En los alrededores de la ciudad el impacto por la pérdida del poder adquisitivo se siente fuerte. Además, los números de Came que respalda en cifras la realidad que se vive en los negocios de cercanía.
Los almacenes de los barrios de Rosario vienen sintiendo con dureza la caída en el consumo, a raíz de la alta inflación que atraviesa el país y la pérdida del poder adquisitivo ante innumerables aumentos de servicios.
Esta situación es coincidente con lo que arroja el último informe sobre el Índice de Ventas Minoristas Pymes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), elaborado en base a un relevamiento mensual entre 1.276 comercios minoristas del país, realizado entre el 2 y 3 de mayo, y que arrojó una caída anual de 7, 3% en abril.
En el caso local, los negocios de los distintos barrios de la ciudad y por fuera de la zona núcleo, las ventas vienen en caída desde, por lo menos, hace dos o tres meses, según cuenta a Mirador Provincial desde el centro comercial Echesortu.
La pérdida del poder adquisitivo y los últimos aumentos impactaron de lleno en los bolsillos de las familias que, poco a poco, lo hacen notar en las ventas de los comercios. A esta situación, hay que sumarle que dejaron de funcionar los incentivos como Billetera Santa Fe que, hasta fines del 2023, devolvía hasta un total de ocho mil pesos.
Desde Almaceneros local comentaron a este medio que están detectando “una fuerte caída en las compras” y advierten que se está ingresando en una “depresión económica” de la cual no se sabe cómo se va a salir.
Desde la óptica de la Asociación de Rosario entienden que esta caída se debe a que “no llegan a pagar los impuestos” y por eso no hay resto para poder afrontar otor tipo de gastos, por ende, se siente en los comercios de los barrios.
A esta realidad se le suman los números de Came, donde indican que “el comercio minorista sigue sintiendo la dinámica decreciente del poder adquisitivo de los consumidores, que han recortado gastos en todos los rubros”.
“El único sector que salió de esta tendencia es indumentaria y textil, favorecido por tres razones: por la proliferación de ofertas; por la muy baja base de comparación, ya que el ramo viene muy debilitado desde la pandemia; y por la desaceleración de los precios en este rubro en particular”, agregan en el informe.
“En el cuarto mes del año se pudo observar el regreso de las cuotas sin interés en algunos locales de electrodomésticos y materiales para la construcción, sobre todo, que ayudaron a mejorar la venta”, suma el comunicado.
Los números de Came. En alimentos y bebidas las ventas bajaron 8,5% anual en abril, a precios constantes y acumulan una caída de 23,8% en los primeros cuatro meses del año frente al mismo periodo de 2023. En la comparación intermensual, subieron 2,7%.
Comercios de las grandes ciudades consultados señalaron que en abril se perdieron ventas en manos de los hipermercados, que atrajeron público con algunos descuentos muy agresivos. En los almacenes de barrios, la mayor demanda se focalizó en marcas alternativas, buscando abaratar la canasta alimentaria.
Otro de los rubros dañados fue farmacias, donde el desplome fue evidente. La caída de abril fue del 18% anual, a precios constantes, y suman una retracción del 31,3% en los primeros cuatro meses, siempre en comparación al mismo periodo de 2023. En el contraste intermensual descendieron 4,8%.
Las farmacias tienen una base de comparación alta y eso acentúa la caída con relación a otros rubros. Igual, no atraviesan su mejor momento, tanto por el freno en las ventas como por las demoras en los pagos de las obras sociales. Hubo faltantes de medicamentos y los precios siguieron llegando con subas fuertes, a pesar de la desaceleración generalizada en la mayoría de los rubros de venta minorista.