Sufrida victoria sabalera

Lago, el Messi del ascenso

Va cerrando la primera rueda del ascenso y Colón se dobla pero no se quiebra. Se puede tropezar (como pasó con Defensores y con San Telmo) pero no se cae. Los mira a todos desde arriba. Si fuera una sola competencia, sacó más puntos que todos. En su zona, manda.


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En estos 18 partidos, más allá del estilo y la mano del DT para armar un Colón protagonista, hay un jugador más valioso de cada partido que se repite. Se llama Manuel Ignacio Lago, 21 años, que es la gran figura de este equipo que sueña con volver hoy mismo a Primera.

El “Nacho” de la gente volvió a aprobar otra materia para recibirse de ídolo en el Barrio Centenario. Abrió la noche con un golazo digno de cerrar la cancha. Y ese gol sirvió de mucho: destrabó un partido “jodido”, curó las heridas de la Isla Maciel, devolvió la sonrisa y aseguró la punta sin depender de San Telmo.

Si un jugador sorprendió a todos, en Colón y en el ascenso, es Lago. Ya llegó a seis goles, aunque el de este viernes ante Rafaela debiera valer doble o triple. Es el dueño de la gambeta, del desborde, de la pisadita. Con el respeto del “10” de la Selección Argentina, Lago es el Messi de la “B”. La cuota de socio o la entrada se “garpa” sola. Es el jugador distinto, el que se destaca en un buen equipo. Por algo está puntero Colón en 18 fechas.

Ahora, más allá que depende de lo que resuelva el “Grandote”, se viene Talleres de Córdoba por Copa Argentina, este jueves a las 21.10 en el Coloso del Parque Independencia. Para Lago, sin dudas, será una noche especial. Es que llegó a Colón justamente desde la “T”, donde hace rato lo miran con ganas de repesca. En principio, no habría nada raro y Fassi respetaría lo acordado con Godano: dejarlo en Colón hasta el final de la temporada.

Esa obra de arte lo empujó un poco más a la palabra “ídolo”. La gente lo adora, es un auténtico levanta-tribunas con ese fútbol de antes que cada vez se ve menos en estos tiempos de tantos atletas. Gambeta, desborde, caño, pisadita, goles y golazo. Es el Messi de la “B” con la camiseta de Colón. Pensando en lo que todos piensan y sueñan, el Sabalero ya tiene algo de Primera, además de su gente. Se llama Ignacio Lago, el que transformó el Cementerio de Elefantes en un teatro donde todos aplaudieron de pie su obra de arte.


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