Santa Fe - Santo Tomé

Puente Carretero: hasta casi 100 kilómetros más por día

 El sufrimiento por un trayecto que antes era de mucho menor. Presupuesto y gasto de los vehículos, los principales perjuicios.


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 “Parece que todos los días voy a Rosario”, comenta Fernando, vecino de Santo Tomé que vive en cercanías a la Av. Mitre, a la altura de la laguna Juan de Garay, y su actividad laboral y la de su familia se desarrollan en Santa Fe. Claro, con el cierre del puente Carretero la única vía que tiene disponible es a través de la autopista a Rosario.

El sufrimiento no es exclusivo de la familia consultada por El Litoral. Se replica en cada vecino santotomesino que tiene que trasladarse a la capital provincial a diario o semanalmente. La definición de Vialidad Nacional entre jueves y viernes Santo de clausurar al tránsito general el paso por el puente Carretero cambió la vida de muchas personas y, a modo de balance, vale la pena conocer el testimonio de un afectado. 15 días antes, un revelador informe de este medio alertó la situación.

Recalculando


“Cuando arrancó el corte puse el cuentakilómetros del auto para controlar. De hacer habitualmente entre 1.000 y 1.500 km por mes, pasé a hacer 3.500”, comentó el entrevistado. “Es decir, estoy haciendo casi 100 km por día”, agregó.

En ese sentido, comentó cómo es una mañana típica de viajar al trabajo y la escuela de una de sus hijas. “Voy al colegio y luego a trabajar, hago unos 24 kilómetros de Santo Tomé a Santa Fe saliendo por la Autovía 19 y luego tomando la autopista. A eso sumale la vuelta”, sostuvo.

“Si a esos trayectos le sumas otras actividades extraescolares, como deportes, te da la cifra de casi 100 km. Cualquier disciplina tiene entre dos y tres entrenamientos semanales. Mi caso particular es que mi hija hace hockey en El Quilla, o sea tengo unos 45 km más”, comentó.

“Lo anterior es si no tenemos alguna otra actividad circunstancial o laboral”, aclaró el entrevistado. “Si viajas dos veces a Santa Fe en promedio 90 o 100 km por día. Eso fue lo que me llamó la atención cuando saqué el cálculo mensual en los primeros 30 días de corte”, reflexionó.

Dolor de cabeza y de bolsillo


El dolor de cabeza para los damnificados por el cierre del Carretero se traduce en dos cuestiones que confluyen en una: las finanzas de la familia. Por un lado, los costos cada vez más elevados de los combustibles, por otro, el gasto por uso de los vehículos.

Por solo mencionar uno de los costos de mantener un auto, el service que se realiza cada 10 mil kilómetros o un año, cuesta alrededor de 100.000 pesos, según un relevamiento realizado entre mediados de abril y principios de mayo. Ni hablar de cuestiones más complejas como cambios de amortiguadores, de bujías o algún otro elemento mecánico esencial de los vehículos.

La otra jaqueca para los santotomesinos son los tiempos. Los momentos que se pierden (o se gastan) en trasladarse a la capital santafesina ya no son los de antes. Si bien el tráfico por el Carretero era lento, no se compara con tener que bordear ambas ciudades para, por ejemplo, llegar al centro capitalino.

Comerciantes acorralados


El Litoral hizo una recorrida a mediados de abril, para conocer la situación de los comercios de la avenida 7 de Marzo, que se ubican en cercanías al clausurado puente.

En el informe se dieron a conocer testimonios que muestran la dura realidad que atraviesan. “Muy poco movimiento de gente, Santo Tomé es una ciudad de paso. Por ejemplo, tenemos clientes de San Carlos y de otras localidades que van a Santa Fe a hacer trámites, pasan y compran. Todo ese flujo de gente, ahora no lo tenemos”, detalló Verónica de un comercio de artículos de iluminación.

“Dejó de ser una avenida”, sumó la entrevistada. Ante la consulta por si sería un alivio no pagar impuestos hasta que se normalice la situación, la comerciante contestó positivamente: “Sí, sería una ayuda”, dijo.

“Desde que se cerró el puente, nosotros al mediodía perdimos entre un 60 y 70 por ciento de ventas; de noche, más o menos, se mantiene en lo normal pero se nota una disminución de gente que venía desde Santa Fe”, comentó Alberto, responsable de un comedor. “No entra nadie”, agregó.

“La única ayuda que nosotros necesitamos es que arreglen el puente”, remarcó el entrevistado. “Acá son 17 familias que dependen de que ese puente esté trabajando”, argumentó.


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