Las clases se desarrollan de lunes a viernes de 14 a 17 en la zona del Puerto Nuevo (Galpón Nº 2 de la Ecenaa). El único requisito es que los alumnos sepan nadar, lo que facilita la enseñanza de cómo actuar en caso de emergencias en ámbitos acuáticos.

Quien se encuentra al frente de esta actividad es Pablo Taulada, instructor de canotaje. Las clases tienen aspectos teóricos y prácticos a los que se suman salidas al río, campamentos y acciones de cuidado del ambiente como una jornada de limpieza del río Paraná.

El principal objetivo de esta propuesta es que los concurrentes tengan el aprendizaje básico del canotaje y, fundamentalmente, que les atraiga la práctica deportiva.

“A los principiantes se les enseñan los puntos básicos de este deporte y las normas de seguridad. Para que ganen en confianza se los introduce al río con botes dobles. Allí se busca que conozcan bien el comportamiento del agua y sus correntadas, dar las primeras paladas, aprender a subirse y bajarse, la orientación de los vientos y otras cuestiones. Son los primeros pasos hasta un mayor y mejor desarrollo”, contó Taulada.

Aprender y practicar canotaje tiene beneficios como “estar al aire libre, hacer deporte con amigos y en contacto con la naturaleza, además de disfrutar de nuestro hermoso río Paraná. Lo recomiendo porque es un deporte sano y divertido, de hecho, quienes se iniciaron en nuestra Escuela no solo aprendieron canotaje, sino que siguen vinculados a la actividad”, remarcó el instructor.

Una de las actividades que se llevan adelante en la Escuela Municipal de Canotaje es la expedición y limpieza del río Paraná. “Hacemos esta acción como práctica de la disciplina y para concientizar a nuestros palistas sobre el cuidado del ambiente. Es una jornada en la cual en los botes nos cruzamos a la Isla Curupí, juntamos plásticos, papeles, cartones y demás. Aprender, divertirse y dejar un legado, de eso se trata”, finalizó Taulada.