Un libro de ensayos que reúne una polifonía de voces para pensar el cruce entre el psicoanalisis y la literatura. Se presentará en el patio andalúz del Museo Estevez el día 16 de mayo a las 18 horas y contará con la presencia de los autores: Karen Astudillo, Luciano Cadars, Martín Contino, Patricio Coradini, Miguel Angel Gómez Lucía González, Fabio Latorre, Carolina Roggero, Camila Simonit. Edita Editorial Endoxa.
La experiencia de la letra, es una producción colectiva, que convocó a varios autores con diferentes miradas sobre los campos heterógeneos aportados por el psicoanálisis, el esquizoanálisis y la literatura. La publicación es una “polifonía de voces, con heterotipias y elipsis”, que confirman que la relación no es armoniosa. El libro no pone el interés en las formas, sino en las instancias que no se encuadran fácilmente, para devenir en una escritura que deforma y abre hacia otros sentidos posibles.
Cuenta su recopilador Miguel Angel Gómez que la producción nace del seminario de grado “Psicoanálisis y Literatura”, en la Facultad de Psicología (UNR), donde empezó a trabajar una obra de Henrik Ibsen mientras analizaban un texto de Freud.
Los autores de la recopilación son nueve y entre ellos se encuentran la participación de dos leyendas del Psicoanálisis: Juan Bautista Ritvo y Pablo Zöpke. Mirador Provincial dialogó con algunos de sus autores.
Miguel Aguel Gómez en primera persona
-¿Cómo surgió este Proyecto que terminó en la publicación del libro?
-Este proyecto es una construcción colectiva, con autores interesados en descifrar diferentes lenguajes literarios e interrogar algunas categorías conceptuales aportadas por el psicoanálisis y el esquizoanálisis.
-¿Por qué recurrir a la literatura para interrogar nociones y categorías aportadas por otro campo disciplinar?
-Los lenguajes literarios construyen una trama narrativa con personajes que ponen en juego una serie de mecanismos defensivos que denotan un fuerte correlato sobre la profundidad de la psiquis. En ese sentido, los escritores navegan por las aguas del inconsciente y ponen en evidencia que nada es como estuvo previsto ni nada ocurrió como fue planificado. Ese es el terreno germinal para pensar la literatura. Ahora bien, no está muy lejos de las cosas que se dicen en la experiencia analítica. Una aclaración importante es que nosotros no suscribimos a una unión completa o armoniosa entre los dos campos disciplinares, sino de las heterotopías y elipsis que devienen en desvíos y múltiples sentidos, más que la forma nos interesan las cosas que se “deforman o no encuadran”.
El punto de partida de un colectivo
-¿Cuál fue el punto de partida para lograr esta publicación colectiva?
-El proyecto surgió de las clases del Seminario de pregrado denominado Psicoanálisis y Literatura, también de mi participación en carácter de Docente Colaborador del Trabajo Integrador Final, en la Facultad de Psicología (UNR), que resulta ser el paso previo para obtener la titulación de grado. Junto con otros docentes y colegas, hemos incursionado en la publicación de un libro colectivo anteriormente (Letras Bastardas. La universidad y su escritura, Punto Final Ediciones).
-¿Cuál fue la consigna que propusiste a los autores para que escriban en este libro?
-La consigna fundacional fue la de descifrar algunos lenguajes literarios, con amplitud electiva de autores, géneros y obras, a fin de interrogar algunos conceptos y categorías analíticas. El trabajo inaugural fue leer e interpretar el texto de Sigmund Freud titulado Los que fracasan al triunfar, para privilegiar el análisis de la obra de Ibssen, más específicamente Romersholm. En ese trabajo se fundó el interés por analizar esa estructura ficcional a la luz de una tríada, que a quienes ejercemos el oficio de analista nos convoca e interpela. Me refiero al sentimiento de culpa, la necesidad de castigo y la evitación. Ese desatino e infortunio propios de la existencia, no siempre logran una satisfacción armoniosa y estable. Es precisamente allí donde se gestan acciones y mecanismos que subyacen en la profundidad de la psiquis.
-¿Cuál es la concepción de escritura como recurso de análisis y elaboración conceptual?
-Suscribo a pensar el acto de escribir como un intento de instaurar una pregunta allí donde reinaba el campo de suposiciones, prejuicios y presunciones. Porque la escritura tiene esa función, uno de sus pliegues es devenir en un instrumento, un médium no solo para comprender tal o cual categoría, sino también para promover una reflexión simbólica, que logre descifrar enigmas, interrogar dogmas y prescindir de la acción de repetir los textos y no interrogar los paradigmas.
La escritura es un artificio que contribuye a interrogar los campos disciplinares, profundiza el análisis de las categorías conceptuales y propicia un punto de vista crítico y emancipatorio. La técnica, las estrategias y las herramientas cognitivas y simbólicas favorecen no solo la comprensión e información del campo, sino también la importancia de promover un espíritu crítico acerca de las cosas que nos interesan interpretar. La necesidad de dar cuenta de esa experiencia en terreno con argumentos académicos y las posibilidades de pensar en hipótesis y preguntas para interrogar nuestro campo disciplinar son los objetivos que vamos a seguir reivindicando.
Dice Patricio Coradini
-¿Por qué publicar un libro colectivo en estos tiempos convulsionados?
-En tiempos de crisis, no sólo económica, sino también existencial, los lazos sociales se encuentran en entredicho una vez más. El cansancio, la desesperanza y el avance de políticas que pregonan por el deterioro de lo colectivo, nos empujan hacia un malestar creciente. En este contexto, los discursos tambalean y consigo las creencias. Una situación de estas características puede impulsarnos hacia el abismo, hacia una caída inminente. Sin embargo, algo nos aferra; algo persiste con su insistencia vital cuál piedra que nos sostiene en el borde del precipicio como escribió un poeta (Francis Ponge). Nuestra piedra es la escritura, y así como el poeta hace de su desdicha un modo de inscripción frente a una realidad abrumadora, nosotros hacemos de la escritura un acto de resistencia, en definitiva, un gesto. En ese acto pequeño, pero potente, es que nos hemos encontrado los autores de este libro, fundado en la heterogeneidad de miradas. Lejos estamos de construir un edificio teórico impenetrable, si no que promovemos un movimiento de apertura, de relanzamiento de lo escrito hasta aquí, para que siga escribiéndose. Nuevamente, como el poeta, entregamos nuestra obra, a pesar de las dificultades, a pesar del deterioro planificado de la cultura, a pesar de la tristeza. Este es nuestro gesto, para vivir unos días más.
Responde Carolina Roggero
-¿Por qué escribimos?
-Este sinuoso recorrido de multiplicidad de voces se encuentra plagado de metáforas, refranes, incluso de fórmulas propias que remiten a la singularidad de cada uno de sus escritores. Sin embargo, ante el interrogante sobre el porqué, algo se manifiesta y emerge como elemento coincidente.
En primer lugar, existe un empuje que nos dirige directamente al papel, o a la pantalla. Escribimos porque algo nos empuja a hacerlo, un agujero nos motoriza. Pero al mismo tiempo, la palabra aparece como un intento de decir algo, de simbolizar aquello de lo que no podemos decir nada. La existencia de un imposible, o un insondable, nos obliga a encontrarnos con los límites de la palabra, con el resto. Sin embargo, es esa misma imposibilidad de decirlo todo, la que nos pulsa a escribir.