Escribir un mensaje equivale a conducir "a ciegas" una cuadra. Son cinco segundos a 90 km/h con una venda imaginaria en los ojos. Motociclistas sin casco, el gran problema.
El tiempo promedio que la vista se desvía al enviar un mensaje de texto es de cinco segundos. A 90 km/h., equivale a recorrer más de 100 metros (una cuadra) a ciegas. Además, diversos estudios apuntan que, tras hablar más de tres minutos por el sistema de manos libres, los conductores no perciben el 40% de las señales de tránsito.
En el mismo sentido, los conductores que utilizan el teléfono celular durante la conducción de un coche corren un riesgo cuatro veces mayor de verse involucrados en un siniestro de tránsito.
Estos datos, alarmantes por donde se los mire, fueron dados a conocer en el marco del Foro sobre Seguridad Vial, que se realizó en el Concejo Municipal de la ciudad de Santa Fe, y que coincidió con el Día Nacional de la Seguridad Vial (10 de junio).
El disertante fue Franco Romanello, especialista en seguridad vial y presidente de la Asociación Civil “Factor Vial”. Del evento, organizado por el equipo de presidencia del Concejo junto al concejal Julián Martínez, participaron familiares de víctimas de siniestros viales.
Franco Romanello es especialista en seguridad vial y presidente de la Asociación Civil “Factor Vial".Foto: Manuel Fabatía
También estuvieron presentes el Ministro de Justicia y Seguridad de la provincia de Santa Fe, Pablo Cococcioni; la secretaria de Gestión Institucional del esa cartera, Virginia Coudannes; el secretario de Desarrollo Territorial del Ministerio de Igualdad y Desarrollo Humano, Sergio Basile, y el Secretario de la Agencia Provincial de Seguridad Vial, Carlos Torres, entre otros.
Pensar en el otro
Romanello habló de movilidad segura y de los factores de riesgo, pero además recordó las infracciones más comunes en el complejo ecosistema vial. Pidió construir una ciudad “más calma”, citó la experiencia de “Ciudad 30” y sugirió, como alternativa sustentable, un mayo uso de bicicletas: “Pero hay que generar las condiciones seguras para que esas bicis puedan transitar, con más ciclovías”, enfatizó.
“Nos falta entender y abrazar el concepto de que las calles son para las personas. Necesitamos empatía, pensar en el otro. Si nos subimos al auto y a los chicos que van atrás no se les pone el cinturón de seguridad, no se piensa en la vida de ellos. Lo mismo al no darle paso al peatón, que tiene prioridad”, aseveró el especialista.
Estadísticas
El experto dio estadísticas: en 2023 hubo 4.369 víctimas fatales en accidentes de tránsito en todo el país (datos nacionales preliminares). La franja etaria con más incidencia en la mortalidad va de los 15 a los 34 años, y el tipo de usuario involucrado en un choque fatal fueron los motociclistas (40%); automovilistas (25%) y los peatones (10%). Los ciclistas ocuparon el 4%.
Los siniestros fatales se produjeron en horarios nocturnos en un 48%, y en un 46% durante horas diurnas. “Además, las motos están involucradas en el 75% de los siniestros viales, y los accidentes se producen mayormente en verano. ¿Por qué? Porque usar el casco protector da mucho calor. Pero no se piensa que ese casco puede salvar la vida”, dijo Romanello.
Entre las víctimas fatales, el 75% fueron varones y el 21% mujeres. “¿Qué indica ese dato? Que hay que incluir la perspectiva de género en los programas de concientización vial. Porque hay un viejo axioma masculino: ‘El auto y la velocidad me dan poder’. ‘A mí, porque soy hombre, no me va a pasar nada’. Hay que desterrar estas falsas creencias. No hay percepción del riesgo”, agregó.
El factor humano se lleva el 80% de los siniestros viajes. Y la velocidad es otro elemento central en la accidentología: “Si circulamos a 60 km/h y chocamos a alguien que cruza una calle, es casi nula la probabilidad de que ese peatón sobreviva. Si se produce un siniestro a 70 km/h, esto equivale a caer de un séptimo piso. Imaginen: subimos hasta un piso 7 y nos tiramos a la calle. Es lo mismo”, graficó.
“Hay que reducir las velocidades, por favor. Debemos detenernos, generar ciudades con zonas más calmas y apostar a la movilidad más saludable. Siempre con el cinturón de seguridad puesto y el casco protector. Recordemos que los sistemas de retención infantil (sillitas) reducen en un 75% la mortalidad de los niños en un siniestro vial”, insistió Romanello.
Cambios culturales
El experto insistió en la necesidad de generar un cambio de hábitos culturales al momento de moverse en el espectro vial de la ciudad. “Ir más despacio es cuidar al otro, es cuidar la vida, nada más y nada menos. Es importante que, si salimos a compartir un momento con amigos, designemos a un conductor que no beba alcohol. Si nos olvidamos de eso, también nos olvidamos de que el alcohol al volante y al manubrio de motos, mata”, recalcó.
En viajes largos, si aparece el sueño, hay que parar el auto y descansar. Además, el cuerpo necesita agua: hay que hidratarse. “Y hay que chequear siempre el estado del vehículo: frenos, cubiertas. Y los elementos de seguridad tienen que estar: botiquín, matafuegos y dos balizas triangulares. Todo esto es cuidar la vida”, concluyó Romanello.