A diferencia de su anterior disco La Machine (2021), donde compuso y se hizo cargo de todos los instrumentos, softwares y controladores midi, Cci Kiu regresa esta vez en formato banda. Con una concepción más groovera, entremezcla con originalidad influencias del indie, el hip hop y el soul. En sus letras están presentes el concepto de luminosidad, lo frutal, lo colorido, lo saboreable. La naturaleza, el amor, la contemplación y el placer pasan a ser elementos fundamentales en el desarrollo estético.

Cci Kiu afirma: “Hay una madurez musical fuerte, la búsqueda sonora de este disco es clave. La reducción de elementos, el concepto de groove, el fraseo vocal acompañando ese groove son herramientas nuevas en este álbum. A diferencia del beat de La machine, aquí hay algo más grande que es la búsqueda de ese latido, pegando en el pecho sin la necesidad de bailar sino disfrutar en el lugar en donde estés”.

Mirador Provincial entrevistó a la artista donde dialogamos de sus comienzos y de este último disco.

Sobre Cci Kiu

Cci Kiu nació en Córdoba en 1982. Es compositora, cantautora, multiinstrumentista, productora y arregladora de diversos estilos que van desde el género canción hasta la música contemporánea fusionada con electrónica folk y experimental. Estudió en el Conservatorio provincial Félix Garzón, donde egresó como profesora de piano. También estudió la carrera de composición musical en la Universidad Nacional de Córdoba.

Desde 2015 hasta 2020 formó parte de la banda de Raly Barrionuevo ejecutando teclados, controladores midi, violín, programaciones y coros. Compuso música contemporánea para orquesta, danza y teatro entre otras disciplinas. Dentro de su trabajo de música para teatro se destaca la obra “Papá Barbie” de Elisa Gagliano y “Lengua Madre”, novela de María Teresa Andruetto. Esta última fue ganadora del Fondo Nacional de las Artes y del Festival del Teatro del Mercosur 2021.

Tiene tres discos editados: Permiso para ser yo (2015), Camaleónicx (Melopea, 2018) con invitados como Raly Barrionuevo, Lisandro Aristimuño, Claudio Cardone, entre otros y La Machine (Goza records, 2021) mezclado por Tweety González y masterizado por Martín Bergallo en Sensei Mastering. Este último trabajo contó con amplia aceptación por parte de la prensa especializada. ¡En 2024 planea editar su cuarto trabajo bautizado Glitter a través del sello Elefante en la Habitación!, otra vez con Tweety González en la mezcla y con la masterización de Mario Breuer.

- ¿Cómo nace el vínculo con la música?

-Mi interés nació desde pequeña. Tengo recuerdos de jugar con todos elementos que sonaban, ya sean juguetes o elementos de la casa, de la naturaleza. Tengo muchos recuerdos con mis hermanas y mi tía en el piano. Siempre para mi cumpleaños de toda la vida pedía algún instrumento musical.

- ¿Dónde radica la identidad en este cuarto álbum?

-Glitter es luminosidad, es lo que nos ponemos en cierto modo para iluminar. Pero no en el sentido literal del make up, sino en todo lo que hacemos por nosotras y nosotros mismos para querernos, para mimarnos, tomarnos un café, disfrutar de las flores, disfrutar de una caminata, de amar, de todas las sensaciones que nos expanden e iluminan.

- ¿Cómo es el proceso de composición de las letras?

-Todo parte de la literatura o también de paisajes, a veces músicas que me inspiran. Me gusta mucho leer, imaginar ideas a partir de la lectura, y también experiencias personales.

-Contanos de tu primer single de Glitter, “Sea donde estes”.

-Este tema está inspirado en el Cuento de Kafka de “El viaje de la muñeca” trata la historia de una niña que pierde su muñeca. Kafka se le acerca en una plaza a la niña que está llorando y le cuenta que su muñeca se ha ido de viaje, entonces semana tras semana le cuenta a la niña que recibe cartas de la muñeca contándole de sus viajes. Un día llega y le trae una muñeca..

La niña no reconoce la muñeca y le dice que no es ella, pero Kafka le dice que ella está distinta por consecuencia de sus viajes…el cuento termina diciendo de que “casi todo lo que amamos, seguro lo perderemos, pero que ese amor, volverá de otras maneras”.

-Hablas de una maduración musical en este último proyecto, ¿Cómo se logra tal maduración?

-Esa maduración se logra con el tiempo, con el compartir, con el seguir estudiando y también auto desafiándote a conocer nuevos espacios, géneros, incursionando en músicas que antes no habías experimentado.

- ¿Qué elementos se tienen en cuenta en la preparación de las elecciones de las letras, de los tonos?

-Las letras van fluyendo, se busca un estilo que sea propio, personal, y que al mismo empaste con el todo del disco. Se genera una especie de lenguaje propio, con ciertos giros que se vuelven representativos con el tiempo, y es así como una identifica también a otros artistas por el lenguaje que genera. A nivel musical, la búsqueda fue en torno a generar un Groove desde el bajo, la batería y las teclas. En el disco no hay guitarras, y los sonidos que busqué en torno a los sintetizadores, en general fueron “gomosos” como los moog, bien aterciopelados, dentro de la gama de ese espectro sonoro, para que sea un disco cálido.

-Viajemos a tu infancia….

-Tengo muchos recuerdos entre el conservatorio, que empecé a los 7 años. Tuve mis primeros pasos con una profe que hasta el día de hoy me marcó mucho. Recuerdo el día que puso mi mano en el piano, y me dijo do-re-mi.fa-sol. Son recuerdos muy fuertes. Al mismo tiempo fui a la iglesia protestante durante muchos años, entonces vivía mucho la música eclesiástica, coral, polifónica. Y por último sumado a las experiencias de experimentación y juego, horas cantando también junto al radiograbador.

- ¿Qué suceso marcó en el buen sentido la adolescencia?

-Mi grupo de amigues de la secundaria fue hermoso. Las experiencias con los profes de música y teatro, me generaron mucha libertad y juego y exploración.

Empezar a cantar y elegir compositores que me transmitían muchísimo, entender la música desde otro lugar. Usar walkman y andar en bicicleta, era mi hobby favorito en la adolescencia.

 -Un recuerdo imborrable, una huella de vida

-Cuando mi tía Raquel murió, yo tenía 7 años. Y Aprendí a tocar con su guitarra que tengo hasta el día de hoy.