La estabilización climática y el descenso de los niveles de humedad impulsó la trilla, que alcanzó al 68% del área total. Sin embargo, el avance aún está 29% detrás de igual fecha de 2023. También progresa la recolección de maíces de segunda, que por la chicharrita cortaron el ciclo antes de lo normal. La humedad que persiste en el norte complica al algodón.
Durante la última semana las condiciones climáticas se revirtieron en el centro norte santafesino, como consecuencia del ingreso de un centro de alta presión que originó estabilidad y un importante descenso de la temperatura, así como de la humedad ambiente y de los granos por cosechar. Esto, explica el Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA), que difunde la Bolsa de Comercio de Rosario, permitió “un intenso y significativo avance del proceso de cosecha, en los departamentos del sur y centro del área de estudio, no así en los del norte, donde persistió la inestabilidad con elevados contenidos de humedad ambiente, de grano o de los suelos”.
El cambio de contexto hizo posible una aceleración en las tareas de recolección de soja y se achicó el fuerte retraso que exhibía respecto del año pasado.
Sojas
Características climáticas que se revirtieron, condiciones que jornada tras jornada mejoraron y favorecieron la cosecha de soja temprana (de primera), que se había desarrollado muy lentamente en comparación con el ciclo anterior. La disminución de los porcentajes de humedad ambiente, de grano y de los pisos de los predios, así como una mejor transitabilidad de los caminos de tierra, posibilitaron el paulatino acceso a los mismos y provocaron un intenso movimiento de equipos o cosechadoras.
Por lo que la recolección sólo mostró un grado de avance del 68 %, con un progreso intersemanal de 20 puntos en toda el área de estudio y un retraso de 29 puntos porcentuales, en comparación con la campaña pasada, que para similar fecha alcanzó el 97 %.
En el sector sur, los rendimientos promedios mínimos obtenidos fueron desde 28 a 30 qq/ha, con máximos de 40 a 45 qq/ha y en lotes puntuales se alcanzaron 52 qq/ha. Grado de avance 90 %, con un progreso intersemanal de 22 puntos.
En el sector centro, los rendimientos promedios mínimos obtenidos variaron desde 18 - 20 - 24 qq/ha, con máximos de 38 a 42 qq/ha y en lotes puntuales se contabilizaron 50 qq/ha. Grado de avance 75 %, con un progreso intersemanal de 21 puntos.
En el sector norte, los rendimientos promedios mínimos obtenidos variaron desde 10 - 12 - 14 qq/ha, con máximos de 17 a 22 qq/ha y en lotes puntuales se contabilizaron 28 qq/ha. Grado de avance 35 %, con un progreso intersemanal de 17 puntos.
La continuidad de la inestabilidad climática, nuevamente incidió en el estado de los sojales en etapa de madurez fisiológica, por lo se constataron pérdidas de calidad en los granos, algunos manchados e incluso brotados y presencia de patógenos, hongos.
En las de segunda, el proceso de cosecha de la soja tardía (de segunda), continuó lentamente, siempre condicionado por las características ambientales y la disponibilidad de equipos o cosechadoras. En el área en que se concretó la actividad, los resultados fueron muy alentadores con respecto a los rendimientos promedios obtenidos en el 2023, especialmente en los departamentos San Martín, San Jerónimo, centro sur de Castellanos, Las Colonias y La Capital.
A un 80 % de los sojales se los detectó en estados buenos, muy buenos o excelentes. El 18 % del área implantada presentó estado regular, con secuelas por la ausencia de precipitaciones y el elevado régimen térmico que imperó por un período de 10 a 12 días durante el ciclo y malo, el 2 % restante.
Algodón
Durante cuatro a cinco días las condiciones ambientales fueron similares a las de la semana anterior, elevada humedad ambiente y de suelo que impidieron el normal avance de la recolección del algodón.
El retraso en la cosecha provocó y provocaría nuevos deterioros en las fibras, el rebrote de las plantas y de las semillas, además de la aparición de patógenos en las cápsulas, que aún se encontraron en etapas de desarrollo.
En general, a los algodonales se los halló en estados buenos a muy buenos, algunos regulares o malos. Afectados por la elevada humedad de los períodos, pero además, sufrirían los daños por posibles heladas tempranas o la presencia del picudo algodonero.
Con respecto al mismo, continuaron los monitoreos de trampas y de cultivos (principalmente en lotes menos avanzados), para la realización de las acciones necesarias para la disminución de las poblaciones, ante posibles ataques a los lotes aun en etapa de floración, pero principalmente, la indispensable prevención para la próxima campaña.
Maíz de segunda
Los maizales tardíos (de segunda), mostraron claramente el daño provocado por la presencia de Spiroplasma kunkelii, su vector la chicharrita del maíz (Dalbulus maidis), cuya expansión fue tan dinámica que originó escenarios muy complejos y sin antecedentes.
Como consecuencia de dicha realidad a los cultivares se los encontró en estado, que se determinó, como finalización de ciclo. La evaluación de la situación particular de cada parcela, sus condiciones y el destino final, correría por cuenta del productor.
Debido a que el ciclo del maíz tardío (de segunda) se interrumpió, continuó lentamente la recolección de algunos lotes, lo que haría más rápido y corto el período de dicha actividad, en comparación con años anteriores.
Hasta la fecha se obtuvieron los siguientes valores: en el sector norte, comenzó la cosecha, la cual fue muy lenta por las condiciones ambientales, los rendimientos promedios no superaron los 27 qq/ha; en el sector centro, los rendimientos promedios variaron desde 16 - 18 - 20 hasta 22 qq/ha; y en el sector sur, los rendimientos promedios giraron entre los 22 – 24 – 27 qq/ha.