El pasado viernes 17 de mayo se inauguró la muestra "Levantar un océano" de Sebastián Bona, con texto de sala de la artista Claudia del Río, con entrada libre y gratuita. En comunicación con el artista repasamos su trayectoria, sus inquietudes, y sus proyectos. Se puede visitar hasta el 26 de julio.
La muestra inaugurada en Galería Luogo, 25 de Mayo 1199, (Rafaela),es el resultado de lo recolectado en sus años de trabajo en el campo artístico con un tinte muy fuerte en sus últimas experiencias de viaje sobre todo por la ciudad en la que actualmente vive. Roma, es una ciudad histórica que inevitablemente se metió en la valija de este viaje hasta llegar a la muestra Levantar un océano, una exhibición que al artista le gusta llamar de “ficción arqueológica”.
En la exposición, que toma las dos salas de la galería, se podrá ver la última producción de dibujos y esculturas del artista oriundo de Rufino, Santa Fe y radicado en Roma. Las obras son parte de una ficción creada por Sebastián a partir de su fantasía más temida, el temor al fin del mundo en su infancia. Él mismo dice sobre su producción “Mi cabeza es un museo de errores, un lugar de donde salen cosas extrañas, cosas interesantes que crecen en la sombra, detrás del miedo, donde se forman criaturas que parecen la evolución de una catástrofe”.
”Me obsesionan los pájaros. Me obsesiona el fin del mundo. Me obsesiona la muerte. Me obsesionan los detalles. Me obsesionan todas las formas que puede tener un pájaro y cuántas veces los puedo dibujar. Me obsesionan las líneas blandas de un boceto. Me obsesionan como se siguen en manada las líneas de un dibujo, como una danza de pájaros en el cielo.” concluye Sebastián.
En el año 2016 en su muestra cuando el cielo se muera, una instalación de pájaros muertos esculpidos en arcilla mostraban a pájaros que no podían subirse a los cielos por no soportar su propio peso donde parafraseaba una idea de Gastón Bachelard que decía que las ensoñaciones debido al peso de la razón no podían volar por un efecto de gravedad psicológica, y donde, el artista, decide utilizar al pájaro como metáfora de esos sueños caídos. En su trabajo los pájaros no vuelan, ya sea porque son de piedra, porque no tienen alas o porque como en este caso se encuentran vendados.
A pesar que se desenvuelve en varias disciplinas, el dibujo es la piel de su obra, el lugar donde mejor reposan sus ideas, o como el artista cuenta “Para mí la línea tiene más posibilidades que cualquier otro lenguaje, incluso más que la palabra, el color o la forma. En este encuentro de líneas grises la muerte o la distopía funcionan siempre de faro. Con una infancia entre el melodrama de los animes y los anuncios del fin del mundo en las noticias de los 90s. Crecí creando universos poco agradables, al menos no de esos de digestión sencilla. Así es que mi trabajo se ha convertido en la obsesión artística de transitar la imaginación de un niño que representa su recuerdo más temido, el fin del mundo”.
Toda la muestra finge ser el resultado de lo que parece una excavación muy exitosa donde se encontraron una importante cantidad de piezas, donde hay esculturas que parecen fósiles de pájaros muy antiguos, dibujos que intentan reconstruir una especie de antaño y hasta una gran momia que toma la forma de esfinge con cuerpo de pájaro ocupando toda la sala principal. Bona, dibuja al pájaro siempre con una condición, que no puedan volar.
Sobre una vitrina se observan dos esculturas de pájaros que parecen pertenecer a una especie muy extraña en forma de fósil, realizadas en cartapesta y que fueron enterradas por el propio artista para hacer de la pieza una cercanía más verídica a un hallazgo arqueológico. En la sala principal se encuentra una escultura de un pájaro gigante momificado en posición de esfinge con las alas caídas y abiertas ocupando casi el total del espacio en que está emplazada, que fue realizada con la misma técnica y recubierta con vendas de lienzo que también fueron enterradas previamente. Por último en la sala gabinete la especialidad del artista, 50 dibujos a grafito de piezas escultóricas de pájaros que parecen ser muy antiguos donde algunas son acompañadas de proto textos que invitan al espectador a acercarse a ver qué dice pero que no encuentra éxito en el acercamiento. La muestra se encuentra ambientada con una luz muy escenográfica, de ficción museística que baña a las obras y las carga de dramatismo.
Por fin un joven drameando dice Claudia del Río quien escribió el texto de la muestra, cuando un pájaro está quieto, seguramente está lastimado o está escayolado o está dibujado y agrega, un océano se vacía, viajan los restos, las partes, los detritos, por cloacas intestinos, valijas, macetas, carteras, bolsillos, agua y aire, fuego y tierra, un océano se está vaciando, dice sobre la muestra de Bona que inició como idea en Rosario, se desarrolló en Roma, se terminó en la ciudad de Rufino y que finalmente fue exhibida en la Galería Luogo de la ciudad de Rafaela
La muestra estará acompañada por un texto de la artista y poeta Rosarina, Claudia del Río, en que reflexiona sobre el imaginario de Sebastián y su poética “Los pájaros dejan observarse en la muerte, en el arte, en las catedrales o iglesias de villas o en las mesas de bares apartando migas. Nunca quietos, solamente cuando están lastimados, no se dejan tocar y no nos quieren. Sepámoslo. Una historia de ecocidios martirios, acabamos con todo”.
Sebastián Bona nació en Rufino, provincia de Santa Fe en 1987. Trabaja de forma aleatoria en distintos soportes, dibujo, escultura e instalación. Estudió en la Facultad de Humanidades y Arte de la ciudad de Rosario, actualmente vive y trabaja en Roma, Italia. Actualmente participa en el programa de formación MANGLAR coordinado por Andrés Labake. Realizó clínica de obra con Claudia Del Rio, Rafael Cippolini, Veronica Gomez y Andrés Labake. Cursó los programas de formación Proyecto PAC en Rosario y en el programa Puente Colgante del Museo Macro-Castagnino. Asistió al taller de dibujo de Julian Usandizaga Desde 2016 ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en distintos lugares del país, en concursos y salones.
Fue seleccionado para asistir a distintas residencias de arte (2016-2018), entre ellas: “R.A.R.O”. Buenos Aires, “LA PINGUELA” Misiones, “MANTA” San Martín de Los Andes y “RAÍCES”, Catamarca. Recibió la Beca Creación del FNA en 2022 y Premio incentivo en el 50° salón de Tucumán, 2023. Su obra forma parte de colecciones públicas y privadas del país y el extranjero. Ha trabajado como asistente de artistas desde 2015 al 2022, desempeñándose como escultor, realizador y montajista en proyectos nacionales e internacionales, de artistas como Marta Minujin, Adrián Villar Rojas, Edgardo Giménez, entre otros.
Luogo
La Galería nace en Rafaela, Santa Fe, en el año 2018. Está ubicada en la intersección de las calles 25 de Mayo y Mainardi en el tradicional barrio de inmigrantes italianos, Guillermo Lehmann. A sólo diez cuadras del microcentro, se emplaza en una esquina de tránsito y comunicación permanente con otros puntos de la ciudad. A partir de la recuperación y acondicionamiento de un antiguo depósito en desuso y con el objetivo de dialogar con el entorno, LUOGO condensa en su nombre la influencia histórica del barrio.
Luogo aspira a posicionar a las artes visuales en un lugar primordial dentro de la agenda cultural de la ciudad y la región centro del país.