los corrales: desde mayo de 2022 con sobre stocks en los corrales muy por encima de los habitual debido a la necesidad de los productores de sacar animales de los campos por falta de oferta forrajera, que llevó a ese anticipo de faena que vimos.
Hace tres meses esto está cambiando, nos encontramos por primera vez con stock por debajo del mismo mes del año anterior, algo que confirma el Senasa que dice que en mayo un 10 % menos de hacienda en plena zafra, con niveles diferentes al año pasado.
- ¿Cómo impacta en el sector el cambio de disponibilidad forrajera versus la merma del maíz por la chicharrita?
- Esto implica volver a una situación más normal en los corrales, y volver a algo más habitual, en un marco particular donde además ese adelantamiento de faena está provocando una menor oferta, se encuentra con una demanda con ciertas restricciones en el poder adquisitivo de la gente (en el consumo interno) y con los negocios con precios algo deprimidos y pérdida de competitividad (en la exportación).
En lo coyuntural nos encontramos con ese panorama donde vamos a tener una situación de disponibilidad forrajera que lleva a algún grado de retención de terneros para recomponer stocks en el caso de las hembras, y en el caso de los machos para reiniciar ciclos de recría interrumpidos por la sequía. Y respecto al maíz, en alerta por las dudas de lo que pueda ocurrir en algunas zonas más complejas por el ataque de la chicharrita.
- ¿Hasta dónde la promesa del gobierno de aumentar las exportaciones puede transformar el negocio ganadero?
- En el largo plazo tenemos desafíos interesantes, respecto del cambio de mirada que propone este Gobierno hacia una mirada exportadora, la que compartimos. Porque no podemos pensar en un crecimiento de la ganadería si no pensamos en un crecimiento de la exportación. El mercado interno está abastecido y consume las proteínas necesarias, aún con las restricciones existentes. La cantidad está justa para dietas saludables (aunque sigue cayendo el consumo interno). Pero esa mirada exportadora nos lleva a preguntarnos qué piden los mercados. China ya no es una aspiradora de carne de baja calidad y de carne de rechazo, sino de carnes de calidad que producimos acá, donde los corrales cumplen un rol vital. Porque demandan cada vez más marbling (marmoreo de grasa intramuscular). Y ahí hay desafíos técnicos, desafíos nutricionales, desafíos con la industria, y otras demandas que este consumo tiene a nivel de bienestar animal y producción sustentable. Esa demanda de largo plazo es la que tenemos que mirar con el foco puesto ahí porque es por donde vamos a transitar los próximos años.
Cuando hablamos de exportación hablamos de novillo pesado, que implica una demanda con más días de corral, pero atentos esas cuestiones de ambiente y bienestar animal, yendo a una producción más eficiente en le uso de los recursos. Y allí habrás una migración a ese novillo binorma, que puede ser absorbido tanto por la exportación como por el mercado interno.